Identifican la proteína esencial para que persistan los recuerdos

Los malos recuerdos podrián durar sólo días gracias a la proteina BDNF, que es capaz de convertir un recuerdo pasajero en uno perdurable o borrar situaciones traumáticas.

El Espectador
13 de febrero de 2008 - 08:51 a. m.

La administración de esa proteína sería la pieza clave para promover la persistencia y el almacenamiento de largo plazo de la memoria, señalaron los científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires.

El año pasado el equipo había descubierto que un recuerdo sólo persiste en el tiempo si cierto número de horas después de haberlo adquirido el cerebro sintetiza una proteína que intervino en su formación y cuyas siglas en inglés son BDNF.

“En ese experimento, si se producía la síntesis de BDNF, los recuerdos duraban doce días, pero si la bloqueábamos, sólo dos. En este trabajo nos hicimos otra pregunta: ¿es posible convertir un recuerdo pasajero en persistente?”, recordó uno de los investigadores, Pedro Beckinschtein.

Para probar su hipótesis, el equipo, entre cuyos integrantes también hay un miembro del brasileño Centro de Memoria de la Pontificia Universidad Católica de Rio Grande do Sul, comparó en roedores los efectos de dos protocolos de entrenamiento.

“En ambos, si las ratas bajaban de una plataforma se encontraban con una grilla que les daba un golpe de electricidad, pero en un caso el shock era más suave que en el otro”, describió Beckinschtein.

El experto agregó que mientras “un grupo formaba recuerdos que persistían durante doce días, el que recibía el golpe más suave sólo por dos, pero entonces a los animales del segundo grupo se les inyectaba BDNF en el hipocampo durante la fase de 'estabilización diferida' del recuerdo”.
 
“Cuando medimos lo que tardaban en descender de la plataforma e hicimos el análisis estadístico, el efecto fue clarísimo: en el grupo que debió haber formado una memoria pasajera, tras la inyección de BDNF se había formado una memoria persistente”, detalló.

Para otro de los investigadores, Jorge Medina, el hallazgo abre perspectivas insospechadas y “lo importante de este experimento es que demuestra que en principio sería posible modificar la duración de los recuerdos”.
 
“Por ejemplo, si uno pudiera intervenir bloqueando el sistema que genera persistencia cuando a una persona le ocurre algo traumático, podría hacer que ese recuerdo durara poco. Es decir, si pudiera manipular naturalmente o con fármacos la síntesis de BDNF, podría controlar su duración”.
 
Medina dijo que tras los experimentos con animales el objetivo de los investigadores “es probar que este período de doce horas también actúa en las personas”.

Por El Espectador

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