“Sin verdad no hay justicia”: Pablo Catatumbo

El jefe insurgente “Pablo Catatumbo” explica los alcances de la comisión de la verdad, sostiene que este no es un proceso contra las Farc y que por lo mismo no son los únicos responsables, y pide al Estado que asuma su parte.

Alfredo Molano Jimeno
07 de junio de 2015 - 12:26 p. m.
“Pablo Catatumbo”, plenipotenciario de las Farc en el proceso de paz, explica los aportes de la comisión de la verdad, acordada por la mesa el jueves. / Reuters
“Pablo Catatumbo”, plenipotenciario de las Farc en el proceso de paz, explica los aportes de la comisión de la verdad, acordada por la mesa el jueves. / Reuters

¿Cómo quedó el ambiente de la mesa tras el ciclo 37 de diálogos?

Veníamos de una secuencia de señales y mensajes muy alentadores. La tregua unilateral e indefinida decretada por las Farc, que llevaba 5 meses y que había disminuido más del 85% los niveles de confrontación militar. Pero además, había otros hechos muy positivos: el fin de las fumigaciones, las alusiones de Sergio Jaramillo a Simón Trinidad, el inicio del plan piloto de limpieza de artefactos explosivos, cuando de repente se desató la tormenta de bombas en nuestra contra. Uno se pregunta, ¿qué le pasó a Santos? A mi juicio, cometen una gran equivocación todos los sectores que piensan que a sangre y fuego las Farc van a aceptar condiciones de sometimiento. Ese es un camino que no da resultados. Hemos dicho que para hablar de justicia hay que hablar de verdad. Sin establecer la verdad completa es imposible hablar de responsabilidades, la guerra en Colombia tiene múltiples responsabilidades: políticas, económicas, militares, morales, penales.

¿Pero no será muy largo ese camino de establecer todo lo que ha pasado en todos estos años de guerra?

Esa será la tarea de la Comisión de Esclarecimiento de la Verdad, la Reconciliación y la No Repetición. No se puede partir de que nosotros somos los únicos responsables de un problema tan complejo como es el conflicto colombiano que ya va para casi 60 años y que todo se resuelve enviándonos para la cárcel. No. Eso no es sensato. Este no es un proceso contra las Farc, este es un proceso de paz para Colombia.

¿Entonces cuándo se va a solucionar el asunto de justicia?

Un punto de avance es el análisis de los informes presentados por la Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas, pero en Colombia no se le ha dado la debida importancia . Allí hay un aporte muy importante sobre los orígenes, las dinámicas y las razones que han dado continuidad al conflicto armado. En Colombia muchos sectores quieren adjudicarle toda la responsabilidad a las Farc, y eso no es así, ¿por qué no le explicamos al país quiénes desaparecieron más de 29.000 personas en Colombia? ¿Por qué fue posible eso? ¿Por qué se torturó tanta gente? ¿ Quiénes son los responsables de las desapariciones y del asesinato de miles de dirigentes sindicales, agrarios y populares, del desplazamiento de más de 6 millones de campesinos?, ¿por qué no establecemos la verdad sobre quiénes se apropiaron violentamente y después legalizaron más de 7 millones de hectáreas de tierra de los campesinos? ¿Cómo explicar que todo eso ocurriera a la vista de las autoridades civiles y militares y casi siempre con la complicidad o la participación de ellas? ¿Qué hizo posible que los paramilitares actuaran durante 30 años muy cerca de los batallones militares, en centros urbanos y cabeceras municipales y nunca se produjera siquiera un combate entre ellos. Esos son temas que debe abordar una comisión para el esclarecimiento de la verdad. Para alcanzar la paz, es necesario conocer esa verdad.

Entonces, ¿estamos hablando de algo como cuenten ustedes lo que hicieron y nosotros contamos nuestra versión?

No, aquí no se trata de la versión de tal o cual, de lo que se trata es de establecer la verdad de los hechos. Hay una verdad de a puño, y es que durante 30 años la insurgencia fue la única que combatió al paramilitarismo, el Estado debe responder por qué permitió que durante tres décadas el paramilitarismo actuara libremente, realizara masacres sin fin frente a sus narices, desplazamientos forzados y despojaran a la gente de su tierra. Aquí se cometieron toda clase de horrores.

