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Pasadas menos de 24 horas después del debate de control político en el Senado a raíz de la investigación publicada por El Espectador el pasado 8 de noviembre –titulada “Los audios de la DEA y la Fiscalía que le negaron a la JEP en el caso de Santrich”–, este viernes el presidente Iván Duque reiteró que el líder guerrillero, quien se rearmó tras el Acuerdo de Paz, es “un mafioso, un narcoterrorista y está siendo perseguido por la justicia”.
Previamente, en un fuerte debate en la Comisión Primera del Senado, la oposición acusó al exfiscal general Néstor Humberto Martínez de haberle hecho un “entrampamiento” al Acuerdo de Paz, al hacer un montaje, en colaboración con la DEA, para involucrar a Jesús Santrich en una operación de narcotráfico.
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Ante ello, Duque sostuvo que su gobierno no desfallecerá en el propósito de que Santrich responda a la justicia. Lo anterior, durante la clausura del XVII Congreso Nacional de Infraestructura, en la que se refirió a las voces que hablan del guerrillero como “una mansa paloma, un angelito del bien, perseguido por la justicia, que había un entramado para deslegitimarle su buen nombre de trayectoria criminal de décadas”.
“Lo importante es que les quede claro que no van a tener refugio ni guarida y que no los vamos a dejar de confrontar cuantas veces sea necesario”, manifestó Duque.
Según Duque, Santrich fue capturado con fines de extradición por solicitud de un juez federal de los Estados Unidos, “con información concluyente y contundente, como lo anunciaron públicamente el entonces fiscal y el entonces presidente de la República”.
“Ese sujeto también fue denunciado por Marlon Marín, quien está en Estados Unidos cooperando con la justicia en denuncias contra el narcotráfico”, agregó el presidente.
El mandatario se refirió también al video en el que Santrich aparece junto a otro grupo de criminales, miembros de La Segunda Marquetalia. “Días después se había desplazado a territorio venezolano y terminó encontrándose con sus compinches del narcorterrorismo, haciendo videos tartarinescos, por demás, amenazantes contra Colombia; protegido además por la dictadura narcocriminal. Y ahora aparecen unas voces que quieren defender y legitimar a semejante sujeto del delito”, precisó.
Durante el debate de control político, los congresistas citantes recalcaron que la droga con la cual fue acusado el líder guerrillero fue suministrada por la misma Fiscalía, en una llamada “entrega controlada”.
Martínez calificó las acusaciones como un “sainete con un libreto mal elaborado”, hablando de la aparición de “defensores de oficio” del narcotráfico. Y negó lo de la “entrega controlada” con un certificado de la actual vicefiscal, Marta Mancera, con fecha del 26 de noviembre.
En efecto, allí se dice: “No es cierto que la sustancia estupefaciente provino de la Fiscalía. Esta provino de los presuntos infractores de la ley penal. La actuación se llevó a cabo a la luz de las normas procesales penales sobre agencia encubierta y entrega vigilada, y los estándares convencionales de cooperación judicial internacional acogidos integralmente por Colombia y, por ende, en los procedimientos de la Fiscalía”.