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Votos por oraciones

Líderes de las campañas por el Sí y el No han lanzado una cruzada para conseguir los cerca de siete millones de votos provenientes de las diferentes congregaciones religiosas del país.

Marcela Osorio Granados - Alfredo Molano Jimeno
12 de septiembre de 2016 - 02:00 a. m.
Algunos cálculos hablan de que en Colombia puede haber más de siete millones de seguidores de los cultos religiosos. / Cristian Garavito
Algunos cálculos hablan de que en Colombia puede haber más de siete millones de seguidores de los cultos religiosos. / Cristian Garavito
Foto: CRISTIAN GARAVITO

En épocas electorales, un jugoso botín para los políticos son los fieles de las distintas iglesias. Y la campaña por el plebiscito para refrendar los acuerdos de paz con las Farc no ha sido la excepción. Algunos cálculos hablan de que en Colombia puede haber más de siete millones de seguidores de los cultos religiosos. Un número nada despreciable, dado que el umbral de participación con el que se avalará o rechazará la refrendación es de 4,5 millones de votos.

Y el pulso por la bendición de los pastores y altos jerarcas de las iglesias ha sido intenso. Con un elemento adicional: el enrarecimiento de la relación entre líderes religiosos y el Gobierno por cuenta de dos situaciones: la polémica por las cartillas de educación de género impulsadas por el Ministerio de Educación y el proyecto de ley que convoca a un referendo contra la adopción por parte de parejas del mismo sexo. De alguna manera, la posición del Ejecutivo en estas dos iniciativas determina el apoyo o rechazo al plebiscito para la paz.

Tanto ha sido el lobby del Gobierno y la oposición a los líderes religiosos, que al igual que lo que pasa en la opinión pública, han logrado dividir las congregaciones. Por los lados de la Iglesia católica, el ambiente es de neutralidad. Una posición que extraña a muchos, pues ha sido una constante abanderada en el país de iniciativas de paz y reconciliación y en no pocas ocasiones ha oficiado como facilitadora de acercamientos. Pero en esta oportunidad ha dejado ver que su mensaje no polarizará.

Precisamente ese fue el sentido del llamado que el pasado viernes hizo el arzobispo de Tunja y presidente de la Conferencia Episcopal, Luis Augusto Castro, a los fieles: no ser indiferentes ante los acuerdos y ejercer su derecho al voto de manera consciente. “Convocamos al pueblo colombiano a participar en la consulta sobre los acuerdos de La Habana, de manera responsable, con un voto informado y en conciencia, que exprese libremente su opinión”, sostuvo Castro en un comunicado.

El mensaje, aunque contundente, deja la impresión de que en la misma Iglesia hay escisiones. Por ejemplo, en días pasados, el arzobispo de Cali, monseñor Darío de Jesús Monsalve, manifestó que “todo ciudadano honesto dará su voto por el Sí a los acuerdos y no solo a los que se hagan con las Farc, también a los que se hagan con el Eln”. Las críticas no se hicieron esperar e incluso la misma Conferencia Episcopal tuvo que sacar un comunicado en el que llamó al orden a Monsalve, enfatizando que la Iglesia católica no estaba induciendo a la población a tomar partido en la votación y pidiendo a los medios de comunicación evitar mensajes equívocos que pusieran en entredicho su postura.

Al panorama se suma la reciente decisión del papa Francisco quien, si bien ha respaldado públicamente y en repetidas ocasiones el proceso de paz colombiano, finalmente declinó la invitación del Gobierno y las Farc a participar en la escogencia del comité que a su vez seleccionará a los magistrados que integrarán la Jurisdicción Especial para la Paz.

En la misma línea de imparcialidad está el Consejo Evangélico de Colombia (Cedecol), que funciona en Colombia desde 1950 y entre congregaciones, denominaciones, empresas y organizaciones cristianas suma varios millones de creyentes. A través de su presidente, Édgar Castaño Díaz, ha dejado claro que no toma partido por el Sí o el No y que el llamado es a participar en las elecciones estudiando y conociendo la minucia de lo acordado. “La paz es propia de la naturaleza de la iglesia cristiana, esto nos debe llevara a diferenciar entre la paz y el refrendar los acuerdos de La Habana (…) les invitamos a tener en cuenta esta diferencia y votar según el Espíritu Santo les inspire para la mejor decisión en bien de nuestra Nación”, señalaba en un comunicado.

