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“Vamos a ser protagonistas”: Sergio Fajardo

Aunque dice que ser presidente no es la finalidad de su proyecto político, deja abierta la puerta a una posible aspiración.

Hugo García Segura
28 de febrero de 2016 - 02:00 a. m.

El 20 de febrero pasado, 50 días después de haber dejado el cargo de gobernador de Antioquia, Sergio Fajardo llegó a las instalaciones del colegio San Ignacio de Medellín para presentar ante cerca de 500 personas un balance, pero no de su gestión personal al frente del departamento, sino de su movimiento político, Compromiso Ciudadano, en general. Lo acompañaron, entre otros, Alonso Salazar, exalcalde de Medellín; Federico Restrepo, excandidato a la Gobernación el año pasado, y Santiago Londoño, su exsecretario de Gobierno.

Un acto normal que, sin embargo, para muchos significó el primer paso en el camino hacia una inminente candidatura presidencial en 2018. Algo que, al menos por ahora, no reconoce, aunque en este diálogo con El Espectador deja entrever que esa es una posibilidad a evaluar y, sobre todo, a construir en el futuro inmediato. Para Fajardo, Colombia debe comenzar a pensar en la construcción de la paz tras los eventuales acuerdos que se firmen en La Habana entre el gobierno del presidente Juan Manuel Santos y las Farc, y él se la va a jugar por ello.

Dicen que ya lanzó su candidatura presidencial para 2018. ¿Es cierto?

No es cierto. Lo que hicimos el sábado 20 de febrero fue reencontrarnos con las personas con quienes hemos avanzado en Antioquia durante estos 17 años, desde el momento en que repartimos el primer volante en Medellín. Hemos pasado por la Alcaldía con Alonso Salazar y conmigo, por la Gobernación y por la experiencia de la participación presidencial con la Ola Verde. Analizamos los aprendizajes, la presencia en las regiones de Antioquia y los nuevos retos, y ratificamos que vamos a seguir en la política y que tenemos la obligación de participar, desde el lugar en que nos encontremos, en la concreción de la paz en Colombia.

O sea, un respaldo al proceso de paz con las Farc...

Así es. Ese es el reto político que debemos enfrentar como país frente a la firma de los acuerdos entre el Gobierno y las Farc. Y nosotros vamos a estar ahí, vamos a participar en la construcción de una propuesta política para la Colombia del posacuerdo. Eso es distinto a que yo sea candidato presidencial.

¿Es como el fortalecimiento de Compromiso Ciudadano?

Es el reencuentro de Compromiso Ciudadano, cómo nos organizamos, qué liderazgos aparecen, de qué manera se va a conducir la actividad en Antioquia y en otras regiones de Colombia. Vamos a ser partícipes de la discusión acerca de la política para el país después de que se firme el acuerdo de paz en La Habana. Venimos con el equipaje que hemos construido en estos 17 años y vamos a ser protagonistas, no les quepa la menor duda.

Pero uno está en la política para luchar por el poder y por eso se puede intuir que el objetivo final es buscar la Presidencia…

No necesariamente, aunque entiendo que me pregunten por una candidatura. Además de Medellín y Antioquia, participamos en la contienda de 2010 como fórmula vicepresidencial de Antanas Mockus. Hay muchas lecciones aprendidas y es lo que tenemos que aplicar en lo que se viene para el país, que es algo inédito. No puede ser la misma política que se ha hecho en Colombia, de tener un candidato, ver con quién se está y con quién no. Vamos a trabajar para hacer una propuesta, para liderar el país después de la firma de la paz, y la primera tarea es encontrarnos las personas, las organizaciones, descubrir quiénes tenemos la misma voz, a quiénes representamos, qué significa ser una alternativa independiente. Todo será fruto de una construcción y no de una imposición.

¿Y con quién o con quiénes se ha hablado para la construcción de esa propuesta?

Hemos hablado, por ejemplo, con Antonio Navarro y Claudia López. Hablé con el presidente Santos y la semana pasada estuve hablando con el expresidente Álvaro Uribe. Hay que escuchar, hay que entender a las personas, hay que saber qué es lo que piensan y cómo ven el país.

¿Cómo notó a Uribe?

Es una persona que tiene una identidad y que conozco desde que en 1995 hice parte de la Comisión Facilitadora de Paz de Antioquia, cuando él era gobernador. No tiene ninguna cara distinta a la que conoce Colombia y la forma como es y como hace las cosas.

¿No teme que comiencen a decir que usted va a ser el candidato del uribismo en 2018?

Desde hace muchos años resolvimos ese problema. Nosotros sabemos qué es lo que somos y no estamos pensando en si soy o no candidato de quién. No somos de esa política tradicional y construimos lo nuestro. Una vez dije que no era ni uribista ni antiuribista porque el mundo no puede estar definido en estar o no con él. Esas son las cosas de la política tradicional que detesta la gente. Esa es la diferencia.

¿Es verdad que el presidente Santos le ofreció que fuera uno de sus ministros?

Yo hablé con él y me dijo, de manera muy amable, que le gustaría que yo fuera parte de su gobierno. Le respondí que muchas gracias, pero que nosotros íbamos a hacer política en la construcción de una propuesta para la paz. Queremos hacer pedagogía, impulsar el eventual plebiscito, que hoy es una incertidumbre, hablar de qué país queremos.

