Regresó el referendo que pide cadena perpetua para violadores y asesinos de niños

Diálogo con Yohana Jiménez y la senadora Claudia López, quienes trabajan en la recolección de firmas para llevar el proyecto al Congreso. Jiménez, líder de la iniciativa, dice que no ha sido fácil pero que el trámite va viento en popa luego de unir a su causa diferentes fuerzas políticas.

Silvia Margarita Méndez Manosalva - Twitter: @silviamendez94
05 de junio de 2017 - 01:58 p. m.
(De Izq. a Der.) La senadora Claudia López y Yohana Jiménez, hija de Gilma jiménez. Cortesía.
(De Izq. a Der.) La senadora Claudia López y Yohana Jiménez, hija de Gilma jiménez. Cortesía.

Como si el tiempo se hubiera detenido y la voz intrépida de la fallecida senadora Gilma Jiménez aún se pudiera escuchar, el referendo que busca castigar con cadena perpetua a violadores, maltratadores y asesinos de menores vuelve a llamar la atención de un país que aún no se repone de casos tan estremecedores e indignantes como el de Yuliana Samboní o la pequeña Sara Yolima Salazar.

Las cifras son escalofriantes. Según la ONG internacional Save the Children, en Colombia cada hora dos niños llegan a Medicina legal por haber sido presuntamente víctimas de abuso sexual y, cada día, tres menores de edad son abandonados y dos, asesinados. El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) también reveló que, en lo que va del año, se han presentado cerca de 2.500 denuncias por abuso sexual, aunque Medicina Legal reporta casi el doble:  4.315 casos, de los cuales 495 son niños y niñas entre los 0 y los 4 años de edad.

Para superar la indignación colectiva y adoptar medidas concretas que permitan castigar con firmeza este abuso, Yohana Jiménez decidió abanderar la lucha de su madre. En entrevista con El Espectador, se refiere al trabajo que ha ocupado su tiempo en los últimos meses: la recolección de firmas para llevar el proyecto de cadena perpetua al Congreso y que por fin sea una ley.

Aunque advierte que no ha sido una tarea fácil, dice que el trámite va viento en popa, especialmente, luego de unir apoyos de fuerzas políticas a su causa. Entre las más involucradas, la senadora por el Partido Verde, Claudia López, quien participa de este diálogo conjunto.

Ambas han estado, a lo largo de su carrera, detrás de la defensa de diferentes causas en pro de los derechos humanos en el país, pero hoy las une una en especial: los niños víctimas de abuso. ¿A qué se debe?

Yohana Jiménez: Claudia siempre ha estado con nosotros, desde un principio sus luchas fueron cercanas a las de mi mamá. Sin embargo, esto tiene otra razón de ser. Cuando yo decido conformar el comité promotor del referendo y recoger las firmas nuevamente –tarea que no es nada fácil– no quería meterle tema político a la causa. Debo confesar que fui un poco ingenua al pensar que íbamos a lograrlo de esa manera porque nos dimos cuenta que hay que pedir apoyo. El día de mañana vamos a llevar el referendo al Congreso y necesitamos fuerza política que lo apoye.

Claudia López: Primero, nos une una amistad muy profunda por Gilma, que fue mi amiga durante muchos años. Trabajamos juntas en la Alcaldía de Bogotá cuando era directora de Bienestar Social en el Distrito, y luego cuando la gente la conoció como concejal e inició esta causa. Gilma encontró un vacío legal en la defensa de nuestros niños y tuvo un argumento muy concreto: si una sociedad no está dispuesta a imponer la máxima sanción a quien violente a sus niños, que son su mayor tesoro, ¿entonces sobre quién está dispuesta a hacerlo? Su causa, que ahora siguen sus hijas, es algo que siempre he compartido y he defendido, pero desde otros ángulos porque nunca me he querido apropiar de ella.

¿Cuál es el interés de seguir con el legado de Gilma Jiménez, reconocida por ser la defensora de la infancia en el país?

Y.J.: La defensa de los derechos de los niños, como mi mamá la abordó y que visibilizó la violencia que sufren en Colombia, hay que continuarla. Ese legado no se puede morir. Gilma construyó un camino enorme que ya está sobre la mesa, ya están las propuestas listas. Es que esto es algo que va más allá de la prisión perpetua, es lograr que los niños sean los más privilegiados, felices y respetados.

¿Por qué creen que esta vez el referendo no se hundirá como hace ocho años cuando no pasó en primer debate en el Congreso?

