Uribismo saldrá a las calles el 2 de abril

Lo que comenzó como un simple trino del expresidente Álvaro Uribe, planteando si es hora de expresar la oposición al gobierno Santos en la plaza, va tomando forma. Gobierno responde con Unidad para la Paz.

Hugo García Segura
23 de febrero de 2016 - 02:58 a. m.
La idea del uribismo es canalizar a su favor el inconformismo de una parte del país frente al proceso de paz. / Archivo
La idea del uribismo es canalizar a su favor el inconformismo de una parte del país frente al proceso de paz. / Archivo

Un trino del expresidente Álvaro Uribe, publicado el domingo en la noche, ha sido el punto de partida. “Qué problema con el terrorismo ha creado Santos, que nada distinto oye, ¿será que tenemos que pensar en irnos a la calle?”, escribió el hoy senador del Centro Democrático en su cuenta de Twitter y desde ese momento se alborotó el avispero en las redes sociales, se creó el hashtag #EsHoraDeSalirALaCalle —que rápidamente se volvió tendencia— y en la noche de ayer se anunció el sábado 2 de abril como la fecha para salir a manifestarse en contra del gobierno del presidente Juan Manuel Santos.

Para el uribismo, el telón de fondo de la protesta no sería sólo el proceso de paz y su refrendación vía plebiscito, sino también el manejo económico y, según dicen, los escándalos de corrupción. “Son muchos los hechos que obligan a reaccionar. No nos podemos quedar sólo en la oposición en el Legislativo, donde somos minoría y siempre nos aplastan. Hay un sentir de rechazo en la gente por el derroche, por la feria de contratos y el nepotismo. La encuesta de Yanhaas, en la que la imagen de Santos cayó al 16% lo dice todo”, argumentó el representante a la Cámara Samuel Hoyos, del Centro Democrático.

Según la senadora Paloma Valencia, también uribista, de lo que se trata es de hacer que la ciudadanía reflexione, “pues no se puede seguir impávidos ante un gobierno negligente, que ha cooptado las instancias políticas y los medios de comunicación con mermelada”. A las marchas del 2 de abril, que se harían en las principales ciudades del país, se le sumarían recorridos previos de dirigentes y congresistas del Centro Democrático con el fin de canalizar en plena plaza el descontento de la gente. “En las regiones están desesperados, nos llaman, nos piden que hagamos algo como oposición que somos”, agregó la representante Tatiana Cabello.

El senador Ernesto Macías aseguró que el objetivo del uribismo es hacerse escuchar: “No estamos en contra de la paz, lo que estamos es en contra de cómo se están haciendo las cosas. Santos sólo escucha a las Farc y la paz es con todo el país, incluido el Centro Democrático. No se puede pensar en construir paz si no se tienen en cuenta las críticas”, dijo. Con un nuevo hashtag, #Abril2ALaCalle, ya se inició la convocatoria, a la que hasta ahora se han sumado mensajes de todo tipo: “No nos van a doblegar, no vamos a entregar nuestro país al terrorismo” o “En los Llanos Orientales nos haremos sentir, señor santos, la Orinoquia y el país se respetan”, por ejemplo.

A la pregunta si todo este movimiento tiene que ver con el inicio formal de una campaña por el “no” en el plebiscito propuesto por el Gobierno para refrendar los acuerdos de paz, en el Centro Democrático aún ponen en duda que ese mecanismo se vaya a implementar. “Las Farc, Álvaro Leyva, Enrique Santiago y hasta varios exministros santistas han dicho que ese no es el camino y que sería un error. Incluso se escuchan rumores de que si la Corte Constitucional lo tumba, le haría un favor al Gobierno. No se sabe qué pasará, pero Santos siempre termina reculando”, expresó Samuel Hoyos.

Pero la propuesta uribista también tiene contraparte en las redes sociales. Con los hashtags #HagámosleConejoALaGuerra y #YoDefiendoLos Diálogos —que también se volvieron tendencia— muchos salieron a responderle al Centro Democrático, entre ellos nada más ni nada menos que Rodrigo Londoño Echeverri, Timochenko, el máximo jefe de las Farc. “El objetivo de la paz es el diálogo civilizado entre todos” y “los enemigos de la paz son los mismos que andan con cientos de hombres armados”, escribió en su cuenta de Twitter.

Otras reacciones, antes que casar pelea, llamaron a la prudencia y la concertación. “Defiendo un país donde los contradictores no se maten, donde la vida sea sagrada y donde la paz sea una realidad”, trinó la exsenadora Piedad Córdoba. “¿Es hora de salir a la calle? Sí, a marchar contra el guerrerismo, los enemigos de la paz y los promotores del odio”, escribió el abogado Fernando Vega, secretario de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU).

Más frentero fue el senador Armando Benedetti, del Partido de la U, quien manifestó que si el uribismo va a salir a las calles a protestar contra el Gobierno, se enfrentará a una nueva derrota. “Ya les ganamos en la reelección y en las elecciones a Congreso, les vamos a ganar en el plebiscito y también les ganamos en las calles”, sentenció. Sin embargo, más allá de todo este agite en las redes sociales, voces cercanas al Gobierno reconocen que en los 52 días que van del nuevo año, el ambiente para el Gobierno se ha tornado adverso.

Hechos como la venta de Isagén, el escándalo de Reficar, los contratos que se han ventilado de familiares de ministros, los anuncios de una inminente reforma tributaria -con su carga de más impuestos, para afrontar las dificultades económicas que se ven venir-, la polémica por una red de prostitución en la Policía, incluyendo la salida de Vicky Dávila de La FM, quien a su vez dice que Santos pidió su cabeza, la muerte de niños wayuus y el incidente con las Farc haciendo proselitismo armado en Conejo (La Guajira), han hecho mella.

En la misma Casa de Nariño no descartan que la presión que el Centro Democrático quiere hacer en las calles apunte a impulsar la idea de una constituyente como fórmula de refrendación de los acuerdos de paz y, de paso, abrir la puerta a una nueva reelección de su líder, Álvaro Uribe. Cada vez crece más el rumor de que se vienen cambios en el equipo ministerial, desgastado tras casi seis años de mandato santista. La idea sería acomodar de nuevo las fichas para tomar un segundo aire. Y se habla también de la Unidad para la Paz, una alianza político-partidista que tendría como misión no sólo defender los acuerdos, sino hacerle contrapeso a un uribismo decidido a llevar su oposición a las calles de todo el país. 

Por Hugo García Segura

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