Arma colombiana contra el ácaro que vive en las pestañas

Expertos de la Universidad del Norte, la Clínica Oftalmológica del Caribe y Procaps desarrollan un proyecto para mejorar la calidad de vida de los pacientes con blefaritis, enfermedad producida por dos ácaros.

Jesús Anturi - Luis Navas*
24 de enero de 2019 - 02:00 a. m.
Expertos de la Universidad  del Norte, la Clínica Oftalmológica del Caribe y Procaps desarrollan un proyecto para mejorar la calidad de vida de los pacientes con blefaritis.  / Pixabay
Expertos de la Universidad del Norte, la Clínica Oftalmológica del Caribe y Procaps desarrollan un proyecto para mejorar la calidad de vida de los pacientes con blefaritis. / Pixabay

Pese a que pueden vivir muy cerca del ojo humano, no los vemos. Son diminutos, microscópicos, de aproximadamente 0,4 mm de longitud. Tienen cuatro pares de patas cortas, son incoloros y su cuerpo es alargado como el de una lombriz. Se desplazan a ritmo lento en el interior de los folículos pilosos de las pestañas humanas y dejan sus huevos distribuidos por todo el párpado. Se trata de las especies de ácaro pertenecientes al género Demodex (del griego demos, grasa, y dex, carcoma). Fueron descubiertos en 1841 y su presencia excesiva puede estar relacionada con la aparición de enfermedades cutáneas y oculares.

Antes de entrar en pensamientos tormentosos sobre la idea de convivir con un parásito en la cara o de empezar a buscar un método o producto dermatológico para eliminarlos, hay que dejar claro que estos huéspedes son inofensivos si su población se mantiene controlada. Mejor dicho, hacen parte de la fauna natural de nuestra piel. Existen al menos dos especies de Demodex: Demodex longus y Demodex brevis, y por lo general se adquieren durante la lactancia.

Los efectos de su presencia cerca del ojo humano todavía son tema de estudio. Algunos los consideran inofensivos, mientras otros reconocen que juegan un papel importante en la aparición y complicación de enfermedades como blefaritis, rosácea o foliculitis.

Las complicaciones comienzan cuando su población aumenta exponencialmente, lo cual está asociado con un conjunto de afecciones cutáneas conocidas como demodicosis, que van desde la irritación e inflamación de los párpados, hasta la aparición de escamas en el borde de los ojos, llegando incluso a comprometer, en un estado avanzado, la pérdida de pestañas.

Se estima que en el mundo, el 60 % de los adultos por encima de los 50 años padece blefaritis eccematosa crónica. La calidad de vida de quien la padece se ve comprometida por síntomas como la inflamación de los párpados, que son invadidos por múltiples microorganismos, lo cual produce descamación, irritación, comezón, enrojecimiento y ardor en los ojos, debido, principalmente, a los detritos de estos microorganismos. Eliminarlos totalmente es una tarea imposible. Su contagio puede darse a través del uso de almohadas, toallas, sábanas o del contacto con otras personas.

El tratamiento de los molestos síntomas incluye tradicionalmente medicamentos tópicos y orales paliativos. Estos tratamientos tienen efectos irritantes, un eventual grado de toxicidad y una efectividad limitada.

Desarrollo 100 % caribe

Un equipo de científicos y médicos del Caribe compuesto por expertos de la Clínica Oftalmológica del Caribe, la Universidad del Norte y el Centro de Investigaciones Farmacéuticas Procaps (Cifpro) desarrolla una investigación orientada a resolver esta problemática.

Aunque tienen claro que este ácaro no es la única causa de la blefaritis, los investigadores creen que su presencia está asociada con esta enfermedad. Estudios recientes, bajo técnicas de biología molecular, le atribuyen una posible conexión con la aparición de cáncer de piel.

El grupo de la Clínica Oftalmológica del Caribe, de la mano de Luis Escaf, director científico, y Martha Lizarazo, directora de la Unidad de Superficie Ocular y Blefaritis, trabajaron junto al Grupo de Inmunología y Biología Molecular de la U. del Norte, y la empresa farmacéutica Procaps, para desarrollar un producto contra este problema y mejorar la calidad de vida de los pacientes afectados por la blefaritis.