¿Pero entonces cómo resolvemos el tema de justicia del proceso de paz, si en la mesa lo que hay es un cruce de acusaciones?

El camino nos lo dará la verdad, debemos darle mucha importancia y mucho valor. Sin verdad no hay justicia. No basta con conocer todos los horrores de la guerra, es necesario conocer sus orígenes, sus causas, sus dinámicas. Y una vez que armemos todo ese rompecabezas podremos buscar una fórmula que permita dar satisfacción a las víctimas. Esa fórmula tendrá que ser a la colombiana, tendrá que ser una fórmula realista, que tenga en cuenta todo lo que nos ha pasado durante todos estos años de dura confrontación, que incorpore todos los elementos que componen ese intrincado rompecabezas del que hablo, que le dé satisfacción a las víctimas, a la sociedad colombiana en su conjunto y a la comunidad internacional. La cosa no es fácil pero así es como se han resuelto todas las guerras civiles en el mundo entero. No hay otra forma.

Se dice que el tema de justicia ha estancado las conversaciones de paz, ¿cómo hacer que la mesa siga avanzando sin solucionar ese problema?

Le insisto. Con la conformación de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad se avanzara en la reconstrucción de lo que ha sido el conflicto y se contribuirá a la reparación y a la no repetición. Si avanzamos en esto se podrá empezar a desenredar el tema. El problema ha estado en que desde muchos sectores y hasta de representantes de organismos multilaterales se ha pretendido imponer la versión de que hay un consenso universal sobre los modelos de justicia transicional y se ha vendido la tesis de que hay también un consenso sobre el concepto de máximos responsables. Nosotros creemos que eso no es así. Que no existe tal consenso. Lo que tenemos que construir es una solución política, alternativas entre los colombianos, buscando que la salida a la guerra implique la restauración de la verdad, la no repetición y la ampliación de la democracia.

Lo que usted dice es que hay que entender que el tema de justicia no puede ser un obstáculo para el principal objetivo del proceso de paz, que es la reconciliación, entonces ¿cómo hacer para que podamos perdonarnos entre colombianos?

Hombre, en esto tenemos que ser muy realistas. Mucha gente desde la extrema derecha se empeña en insistir en si las Farc van ser condenadas, y uno se pregunta, ¿y los demás qué? Y esa ultraderecha histórica que originó el conflicto y que siempre ha alimentado la violencia, ¿qué? ¿Acaso no hay una responsabilidad de las clases dirigentes de este país?, ¿acaso no hay una responsabilidad de los partidos tradicionales?, ¿acaso dirigentes políticos, ministros, servicios de inteligencia no participaron en la guerra? Nadie podría entender que aquí en 50 años de guerra haya habido un solo responsable. Este es un conflicto muy largo, muy cruel. Aquí hay múltiples causas, múltiples responsables y distintas formas de responsabilidad. La guerra colombiana no se puede ver solo con un ojo, hay que tener una visión más amplia. Le pongo un ejemplo, existen documentos judiciales y periodísticos en que se ha dicho que el DAS era una empresa criminal, ¿y si esa empresa dependía de los presidentes de la República?, ¿Quién va a responder por eso?, ¿quiénes son los máximos responsables de la contraparte? Este es un proceso de paz de dos partes iguales. Este no es un proceso contra las Farc, es un proceso de paz. Por eso esa teoría de los máximos responsables no es viable.

¿En esos términos, usted está diciendo que si del otro lado aparecen los máximos responsables entonces las Farc estarían dispuestas a aceptar ese modelo de justicia?

Partamos de un hecho: esta es una guerra con un profundo carácter político y el principal responsable es el Estado. De ahí para abajo se desprenden un montón de responsabilidades. Entonces, nosotros siempre hemos estado dispuestos a hablar de todo lo que ha ocurrido, de cómo hemos actuado, pero, ¿si está dispuesto el Estado a hacer lo mismo y a asumir responsabilidades? Porque es que ni usted ni yo habíamos nacido cuando empezó esta guerra. Los colombianos que nacimos en esta generación estamos en la obligación de pedirles cuentas a los dirigentes de los últimos 50 años.

 

Por Alfredo Molano Jimeno

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