Mientras el mundo enfrenta la pandemia de COVID-19, en Mongolia Interior, una región en el norte de China, se prendió una nueva alerta por virus. Se trata de la peste bubónica que contrajo un pastor Bayannur, quien se encuentra en este momento estable y en cuarentena. Esta enfermedad, originada por una infección bacteriana, fue la misma que causó alrededor de 50 millones de muertes en África, Asia y Europa durante la Edad Media. A raíz del caso, las autoridades sanitarias declararon alerta preventiva en tercer grado. (Lea: Alcalde de Medellín anuncia matrícula cero para más de 24 mil estudiantes de educación superior )
La alerta, segunda entre cuatro niveles de urgencia, prohibe la caza y el consumo de animales con el fin de prevenir nuevos contagios. Si bien se desconoce cómo se infectó el hombre, se sabe que la bacteria Yersinia pestis es la responsable de originar el virus y que los roedores son portadores de ella, al igual que las marmotas. Al picar a un animal enfermo, las moscas pueden transportarla también.
Pese a que esta infección es tratable con antibióticos, sus síntomas similares a la gripe retardan el diagnóstico. Son los ganglios linfáticos los que se inflaman por esta bacteria que hace tres años contagió a más de 300 personas en Madagascar. Hace un año, en la misma región China, dos personas murieron después de comer carne cruda de una marmota. Ambos habían contraído la peste.
De acuerdo con la Organización Mundial de Salud (OMS), al no ser tratada, alrededor del 30 al 60 % de los casos pueden llegar a ser mortales. Esto se debe a que sin cuidado el virus se convierte en peste neumónica, cuyo desarrollo termina en neumonía rápidamente. De ahí que la prevención, por parte de los funcionarios chinos, ha sido extender hasta el fin de año la alerta dictada.