Por los lados del No, ha sido viral en las redes sociales la postura del pastor Miguel Arrázola, de la Iglesia Ríos de Vida, quien desde su púlpito en Cartagena ha convocado a su comunidad a rechazar los acuerdos. Y tal ha sido la vehemencia con la que ha pedido apoyar al Centro Democrático en su cruzada por el No, que incluso se refiere al presidente Santos como el “anticristo”. En esta cruzada lo acompaña el también pastor cristiano de la Misión Carismática Internacional César Castellanos, quien se ha caracterizado por exponer su postura contraria al proceso de paz y al jefe de Estado. La relación de esta iglesia con el expresidente Uribe es de vieja data.

En ese mismo camino de apoyo al No está el pastor Eduardo Cañas, de la Iglesia Manantial –una de las más grandes en Bogotá–, quien ha sostenido ante sus fieles que “el destino de Colombia no puede quedar en manos de Satanás”. Incluso, por los días del escándalo por las cartillas de educación de género, circuló un supuesto mensaje del mencionado pastor cristiano en el que se leía: “No le estoy diciendo cómo debe votar el referendo, usted sabrá en conciencia, pero como hombre público que soy me muevo por todo el país y sé que la idea de género se negoció en Cuba y está incluida en el referendo. Sí este se llega a aprobar, mucho de lo que ganamos con la libertad de culto en el pasado y más se perderá”. Una postura similar ha tenido la iglesia Familiar Internacional, cuyo líder es el pastor y concejal Marco Fidel Ramírez, quien demandó la pregunta del plebiscito y ha dicho: “Voto no al plebiscito. El Sí pisotea los principios bíblicos y ataca a la familia”.

En “reino del Sí” se conformó una alianza de iglesias a mediados de agosto que lanzó la campaña “Sí creo en la Paz”. Allí, líderes de las iglesias Menonita, Presbiteriana, Católica Guadalupana, Luterana, Católica Ortodoxa, Metodista, los católicos independientes, algunas iglesias cristianas independientes, comunidades musulmanas, budistas y hasta Hare krishna, decidieron darle un espaldarazo al Acuerdo Final, promoviendo el voto positivo en el plebiscito y destacando la importancia histórica del momento que vive el país. Incluso, se sabe que están trabajando en una estrategia de pedagogía para socializar en las diferentes comunidades el grueso del contenido pactado en La Habana.

La importancia de los votos provenientes de los fieles es tal que hasta el mismo expresidente César Gaviria, director de la campaña del Gobierno por el Sí, se reunió hace un mes con líderes destacados de congregaciones cristianas, como el exdirector del Fondo Nacional del Ahorro Ricardo Arias, quien representa a varias iglesias cristianas del país, y el director de las Iglesias de América Latina, Jorge Gómez, que reúne a diez mil iglesias en Colombia. Del encuentro salió el apoyo de un sector que mueve a un nada despreciable número de votantes. “Venimos a ofrecer nuestro pleno respaldo a la reconciliación de Colombia, al plebiscito y al Sí a la paz. Queremos que se acabe la guerra y empecemos a edificar una nueva Colombia, no podemos dejar pasar esta oportunidad de firmar la paz”, aseguró entonces Gómez.

Otro sector que ha estado muy activo en el debate sobre el plebiscito es el de las iglesias que cuentan con representación política en el Congreso. Es el caso de la Iglesia de Dios Ministerial de Jesucristo Internacional, cuyo brazo político, el Partido MIRA, inscribió comité promotor por el Sí. Lo propio ha hecho el senador y pastor Jimmy Chamorro, de la Cruzada Estudiantil y Profesional de Colombia, quien ha sido un importante defensor del proceso de paz.

Y finalmente, está la que quizá sea la iglesia cristina más grande del país: la Casa sobre la Roca, de la cual hace parte la senadora Viviane Morales. En ella se advierte cierta división y el punto decisorio será el debate del próximo martes del proyecto para convocar a un referendo contra la adopción por parte de parejas del mismo sexo. Mientras tanto, sus líderes han pedido estudiar los acuerdos de paz y votar a conciencia.

Así es como la política ha entrado al campo de las “cosas de Dios”. El plebiscito refrendatorio de los acuerdos de paz ha puesto a los líderes de las campañas a pelearse los votos de los feligreses. Un escenario que recuerda los años en que se gestó la violencia bipartidista, cuando el padre Miguel Ángel Builes Gómez desde el púlpito adoctrinaba a los fieles sobre cuál debía ser el partido de Dios. Guardadas las proporciones con aquellos tiempos, hoy los políticos se disputan las bendiciones divinas.

Por Marcela Osorio Granados - Alfredo Molano Jimeno

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