Si bien la propuesta, como dice, está apenas en construcción, ¿cuáles creen que deben ser sus bases de cara al posconflicto?

Hay muchas cosas que tienen que estar ahí: la lucha contra la corrupción, por ejemplo. No se puede construir la paz sin entender y saber que se obliga a una política diferente. No vamos a ampliar el espectro político, que es el sentido amplio de la negociación, para hacer lo mismo. Tenemos que hacer una política donde a nadie se le paga un peso porque vote por alguien. Y por supuesto, está el tema de la educación, que es algo central y neurálgico en el modelo social que nosotros queremos. Es que vamos a enfrentar un capítulo inédito en la historia de Colombia que va a estar en discusión hasta 2022 y hasta más.

¿Discusión que de pronto va a ser entre los que están con la paz y los que están en contra?

Yo espero que haya un apoyo abrumador y consciente de construir la paz en Colombia. Esa es una tarea que exige una pedagogía que no se ha hecho. Ya después, con toda esa conciencia, nos vamos a distinguir por la propuesta que hagamos. ¿Vamos a construir una paz para polarizar y para cambiar un enemigo por otro o vamos a construir una paz donde nos podamos encontrar, donde podamos ser diferentes, sin agresiones y con objetivos comunes? Los liderazgos se construyen no por la polarización, esa es la fácil, sino por ser uno capaz de escuchar y de impulsar una propuesta que pueda caminar. Ese es el reto. Por eso le digo que la campaña va a ir hasta 2022.

¿Y cree que es obligatorio, como dicen algunos, hacer la paz también con el uribismo?

Es muy importante. Lo primero es escucharles y respetarles las opiniones, no convertirlos en enemigos sólo porque piensan diferente. El reto es entender cuáles son sus razones y crear condiciones para trabajar juntos. Los que queremos construir la paz tenemos que aprender a escuchar voces diferentes a las nuestras, ideas diferentes, y ser capaces de buscar formas de integrarlas.

¿Usted les cree a las Farc?

Creo en la forma como se ha abordado la discusión, en que la negociación ha sido seria, en la calidad del equipo negociador y en que han avanzado en darle credibilidad al proceso. Lo que hicieron las Farc la semana pasada en La Guajira fue un error, una barbaridad, no tiene explicación, fue una gran tontería, pero pienso que, a pesar de todas las dificultades, la paz va a llegar, y cuando se firme tenemos que asumirlo, creer en nosotros y seguir avanzando.

¿Aunque toque tragarnos muchos sapos, y bastante grandes?

Eso es natural. Estamos en una negociación. Si estuviéramos en una reunión de amigos, sería sencillo ponernos de acuerdo. Son 50 años de guerra, de odios, de amarguras, de destrucción, y entre más nos demoremos en pasar esa página será más difícil para todos.

¿Plebiscito o constituyente como mecanismo de refrendación?

Creo que el primer paso va a ser el plebiscito. ¿Qué viene después? Eso es otra cosa. El plebiscito será para decir que vamos a apostarle a la paz y reconocer que hay unos acuerdos, pero su implementación requiere de unos cambios en la estructura del país en el orden constitucional, y lo que no sabemos es si este Congreso y la estructura política actual son capaces de hacerlos.

Es decir, constituyente sí, pero después…

Es una posibilidad. Ahora, ¿qué tipo de constituyente? Ese es un camino que habría que recorrer, pero lo mejor es no desconcentrarnos del primer paso, que es que se firme el acuerdo, para afrontar el reto pedagógico-político de explicarle a Colombia por qué hay que votar por el sí en el plebiscito. Y la voz nuestra la tenemos que hacer escuchar ahí.

¿No cree que es mejor hablar del fin de la confrontación con las Farc? Porque seguirán vigentes otros fenómenos de violencia, como el de las bacrim, el Eln, el narcotráfico...

Una de las cosas que tenemos que entender es que la firma de un acuerdo de paz con las Farc no acaba la violencia en el país. Los retos de seguridad serán exigentes, pero también es cierto que le vamos a quitar a esa violencia un componente muy grande. Como matemático soy pragmático: si tenemos un problema muy grande, le vamos reduciendo el tamaño. Esa es una primera condición.

Sobre los cuestionamientos en su contra

Una vez por fuera de la Gobernación, algunos sectores políticos han cuestionado las actuaciones de Fajardo, entre ellos el actual mandatario del departamento Luis Pérez. Se le ha señalado, por ejemplo, de haber dejado endeudado a Antioquia, de malos resultados en el IDEA y hasta de excesivos gastos de publicidad en su mandato.

Ante estos interrogantes, el exmandatario enfatizó que desde su primer gobierno en la Alcaldía hasta el de la Gobernación, la transparencia ha sido absoluta.

“Nosotros hemos respondido por todo, no nos escondemos, no tenemos testaferros, no ponemos cortinas de humo. Todo es visible, las disputas que se dan en ese terreno son del tamaño de los intereses de las personas. Hay un espacio a un mundo al que no vamos a entrar y seguimos avanzando. Me siento orgulloso por lo que hemos hecho por la transformación de Medellín y Antoquia”, concluyó.

Por Hugo García Segura

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