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El 97% de la inversión para el desarrollo de vacuna AstraZeneca fue de fondos públicos

Luego de que un estudio revelara que el 97% de la inversión para desarrollar la vacuna de AstraZeneca contra el coronavirus fue pública, se enciende nuevamente el debate para la liberación de las patentes. Incluso, 170 personalidades mundiales, entre exgobernantes y premios Nobel, pidieron la suspensión temporal de las licencias, en una carta pública, para poder aumentar las dosis disponibles.

16 de abril de 2021 - 06:53 p. m.
La industria farmacéutica soportó menos del 3% de los costos de investigación que hicieron esta vacuna posible.
La industria farmacéutica soportó menos del 3% de los costos de investigación que hicieron esta vacuna posible.
Foto: Astra

“¿Quién financió la investigación detrás de la vacuna contra el COVID-19 de Oxford-AstraZeneca?”, así se tituló el estudio más grande y ambicioso hasta la fecha sobre la financiación que ha tenido el desarrollo de alguna vacuna contra el coronavirus. En este caso, la desarrollada entre la Universidad de Oxford y AstraZeneca. (Le recomendamos: Privados quieren traer vacunas contra el coronavirus. ¿Qué tan fácil y pronto pueden hacerlo?)

Aunque, hasta ahora, el estudio no ha sido revisado por pares, tuvo en cuenta 100 artículos revisados por pares -publicados entre el 2002 y el 2020- relevantes para la elaboración de la tecnología ChAdOX (tecnología de vector de adenovirus), que es la que se ha usado y desarrollado durante casi dos décadas de investigación en la Universidad de Oxford para la elaboración de este tipo de vacunas, y la que está presente en la vacuna contra el COVID-19.

En esos artículos identificaron las principales fuentes de financiación mencionadas en sus declaraciones y, siempre que fue posible, rastraron la donación específica de dinero entregada por esos financiadores.

Los investigadores, que hacen parte de la Alianza de Universidades por las Medicinas Esenciales en el Reino Unido, pudieron identificar más de £ 228 millones en subvenciones, la mayor parte de gobiernos extranjeros, incluida la Unión Europea, seguida por el Reino Unido y luego una fundación benéfica. En otras palabras, encontraron que la financiación pública para el desarrollo de esta vacuna de Oxford- AstraZeneca representaba entre el 97,1% y el 99%. “Además, nos encontramos con una grave falta de transparencia en los mecanismos de información sobre financiación de la investigación”, informaron los expertos en el artículo. (Puede leer: “La pandemia está próxima a alcanzar el mayor pico de contagios registrado”, OMS)

En conclusión, la gran mayoría del dinero, especialmente en las etapas iniciales de la investigación y desarrollo de la tecnología ChaAdOX provenía de los departamentos del gobierno británico, institutos científicos británicos y americanos, y la Comisión europea y fundaciones. La industria farmacéutica soportó menos del 3% de los costos de investigación que hicieron esta vacuna posible. “Ha sido la inversión pública y la colaboración internacional las que han traído las vacunas frente al virus”, insistieron los investigadores en el escrito.

La publicación de estos resultados volvió a impulsar un debate que lleva dándose desde hace tiempo, pero que ha tomado mucha fuerza particularmente con la llegada de la pandemia: la liberación de las patentes. La industria farmacéutica insiste que las patentes de las vacunas contra el coronavirus, y otras medidas que restringen ampliar el acceso a estos biológicos, son fundamentales para el mundo, ya que los derechos de propiedad y la capacidad de generar ganancias son el “motor de innovación de las vacunas”. (Puede leer: Estas son las razones por las que sí debe aplicarse la vacuna de Sinovac)

Dicho de otra forma, el sistema de patentes impide que otros productores que no sean titulares de las licencias fabriquen las vacunas (uno de los motivos que está causando actualmente un retraso en la administración y la distribución de los biológicos a la población mundial, principalmente en los países pobres). Pero este estudio demuestra que el motor de la innovación no recae en la industria, sino que está realmente está en los fondos públicos. Los dueños de las patentes (que pueden tenerlas entre 10 y 20 años), sin embargo, siguen “recuperando sus inversiones” y los riesgos que asumen al desarrollar estos fármacos durante ese periodo de tiempo.

“Necesitamos dejar de perpetuar la narrativa en la que el sector privado y las ganancias son los únicos impulsores de la innovación, y reconocer que la tecnología de la vacuna ChAdOx, que salva vidas, se desarrolló con casi total financiación gubernamental y caritativa”, insistieron los investigadores.

La vacuna de Oxford – AstraZéneca no ha sido la única. Como lo muestra un artículo del diario El País, el gobierno de Estados Unidos también expuso en un comunicado que ha dedicado más de 3.400 millones de euros para el desarrollo, ensayos clínicos y producción de la vacuna contra el COVID-19 de Moderna, basada en la tecnología de ARN mensajero. “Como referencia, esta cantidad es más de cuatro veces superior a todo el presupuesto en investigación y desarrollo de Moderna en el año 2020, en el que desarrolló su vacuna”, expone el medio español.

Sin duda, esta nueva información pone nuevas presiones sobre el sistema de patentes. De hecho, 170 líderes mundiales, entre exdirigentes y premios Nobel, enviaron una carta pública a Joe Biden, presidente de Estados Unidos, pidiéndole la suspensión temporal de las licencias. Esta suspensión, señalan en la carta, haría parte de una “etapa vital y necesaria para acabar con la pandemia”.

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@HerbólogaRaquel(46037)16 de abril de 2021 - 09:26 p. m.
Como siempre, los costos o las pérdidas se socializan (los fondos púbicos usados vienen de los impuestos) y las utilidades se privatizan. Pasó igual aquí con la crisis del sistema financiero, cuando el gobierno le dió un montón de plata de nuestros impuestos a los bancos, pero nunca la banca ha compartido sus utilidades con la sociedad: ni a través de impuestos, o préstamos sin interés o algo.
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