Petro denunció a los Moreno Rojas, y ahora siente temor

El senador Néstor Iván Moreno Rojas recluido en la celda 40 de la cárcel La Picota y su hermano el alcalde de Bogotá suspendido tres meses.

Pastor Virviescas Gómez/Especial para El Espectador
09 de mayo de 2011 - 09:50 p. m.

Los hijos de ‘La Capitana’ María Eugenia Rojas y nietos del dictador Gustavo Rojas Pinilla, están en líos con la Corte Suprema, la Procuraduría, la Fiscalía y la Contraloría, y todo a nombre del ‘Carrusel de la Contratación’.

Un escándalo destapado en gran parte por las denuncias de personas como el ex candidato presidencial Gustavo Petro Urrego y el concejal de Bogotá, Carlos Vicente de Roux, quienes desde octubre de 2010 ya habían advertido públicamente en su informe de 100 páginas de toda la corrupción que se escondía detrás de los primos Nule y sus contactos que le permitieron acaparar la mayor parte de los grandes contratos en Bogotá y otras regiones de Colombia entre las que Santander no quedó por fuera.

“Una asociación para delinquir muy poderosa de empresarios, políticos y funcionarios públicos cuyo propósito de manera premeditada y a lo largo de toda la administración de Bogotá era usar la contratación para transferir recursos públicos hacia el enriquecimiento ilícito particular de unas cuantas personas. Esa tesis nos llevó a plantear la expulsión del Polo de (Néstor) Iván y Samuel Moreno responsables por acción y por omisión de estos hechos, y finalmente ante la apatía que tuvo la mayoría de la Dirección del Polo sobre este tema, pues nos tocó renunciar al partido”, manifestó Petro.

“Yo me retiré del Polo Democrático hace más de un año y no estoy aquí para hablar del Polo, sino para fundar el Movimiento Progresistas, independiente de los partidos políticos tradicionales, con unas propuestas básicas que incluyen quitarle el Estado a las mafias de la contratación y del narcotráfico a lo largo y ancho del país; fortalecimiento de la educación pública; apoyo decidido a la restitución de tierras a las víctimas, así como una estrategia de gobernanza del agua ahora que se ha vuelto tan importante por el derecho al agua potable que se aprobó en Naciones Unidas, por la adecuación de la ciudad al agua y no al revés, y por la defensa del Páramo de Santurbán porque el agua vale más que el oro”, dijo Petro.

“Los hombres del presidente Uribe son responsables de alto nivel del cartel de la contratación en Bogotá. Incluso las reuniones hoy descubiertas, masivas, entre Álvaro Dávila, amigo de Samuel Moreno y estructurador del ‘Cartel de la Contratación’ de Bogotá, con Edmundo del Castillo, secretario jurídico de Uribe Vélez, son una demostración plena de una alianza entre sectores del Gobierno Nacional y sectores de la Alcaldía de Bogotá para construir un ‘Cartel de la Contratación’”, arranca advirtiendo Petro, mientras a su lado no parpadea su correligionario Guillermo Alfonso Jaramillo, ex gobernador del Tolima.

¿Cuándo va a pasar la hora de las mafias?

Las mafias tienen un punto vulnerable y es que solo pueden actuar en la oscuridad, clandestinas, y como el vampiro si sale la luz las quema. Lo que hemos visto en este año de manera dolorosa es colocarle el sol a mafia tras mafia de todo tipo y esa es la mejor manera de destruirlas. Obviamente al final es el ciudadano al escoger el poder el que decide si continúan, si las revive o si definitivamente las entierra.

¿Está pasando la hora del uribismo?

Yo no soy tan sectario. Uribismo es mucha gente y allí hay personas bien intencionadas a quienes no podemos llamar mafiosos porque sean uribistas. Esos millones de colombianos que han venido defendiendo el proyecto uribista lo hacen por criterios que consideran sanos como la seguridad o porque simplemente creen en él casi religiosamente. Dentro del uribismo sí se mueven unas mafias muy poderosas. En su afán de destruir las Farc, el uribismo abrió la puerta de atrás de la cocina y los sótanos a las mafias, que entraron y se quedaron con la puerta de adelante incluso. El Polo también fue penetrado por las mafias de la contratación y como el uribismo tampoco tuvo la guardia en alto, no se defendió de ellas y he ahí la razón de su crisis actual a pesar de que lo anunciamos, a diferencia de los partidos del uribismo donde nunca hubo a su interior una reacción crítica con excepción de una persona o dos.