La experiencia en la implementación de este desarrollo tecnológico sirvió de base para definir una ruta de trabajo por parte del grupo científico de Uninorte, el cual, bajo la coordinación del doctor Eduardo Egea, se ha dedicado a desarrollar investigación básica y aplicada orientada a obtener soluciones para enfermedades alérgicas durante más de 18 años. El primer paso fue la selección e identificación de aceites esenciales con potencial curativo. Luego se extrajeron los ácaros de las pestañas infectadas de pacientes. Estos se aislaron y, a través de medios de preservación especiales, se cultivaron. (Le puede interesar: Descubren nuevas especies de ácaros en cafetales colombianos)

Buscaban una fórmula que deshidratara y destruyera el ácaro y sus huevos. Se realizaron más de 1.500 ensayos con el fin de detectar los aceites vegetales con más potencial.

“Aplicamos los aceites sobre el Demodex para evaluar el efecto acaricida que permitió analizar el potencial de cada uno de nuestros desarrollos en diferentes concentraciones y con diversas técnicas”, explicó Eduardo Egea, investigador de la U. del Norte.

Posteriormente se determinaron los principios activos con mayor acción acaricida, se afinaron las concentraciones y se comprobó que la combinación final deshidrataba y eliminaba el ácaro y sus huevos en todas las fases de su ciclo vital. 

Finalmente, el equipo de investigación conformado por las tres instituciones logró transformar la investigación en un desarrollo tecnológico original con un poder acaricida para el Demodex (ácaro adulto y sus larvas) y con un poder destructivo para los huevos del parásito. Se espera lanzar al mercado en 2019 un producto comercial que contenga estas propiedades y que beneficie la calidad de vida de las personas que padecen enfermedades asociadas a la presencia excesiva del ácaro en las pestañas.

Antecedentes del grupo de investigación

El proyecto cuenta con la experiencia del grupo de investigación Inmunología y Biología Molecular, que por cerca de 27 años de trabajo en el área ha tenido logros considerables en nuestro contexto: 12 patentes (tres nacionales y nueve internacionales), cinco solicitudes de patentes internacionales en curso y un producto tecnológico que actualmente se encuentra en el sector comercial (Acar Klean). Además participó en la evaluación técnica y científica de la aplicación de la vacuna del virus de la hepatitis B, así como en el diseño e implementación del programa de prevención y control de la infección de este virus por medio de la vacuna. (Acá también: Las palomas y el aumento de alergias en humanos están relacionados)

Su enfoque investigativo se ha especializado en la identificación de las bases moleculares y genéticas de la respuesta inmune en enfermedades crónicas no transmisibles, cuyos resultados puedan ser aprovechados en acciones de salud pública y en transferencias tecnológicas hacia el sector productivo. En lo referente al estudio de los ácaros, el grupo tiene patentados tres desarrollos tecnológicos orientados a la prevención y el control de enfermedades alérgicas, que incluye un dispositivo para detectar la contaminación de ácaros del polvo, un estuche para la detección de ácaros en ambientes intramuros, y oligopéptidos, pequeños fragmentos de proteínas de los alérgenos de ácaro, obtenidos y sintetizados en el laboratorio. Estos dos últimos generaron patentes compartidas con el Instituto de Errores Metabólicos de la Pontificia Universidad Javeriana. Los oligopéptidos han representado un logro de gran transcendencia para la región Andina, pues hasta el 2002 no se habían patentado oligopéptidos sintéticos en esta parte del continente. La tecnología también fue patentada en Estados Unidos y Europa.

“Los oligopéptidos sintéticos son capaces de desencadenar una repuesta inmunológica con la producción de anticuerpos en un organismo. Es decir, podrían ser utilizados para el desarrollo de novedosos tratamientos futuros para prevenir enfermedades alérgicas generadas por los ácaros”, señala Egea, y agrega que toda esta trayectoria investigativa fue el soporte científico básico, que unido a la experiencia de Procaps y la Clínica Oftalmológica del Caribe posibilitó alcanzar en tiempo récord un desarrollo tecnológico con poder acaricida para el Demodex. “Este es un ejemplo claro de que la ciencia, la investigación científica y el desarrollo tecnológico no se hacen solos. Es un diálogo de saberes y un trabajo de equipos”, concluye Egea.

Por Jesús Anturi - Luis Navas*

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