Claves del cáncer gástrico en Nariño

En Túquerres el riesgo de tumores gástricos es 25 veces mayor que en Tumaco.

Pablo Correa
14 de enero de 2014 - 09:30 p. m.
En Tumaco (foto) el riesgo de cáncer gástrico es bajo a pesar de las altas tasas de infección con ‘H. pylori’, la bacteria que provoca la enfermedad. / David Campuzano
En Tumaco (foto) el riesgo de cáncer gástrico es bajo a pesar de las altas tasas de infección con ‘H. pylori’, la bacteria que provoca la enfermedad. / David Campuzano

Para los habitantes de Túquerres, un municipio nariñense enclavado en lo alto de la cordillera de los Andes, el riesgo de sufrir cáncer gástrico es de 150 casos por cada 100.000 habitantes. Uno de los más altos del continente. A tan sólo 200 kilómetros de ahí, en Tumaco, ese riesgo es mucho menor: tan sólo 6 por cada 100.000 habitantes.

¿Por qué los tuquerreños tienen un riesgo 25 veces más alto de padecer esta enfermedad que sus vecinos de la costa Pacífica? Un grupo de investigadores liderados por el colombiano Pelayo Correa y Scott Williams de la Universidad Vanderbilt (Tennessee, EE.UU.), y en el que jugó un papel principal el microbiólogo de la Universidad de Nariño Álvaro Pazos, cree que la razón de estas diferencias se esconde en el árbol genealógico de las dos comunidades, pero también en el de la bacteria Helicobacter pylori. Este microorganismo es considerado una de las principales causas de la enfermedad, que representa el 10% de las muertes por cáncer en todo el mundo.

La bacteria H. pylori ha coevolucionado por miles de años con los humanos. Escondida en las paredes de nuestros estómagos, aprendió a sobrevivir y a reproducirse. El problema, apuntaron los investigadores luego de analizar el ADN de las bacterias y el origen racial de los pacientes, surge cuando las cepas presentes en una población infectan a habitantes de otra población.

De acuerdo con el microbiólogo Álvaro Pazos, la mayoría de los pobladores de Tumaco (58%) tienen ancestros de origen africano y las cepas de H. pylori que se pueden encontrar en sus sistemas digestivos también corresponden con cepas originales de África. En cambio, en Túquerres el 67% de la población tiene antepasados amerindios y un 37% comparte ancestros europeos. En cuanto a las cepas de H. pylori en sus estómagos, estas corresponden genealógicamente a variedades europeas.

En pocas palabras, cuando las bacterias tienen el mismo origen de sus hospederos, el riesgo de que les provoquen cáncer es menor que cuando unos y otras provienen de orígenes distintos. En el caso de poblaciones como la de Túquerres, explicó Barbara Schneider, de la U. Vanderbilt y coautora del estudio, “los anfitriones y las cepas no han tenido la oportunidad de hacer la paz”.

Mark Achtman, microbiólogo de la Universidad de Warwick, del Reino Unido, comentó a la revista Nature que se trata de una investigación clara y novedosa, pero que le gustaría que se repitieran los experimentos en otros lugares de Sur América para descartar otras explicaciones.

Los resultados de la investigación fueron publicados en la revista de la Academia de Ciencias de los Estados Unidos. Para sus autores, este trabajo ayuda a resolver lo que se conoce como “el enigma africano”, y es la baja prevalencia de cáncer gástrico entre los africanos a pesar de las altas tasas de infección por H. pylori. Pero más allá de esto, señalaron, el trabajo abre nuevas perspectivas para identificar cuáles personas están en mayor riesgo de sufrir la enfermedad y, por lo tanto, deben recibir atención clínica más oportuna.

 

 

pcorrea@elespectador.com

@pcorrea78

Por Pablo Correa

 

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