¿La Corte Suprema, la Procuraduría y los demás órganos de control le están dando la razón a Petro?

Nosotros nunca tuvimos dudas de nuestro trabajo. Yo tengo más de diez años de labor parlamentaria y me han dicho loco, mentiroso y calumniador, pero nuestro método de investigación es muy serio y sabemos lo que decimos. Al hacer el trabajo sobre la contratación de Bogotá cómo no íbamos a hacer un trabajo serio; sin embargo muchas de las voces que se alzaron empezaron a descalificarlo con groserías, incluso sin haberlo leído.

¿Por fin el país va a descansar de los Moreno Rojas y de la Casa Anapo?

Yo quisiera que se descansara de los métodos. Para mí estas personas, al igual que los parapolíticos que fueron a la cárcel, etcétera, pues son seres humanos. Una cosa es el hombre y la mujer política, y otra cuando ya es un ser humano el que entra a la cárcel. Regodearse sobre la persona caída no ha sido mi interés nunca. Estas experiencias tienen que servir para que la gente pueda comprender y no repetirlo. Lo que hay ahí detrás es un método mafioso en el sentido de la defensa de intereses familiares sobre lo público. Ese tipo de prácticas que llevan al robo y a la corrupción, no puede el método de la política en Colombia.

¿Néstor Iván se aprovechó de la ‘nobleza’ de Samuel? ¿El alcalde de Bogotá se dejó llevar? ¿Qué pasó?

Ese es un tema familiar que además yo no quiero explorar. Iván Moreno había desarrollado un método en la Alcaldía de Bucaramanga que generaba dudas. Cuando a él lo meten al Polo, porque él no es fundador del Polo, mucha gente lo advirtió. Yo tenía mucha desconfianza y nunca me la quité. Había una serie de actitudes y era indudable que de allí no podía salir un proceso democrático como el que nosotros queríamos. El problema fundamental sucede cuando en la lucha por la Alcaldía de Bogotá, (Antonio) Navarro, María Emma (Mejía) y yo fuimos derrotados en la consulta del Polo y ganaron los Moreno Rojas. Allí sí que crecieron nuestras tribulaciones porque significaba que ese tipo de métodos llegaban al poder. Mire el resultado y estas experiencias no se pueden repetir.

¿Si los bogotanos hubiesen conocido el resultado de la alcaldía de Néstor Iván Moreno, habrían elegido a Samuel?

En esas elecciones Iván Moreno apenas entraba al Polo, así que era muy difícil porque la trayectoria de Samuel, sin que fuera muy brillante, pues no era del mismo calado de la de Iván. Samuel había sido parlamentario, nunca había administrado, no tenía ningún elemento de corrupción en su pasado, no era un gran parlamentario pero tampoco era de los que iban a dormir allí. Samuel tenía una figura amable, un poco sin ideas, lo cual tiene quizás un elemento de debilidad ya cuando su hermano Iván se abalanza sobre el conjunto de la administración.

¿Le importa a Petro que Néstor Iván, Samuel hijo, Samuel Moreno Díaz padre y María Eugenia lo odien?

Me odian y mucho. No solamente a partir de estos hechos, porque venía de atrás el tema. Le confieso que siento temores. Sé que hacen reuniones y miran la manera de destruirme. La destrucción de Petro puede equivaler a la salida de ellos de su problema. Es decir, igual que en algún momento con el paramilitarismo o con el uribismo, la destrucción de Petro podía equivaler a otro tipo de proceso con los paramilitares. Aquí estoy en la misma circunstancia: la destrucción de Petro puede equivaler a la salida de los Moreno Rojas de su problema, y obviamente que eso me llena de temor a mí y a mi familia.

¿Usted sigue durmiendo con la subametralladora debajo de la almohada?

No, yo quise abandonar eso y un poco mi salida del Congreso era una forma de liberarme de todo ese tipo de anomalías en mi vida, porque vivir entre escoltas, aunque hoy ocurre todavía, no es un buen vivir.

En diciembre de 2002, el entonces alcalde Néstor Iván Moreno me aseguró en una entrevista que su abuelo el dictador Rojas Pinilla es el mejor presidente que ha tenido Colombia y que él algún día él sería considerado como el mejor alcalde de Bucaramanga.

Ni el mejor presidente ni el mejor alcalde. Esa es la realidad del país.
 

Por Pastor Virviescas Gómez/Especial para El Espectador

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