Y.J.: Lo más importante es decirle a la sociedad que debemos convertir a los niños en lo más privilegiado. Si nosotros vamos a seguir oponiéndonos a la prisión perpetua, dejaríamos de enviar el mensaje de que quien se meta con lo más importante, que son nuestros niños, puede recibir esa condena. El 95% de la violencia infantil sucede en casa y a manos de familiares. Aprobar esta iniciativa es entender que los niños ya no son de papito y mamita o de puertas hacia adentro, sino que son asunto de toda la sociedad.

C.L.: A nivel normativo esta es la última batalla que debemos dar. Todas las cosas, las tuercas que había que apretar, ya están. Por eso debemos hacer tres esfuerzos: primero, que el Estado cumpla un mandato de la sociedad y le imponga a los violadores y abusadores la sanción más alta que pueda existir en Colombia, que es hasta prisión perpetua. Es importante decir “hasta” porque eso lo definen jueces caso a caso. Lo segundo es la pelea eterna, que las leyes que hay cumplan con ese mandato. Lo tercero es concientizar a la sociedad de la gravedad de lo que les pasa a los niños, que cada vez es peor.

¿Cuáles fueron las razones por las que el proyecto no prosperó en ese entonces?         

Y.J.: El referendo lo rechazaron en dos oportunidades. En una primera llegó al Congreso y se alcanzó a convertir en ley pero, cuando pasó a  revisión de la Corte Constitucional, dijeron que por dos causales de forma la iniciativa resultaba “inconstitucional”. Una de las razones fue que no se presentó un certificado de gastos del referendo antes de la discusion de la ley en el Congreso, y ahí vale aclarar que en ninguna parte de la ley decía que había que presentar ese documento. La segunda fue que en la discusion en el Senado hubo un cambio porque la pregunta decía, ¿(…) hasta prisión perpetua para violadores, asesinos y maltratadores de niños?, y los senadores decidieron quitarle la palabra “hasta” y ponerle al final "de acuerdo con la ley".

Ahora por supuesto que voy a blindar el referendo subsanando estos dos errores. Además, en la pregunta ya está la palabra “hasta prisión perpetua” y, por supuesto, ya tenemos el certificado de gastos.             

¿Creen que con lo último que ha pasado con abusos como el de la pequeña Yuliana o el de Sarita, las personas están más conscientes de lo que puede llegar a ser este referendo?

Y.J.: Claro, es que lo que yo estoy tratando de hacer con esta unión es decir que el país ya no puede seguir indignándose con cada caso dramático que viven nuestros niños y listo, ahí quedó el tema. Siempre, luego de episodios como esos, salen algunos con la propuesta de prisión perpetua, algunos incluso la radican. El presidente del Senado, Mauricio Lizcano, la ha radicado dos veces. Otros hasta cuatro y no pasa nada. Solo esperamos un nuevo nombre, otra Yuliana u otra Sarita. Además, este referendo ni siquiera es mío, es de los niños. Ahora lo importante es que tienen que ser los colombianos, por mecanismos de participación ciudadana, quienes ayuden a que se haga realidad.

C. L.: Sí. Es que esto antes no era un tema. A pesar de que son casos dramáticos, ayudan porque hay más atención y más solidaridad. Creo que sacar la norma mediante la cual se establecería hasta la prisión perpetua en abuso y violación es un doble acierto. Por un lado, cerrar el ciclo normativo en la defensa de los niños, como dije antes y, por el otro, cumplir con el legado de Gilma, que tiene quien la represente y está más viva que nunca.

¿Será que este proyecto nunca ha sido una realidad, tal vez, porque la justicia colombiana no está preparada para imponer una pena como la prisión perpetua, o de pronto son los colombianos quienes no están del todo de acuerdo?

Y.L: Yo creo que los colombianos están preparados. Por suerte para los niños los opositores son unos pocos abogados penalistas que dicen que estos hampones tienen derecho a la resocialización. Dicen que la condena máxima de 60 años es suficiente, pero no le sigamos diciendo mentiras a los colombianos. 60 años existen, pero no se aplican. No hay un solo violador o asesino de niños condenado a 60 años de prisión en la historia de Colombia.

