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Socios en la guerra y en la paz

Presidentes Juan Manuel Santos y Barack Obama se reunieron para definir la hoja de ruta de lo que será el apoyo financiero para Colombia en un escenario de posconflicto. Se pedirá al Congreso de EE. UU. que apruebe un aumento de presupuesto para 2017.

Redacción Política
05 de febrero de 2016 - 04:18 a. m.
Los presidentes Juan Manuel Santos y Barack Obama durante la recepción en la Casa Blanca, en la que anunciaron la creación del plan Paz Colombia. / EFE
Los presidentes Juan Manuel Santos y Barack Obama durante la recepción en la Casa Blanca, en la que anunciaron la creación del plan Paz Colombia. / EFE

“Estoy muy orgulloso de anunciar un nuevo capítulo de la alianza de Colombia y Estados Unidos, que se llamará Paz Colombia”. Con estas palabras el presidente norteamericano, Barack Obama, hizo pública ayer la nueva fase de la estrategia de cooperación binacional que continuará el camino ya recorrido por el Plan Colombia. Un paso trascendental en la redefinición de lo que será la hoja de ruta para la financiación internacional en la etapa del posconflicto, de cara a la firma de un acuerdo definitivo de paz entre el Gobierno y la guerrilla de las Farc en La Habana, Cuba.

El anuncio, histórico por el momento coyuntural para Colombia, se dio al término de una reunión privada que en horas de la tarde sostuvieron el mandatario de Estados Unidos y su homólogo colombiano, Juan Manuel Santos, en el Despacho Oval de la Casa Blanca. La conclusión fue clara: tras 15 años de esfuerzos y sacrificios en el marco del Plan Colombia se había llegado a un punto de quiebre y era la hora para plantear un cambio de dinámica que se enmarcara en la nueva realidad colombiana. “Un país que estaba justo al borde del colapso, en este momento está a punto de llegar a la paz”, resaltó Obama al destacar la transformación que ha tenido el país en los últimos años y señalando que así como EE. UU. fue aliado de Colombia en tiempos de guerra, también lo será en época de paz.

Para el presidente Juan Manuel Santos el anuncio no sólo afianza las ya estrechas relaciones con Estados Unidos, sino que marca el comienzo de una nueva fase que beneficiará a ambos países, pues, como lo aseguró en su discurso, la paz de Colombia representa la paz de la región.

“Si estamos cerca de lograr un acuerdo de paz, podemos decir, sin lugar a dudas, que el Plan Colombia ha sido un aporte fundamental para llegar a este punto”, advirtió el jefe de Estado, quien agradeció el respaldo del gobierno estadounidense al proceso de paz y el constante acompañamiento en lo que calificó como un sueño a punto de convertirse en realidad.

El mandatario colombiano insistió en que Colombia ya no es ni la sombra del país que hace 15 años era considerado casi como un Estado fallido y que los objetivos que se plantearon en 2000 respecto a la lucha contra el narcotráfico y el fortalecimiento de las instituciones se han cumplido. “Hoy el panorama es totalmente opuesto. Hoy vemos el futuro con esperanza. Todos estos avances se deben, en gran parte, a que hace 15 años –cuando estábamos en tan serios problemas– los colombianos recibimos una mano amiga que provino de aquí –de Washington–, de ambos lados del pasillo: demócratas y republicanos. Y así se ha mantenido”, sostuvo Santos.

Tras el apretón de manos, puestas las cartas sobre la mesa y con un norte ya establecido, lo que viene ahora es el trámite para la financiación. La cooperación de Estados Unidos dependerá de la partida presupuestal que apruebe en octubre el Congreso norteamericano para el año fiscal 2017, basándose en el proyecto que el próximo 9 de febrero presentará el presidente Obama y que incluirá los US$450 millones del paquete de asistencia para Colombia anunciados ayer, US$150 millones más de los aprobados para 2016. La ayuda , según explicó el mismo Obama, estará dirigida a fortalecer la etapa del posconflicto. “Propongo que más de US$450 millones se dediquen a reforzar las ganancias de la seguridad, a reintegrar a los antiguos combatientes en la sociedad, ampliar oportunidades en aplicación de la ley en áreas donde antes no era aplicada por décadas. Vamos a continuar respaldando los derechos humanos, la justicia para las víctimas y vamos a seguir trabajando para proteger a nuestra gente, así como a los colombianos, de la violencia de los narcotraficantes”, explicó el mandatario estadounidense.

Y la aprobación de dicho monto en el Legislativo no será problema. O por lo menos esa fue la impresión que le quedó al presidente Santos tras reunirse con varios líderes demócratas y republicanos en busca de consensos en torno a la paz y a la lucha contra las drogas. “Pudimos explicarles cómo necesitamos que ese apoyo se mantenga en los dos partidos, cosa que fue de muy buen recibo en las reuniones que tuvimos”, había señalado el jefe de Estado colombiano horas antes del encuentro con Obama. El éxito de la nueva estrategia estará en la exigencia de acomodar la asistencia a la nueva realidad del país y a las necesidades que deberán ser atendidas a corto plazo tras la firma de un acuerdo final con las Farc. A mediano y largo plazo, la implementación de los acuerdos será la que marque la hoja de ruta.

Lo cierto es que para Santos el viaje a Washington dio los resultados esperados y el espaldarazo de la comunidad internacional fue contundente. Prueba de ello fue el apoyo incondicional que también le ofreció este jueves el secretario general de la OEA, Luis Almagro, durante un encuentro que sostuvieron en la sede de la organización. “Darle una oportunidad a la paz en Colombia es fundamental en las Américas”, señaló Almagro a través de su cuenta de Twitter, al término de la cita.

Por Redacción Política

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