Su trabajo, publicado en la revista Land Use Policy, es una de las primeras evaluaciones económicas a largo plazo que se realizan sobre la adopción de estas políticas por parte de una ciudad española.
Por un lado, según reportó la Agencia Sinc, consideraron tanto los costos de construcción y mantenimiento de las infraestructuras ciclistas como los derivados de una posible mayor accidentalidad vial debido a los accidentes entre ciclistas con peatones y automovilistas.
También cuantificaron beneficios como el ahorro en los costos de uso y el mantenimiento de vehículos a motor; el valor monetario del ahorro de tiempo en los desplazamientos por el uso de la bicicleta, especialmente frente a los usuarios de transporte público; la disminución de la mortalidad como consecuencia del mayor ejercicio físico, y los menores costes asociados a la disminución de las emisiones contaminantes, que se han estimado para cada una de ellas por separado (HC, NOx, CO2, SO2 y partículas).
Una ver realizados todos los cálculos y estimaciones, los investigadores españoles estimaron que la rentabilidad social que se está consiguiendo con la inversión pública de una red de bicicletas para Sevilla es de un 130 % de media (en un rango que iría del 116 % al 144 %), dando un retorno positivo estimado de unos 550 millones de euros para la ciudad.
“Estamos hablando de una tasa de rentabilidad social extraordinaria, frente a lo que se ha obtenido en inversiones en infraestructuras de transporte en general”, comentó el profesor José Ignacio Castillo Manzano, autor principal del estudio.