C.L.: Ni va a existir. Por los beneficios penales terminan pagando alrededor de 35 años de cárcel. Pero este es un debate legítimo, hay gente que cree que no es con penas severas que se van a prevenir los delitos y pueda que tengan razón. Pero es que el punto es pedagógico y preventivo. Debemos comprometer a la sociedad a que proteja los derechos de los niños, que son los mismos que la Constitución consagra. La incertidumbre que hay acerca de si estas personas se pueden resocializar o no es enorme y no podemos correr riesgos.

Uno de los argumentos más fuertes de los que no creen que la cadena perpetua cambie ni mejore la situación de violencia contra los niños en el país es que aumentar penas empeora el hacinamiento carcelario, el riesgo a la impunidad, la resocialización de quien comete el delito y, además, mantener a un preso de por vida le cuesta al Estado una millonada...

Y.J.: Que al Estado le cueste una millonada no puede ser una excusa para no conseguir una verdadera justicia para nuestros niños, entre otras porque siempre son ellos, cuando se habla de hacinamiento en las cárceles, quienes vienen a ser los más afectados. Un claro ejemplo es que hace poco el Fiscal propuso despenalizar la inasistencia alimentaria lo cual es absolutamente marginal. De los 50 mil procesos por inasistencia alimentaria que se presentan cada año en Colombia, ni el 1% llegan a condena. Así las cosas, no soluciona el hacinamiento pero sí envía un mensaje equivocado a los padres irresponsables. Estas excusas son una falta de respeto y son problemas diferentes que debe abordar el Estado de otra manera. Nosotros no podemos seguir pensando que el tema no es de cárceles ni justicia cuando es claro que una verdadera justicia trae reparación para las víctimas. Es que nosotros sí queremos que se prohíba la prisión perpetua en el país pero con excepción de violadores, asesinos y maltratadores de niños. 

En diciembre se anunció la maratón por la recolección de firmas para el referendo que comenzaba en enero y tiene un plazo de seis meses, ¿cómo va eso?

Y.J.: No ha sido fácil, sobre todo por la plata y apoyo económico. Todos los colombianos quieren firmar el referendo de prisión perpetua. De eso no hay duda. Uno se para y hacen fila para firmar. La cosa es que es un desafío logístico. No tenemos las manos para llegarles a todos, pero ya superamos el medio millón de firmas y con el comité político que estamos reuniendo, esperamos que todos los senadores y autoridades departamentales y locales logren comprometerse. Partidos como el Conservador, Liberal, Cambio Radical, la Alianza Verde, el Centro Democrático, la U y Opción Ciudadana ya se unieron a la causa. No tengo ninguna duda de que el 10 de julio, que es cuando se vence el plazo de la Registraduría para entregar las firmas, vamos a tener todo.

Y luego de las firmas, ¿qué viene?

Y.J.: La Registraduría hace la revisión de las firmas, las avala y expide un certificado, que es lo que convoca la ley del referendo en el Congreso. Luego, vienen dos debates en Cámara de Representantes y dos en Senado. Después la Corte Constitucional la revisa y finalmente el Presidente convoca a todos los colombianos a las urnas para votar, por primera vez, en función de nuestros niños. Y si la rechazan como le pasó a mi mamá, seguiré insistiendo. A mí solo me para y me calla lo que paró y calló a Gilma, la muerte. De resto, yo convertí esta causa y este legado en mi vida. No estoy pensando que soy mi mamá ni quiero parecerme a ella, pero sí continuar con este legado.

Entonces, por lo que veo, a pesar de que este proyecto es idéntico al que propuso Gilma y nunca salió a flote, ustedes ven el desenlace más positivo...

Y.J.: Los colombianos ya saben, quieren y han demandado este referendo. Cualquier consulta sobre prisión perpetua para violadores y asesinos de niños tiene el apoyo de la gente. Lo único que falta por hacer es convencer al Congreso.

C.L.: Siento que la sociedad se ha movido y que estas iniciativas responden a lo que se demanda. Ahora hay más consciencia e información y eso presiona a que esto sea una causa que, en lugar de dividirnos, nos una.

El pasado 24 de mayo en la recolección de firmas del movimiento "Compromiso por los Niñ@s" en el parque Simón Bolívar en Bogotá. Otros políticos que se unieron a la causa fueron Martha Lucía Ramírez, Hernan Andrade y David Barguil del Partido Conservador, Iván Duque y Alvaro Hernán Prada del Centro Democrático y German Varón Cotrino de Cambio Radical. Foto: Cortesía prensa Claudia López. 

Por Silvia Margarita Méndez Manosalva - Twitter: @silviamendez94

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