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Desnutrición en Latinoamérica superó las 53 millones de personas en 2008

La crisis mundial puede acabar con los avances en la lucha contra el hambre alcanzados en los últimos años en Latinoamérica y el Caribe, donde la desnutrición en 2008 podría afectar a más de los 53 millones de personas que la padecían en 1990, informó la oficina regional de la FAO.

Agencia EFE
10 de diciembre de 2008 - 04:23 p. m.

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) estima que 923 millones de personas pasaron hambre en el mundo el año pasado, 51 millones de ellas en Latinoamérica, sobre todo debido al incremento de los precios de los alimentos.

José Graziano, director de la FAO para América Latina y el Caribe, explicó en una rueda de prensa que se prevé que el número de desnutridos en el mundo aumente en 2008 hasta 963 millones de personas, aunque aún no se conoce cuántas de ellas viven en Latinoamérica.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe avanzó en un informe difundido este martes que este año 11 millones de personas más que en 2007 no alcanzan a comprar la canasta básica, aunque no todos ellos están subnutridos, ya que algunos pueden acceder a ayudas sociales.

No obstante, Graziano considera que si un tercio de ellos pasara hambre representaría ya “un impacto importante” que dilapidaría el éxito en la reducción de dos millones de hambrientos que se ha alcanzado en la región entre 1990 (53 millones) y 2007 (51 millones).
 
Ese avance tuvo su punto culminante en 2005, cuando el hambre afectó a 45 millones de personas, por lo que Graziano lamenta que en quince años ocho millones de ciudadanos dejaran de pasar hambre, mientras que en sólo dos años seis millones han vuelto a pasar por esa penuria.

“Creemos que la ventaja de dos millones se ha perdido, porque el impacto de la crisis en 2008 ha sido de los peores”, afirmó el responsable regional de la FAO, que sin embargo se mostró “optimista” de cara al 2009, si el crecimiento en la región se mantiene y los precios continúan a la baja.

Según Graziano, “hay tiempo para que los gobiernos tomen medidas con el fin de que no se concrete la crisis anunciada”, iniciativas que a su juicio se centran en garantizar el crédito a los agricultores, asegurar los precios con valores de referencia y respaldar los mercados locales.

Para ello, apuesta por extender los programas de protección social, como los comedores o las guarderías escolares, y fomentar los productos locales, como la papa, el choclo (maíz), el frijol, la yuca o la quinua, en detrimento de granos importados desde países desarrollados, como el trigo.

Graziano estima que los subsidios que los países desarrollados, como los europeos o Estados Unidos, destinan a la agricultura suponen una “competencia desleal”, ya que no sólo subvencionan el cultivo, sino también la exportación, lo que “desestimula la producción” en otras regiones.

“La agricultura ha sido abandonada durante 30 años y los Estados de la región se han acostumbrado a importar productos subsidiados desde los países desarrollados”, subraya Graziano, quien resalta que Latinoamérica es la principal región productora y exportadora de alimentos del mundo.

Por Agencia EFE

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