La exsenadora Piedad Córdoba, vocera del colectivo de ciudadanos Colombianas y Colombianos por la paz, dijo este miércoles que los policías liberados por las Farc no fueron torturados por el grupo guerrillero.
“Los vi bien, me parece que pone en tela de juicio el dictamen de la Cruz Roja Internacional… los vi en buen estado pero me parece que lo más contundente es el dictamen de medicina Legal”, señaló la ex senadora.
Luego de que las Farc afirmaran en un comunicado que rechazan la tortura física y que los secuestrados son tratados con dignidad, el comandante de las Fuerzas Militares, general Alejandro Navas, señaló que ese grupo guerrillero le sigue mintiendo al país.
El alto oficial señaló que esas declaraciones de las Farc son una “mentira olímpica” y recordó el anuncio que realizó el grupo guerrillero en el que señalaron que dejarían la práctica del secuestro.
“Esa es otra mentira que las Farc tienen acostumbradas al pueblo colombiano, diciendo que ellos no secuestran, no trafican con drogas y no maltratan a la población”, agregó el general Navas.
Según el alto oficial, hay suficientes evidencias del maltrato al que fueron sometidos los dos agentes de Policía secuestrados durante dos semanas entre límites del Valle y el Cauca.
El comunicado de las Farc buscaba desmentir la versión revela por el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, tras reunirse con Cristian Camilo Yate y Víctor Alfonso González, en el momento en que fueron dados de alta en el Hospital de la Policía de Bogotá.
La reacción de las Farc no se hizo esperar y publicaron un comunicado aclarando que la tortura no es un acto que vaya acorde con su filosofía y aseveraron que “la tortura física es un medio que nuestra organización rechaza por ser ajeno a los principios revolucionarios, pero que se practica corrientemente en los cuarteles y cárceles del Estado contra los revolucionarios”.
Asimismo calificaron en la misiva como “falaces” las afirmaciones de Pinzón argumentando que van en contravía con “las declaraciones verbales de los policías y el soldado en el momento de su liberación en las que agradecían ante cámaras el buen trato de las unidades guerrilleras. Contrastan también con los dictámenes médicos del personal del CICR que los atendió, que no revelaron señal alguna de tortura física o psicológica”.