Siguiente parada: elecciones locales y regionales

Los resultados del domingo dibujaron un mapa electoral que desde ya pone a pensar a las fuerzas políticas que buscarán el poder territorial en 2019.

Germán Gómez Polo - Twitter: @TresEnMil
19 de junio de 2018 - 02:05 p. m.
La disputa más fuerte en las regionales será por las capitales. / EFE
La disputa más fuerte en las regionales será por las capitales. / EFE

Colombia vive en elecciones. Los comicios a Congreso, por lo general, preparan el panorama para las presidenciales y funcionan como mecanismo de medición para conocer las fuerzas regionales de los nuevos congresistas, lo que les da capacidad de maniobra para negociar su apoyo a determinada campaña. De la misma forma, los resultados de las presidenciales dejan dibujado un mapa político con el que esas intenciones regionales empiezan a pensar las campañas y las posibilidades que pueden tener para hacerse de gobernaciones, alcaldías, concejos, JAL y otras formas del llamado poder territorial.

Por supuesto, no se trata de un asunto de endoso de votos, pues en esta etapa no se puede desconocer la fuerza que acumulan los llamados “caciques” regionales en sus respectivos departamentos. Tampoco necesariamente la votación a la Presidencia por determinado candidato significa que las personas apoyarán automáticamente a un candidato con cercanía ideológica. Lo que sí es cierto es que las próximas elecciones locales y regionales estarán disputadas tanto por la diversidad en la votación presidencial, como por las nuevas fuerzas que han surgido, representadas en las altas votaciones de Gustavo Petro y Sergio Fajardo.

En ese mismo sentido, las elecciones regionales de 2019 contarán con un nuevo actor: la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC), que se la jugarán por obtener puestos de poder, sobre todo en las regiones y los municipios en donde tuvieron influencia durante los años de conflicto armado con el Estado.

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Así las cosas, es previsible que el Centro Democrático y varios de los partidos que apoyaron su candidatura buscarán quedarse con las alcaldías y las gobernaciones de los departamentos en los que tuvieron mayor apoyo. Uno de esos es Antioquia, en donde Iván Duque obtuvo 1’844.027 votos, que representan el 72,53 % del total, sobre todo en varios de los municipios del centro y sur, donde el apoyo al candidato uribista estuvo por encima del 85 %. Antioquia sigue siendo el gran bastión del uribismo, al tiempo que el Eje Cafetero demostró también que está mayoritariamente de su lado.

Una situación parecida ocurrió en los departamentos de la frontera con Venezuela, en donde Duque fue arrollador frente a Petro. Allí, muy posiblemente el discurso basado en el llamado castrochavismo pudo calar con más contundencia, teniendo en cuenta la cercanía con la situación que vive el vecino país. Lo mismo no ocurrió, por ejemplo, en la frontera sur con Ecuador, Perú y Brasil, en donde Petro tuvo apoyo en la mayoría numérica de los municipios.

El contrapeso en las regionales tratará de hacerlo la Coalición Colombia de Sergio Fajardo, Jorge Robledo y Claudia López. Esa iniciativa política que obtuvo buenos resultados en la primera vuelta, a pesar de que no les alcanzó para llegar a la segunda, también tiene la intención de ser protagonista en las regiones y ciudades capitales. López no vuelve al Senado, pero Jorge Robledo sí estará, luego de lograr la tercer mayor votación el 11 de marzo. Faltará conocer cuál es la evolución que podría tener el apoyo de Fajardo y si sus electores, sea cual sea el bando, no le cobrarán la decisión de votar en blanco en la segunda vuelta.

“Esto apenas comienza, porque vienen las elecciones de 2019. La votación de Petro es muy importante y hay que pasar de las masas a la preparación de la gente que tenga las condiciones para ser alcaldes y gobernadores, con seriedad”, dijo Fajardo en entrevista con W Radio.

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En esa misma línea está el movimiento de Petro, quien estará ejerciendo la oposición desde el Congreso. Y lo mismo hará quien fue su fórmula vicepresidencial, Ángela María Robledo, desde la Cámara de Representantes. El reto está en canalizar los más de ocho millones de votos hacia sus candidatos en las regiones, por supuesto, con miras a la Presidencia en 2022. Tanto la Colombia Humana como la Coalición Colombia tienen una gran oportunidad de ser gobierno en Bogotá, si se tiene en cuenta que el pasado domingo Petro fue el ganador en la capital —todo y a pesar de que muchos cuestionan su gestión como alcalde—, y Fajardo lo fue en la primera vuelta.

Por parte de la Coalición Colombia, de hecho, suena como candidato el senador de la Alianza Verde Antonio Navarro. Otros le apuestan a Claudia López, sin embargo, lo que había quedado como entendido el año pasado cuando los verdes eligieron a López como candidata presidencial era que quien no ganara la consulta aspiraría por ese partido al segundo cargo más importante del país.

En el Caribe la situación cambia un poco, pues si bien en las tres capitales más importantes —Barranquilla (54,4 %), Santa Marta (51,2 %) y Cartagena (56 %)— ganó Gustavo Petro en la segunda vuelta, tampoco se puede desconocer el gran manejo político que tienen partidos como el Conservador o Cambio Radical, representados en las casas que han gobernado durante décadas a la región. Hay también un asunto a tener en cuenta: en las regionales, el voto es más amarrado que en las presidenciales, donde el voto de opinión tiene gran peso. También se deberán disputar las capitales de los 32 departamentos, en las que, aunque Duque ganó el 19 y Petro en 13, este último logró las mayorías en urbes en donde Fajardo había ganado en la primera vuelta, como Cali. De las grandes ciudades, en pocas palabras, Duque sólo ganó en Bucaramanga y Medellín.

La oportunidad de la FARC

Tras la poca votación que la lista de la FARC al Congreso obtuvo en los comicios del 11 de marzo (32.636 en la Cámara de Representantes y 52.532 en Senado), serán las regionales la que tendrán que ser su gran apuesta, especialmente en la misión de conquistar los votos de las zonas en las que tuvieron influencia y que, a juzgar por los resultados del domingo, no estará tan fácil. Por ejemplo, Duque ganó en San Vicente del Caguán, en Florencia y en todo Tolima. También en Mesetas, Vista Hermosa o La Macarena, en Meta.

Sin embargo, en un año largo que resta para esos nuevos comicios no se conoce todavía el impacto que pueda tener el trabajo de reincorporación de la FARC en varias de esas regiones ni la movilización que pueda tener la base exguerrillera. Por supuesto, y como ha salido desde el mismo interior del nuevo partido político, el Estado deberá extremar las medidas para que actores armados o simplemente contradictores políticos no jueguen en contra de la FARC y de la democracia.

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Por Germán Gómez Polo - Twitter: @TresEnMil

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