:format(jpeg)/www.elespectador.comhttp://thumbor-prod-us-east-1.photo.aws.arc.pub/MKcqhTNZcidsmu9VbHpNuIReyRs=/arc-anglerfish-arc2-prod-elespectador/public/34B3VFGU2VFOFBWVWO47ZPPPB4.jpg)
A raíz de la polémica que despertó la iniciativa que promovía la senadora del Centro Democrático, Paloma Valencia, que buscaba establecer la educación como servicio público esencial, la legisladora decidió recular y frenar el proyecto que iba a radicar en el Congreso de la República. En las últimas horas, la senadora anunció que ya no impulsará dicha idea en el Capitolio, tras hacer un análisis jurídico con sus asesores.
(Lea: La propuesta uribista que prohibiría el paro de maestros)
“Estaba pensando en presentar ese proyecto con el fin de proteger los derechos de los niños, que están sobre todo el resto de derechos; sin embargo, después de hacer un análisis del tema concluimos que la educación en Colombia ya es un servicio público esencial. Queda entonces la pregunta de por qué son tan reiterativas las huelgas que ponen en riesgo los derechos de los niños", argumentó la congresista.
La propuesta de la congresista uribista suponía, en la práctica, la prohibición a los maestros de las instituciones públicas salir a las calles a protestar para exigir, por ejemplo, mejores condiciones para el desarrollo de sus labores. “Aquí lo que se debe defender son los derechos de los niños que, según la Constitución, son superiores a todos los demás, y los derechos de los colombianos que estudian y que quieren terminar sus carreras a tiempo”, dijo Valencia a RCN Radio.
La propuesta había generado malestar en la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación, Fecode, que arremetió de inmediato en contra de la legisladora uribista a quien acusaron de ir en contra de los derechos laborales del sector educativo en Colombia. “La educación pública necesita inversión, soluciones, no coartar derechos y restringir libertades”, señaló la organización vía Twitter.
La reculada de Valencia, no obstante, no apunta a reconocer un error alrededor de la polémica que suscitó su propuesta sino que, más bien, a enfatizar en que la educación es un servicio público esencial que tiene como consecuencia, según sus argumentos, el evitar que los maestros salgan de las aulas e interrumpan las clases, para protestar por condiciones más dignas.