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Las dos semanas más tristes de la última década

Desde 2008 un grupo de matemáticos monitorea el grado de felicidad global expresado a través de tweets. El coronavirus y el asesinato de George Floyd marcaron el momento de mayor desesperanza.

07 de julio de 2020 - 05:11 a. m.
El hedonómetro es un algoritmo diseñado para comparar el lenguaje utilizado en los tuits para generar una medida indirecta del estado emocional de la sociedad en ese instante.
El hedonómetro es un algoritmo diseñado para comparar el lenguaje utilizado en los tuits para generar una medida indirecta del estado emocional de la sociedad en ese instante.
Foto: Gino Crescoli / Pixabay

A los ojos de Chris Danforth y Peter Dodds, matemáticos aplicados en la Universidad de Vermont, en Burlington, las redes sociales, particularmente Twitter, son el termómetro ideal para medir el estado emocional de una sociedad en un momento determinado. Como otros investigadores alrededor del mundo han aprendido a extraer de ellas información que sus propios usuarios ni se imaginan.

En 2008, estos dos científicos crearon una herramienta que bautizaron “hedonómetro”. En la larga lista de herramientas creadas a lo largo de la humanidad esta es bastante digna de nuestros tiempos: “Un dispositivo para medir la felicidad o el placer”. Desde el siglo XIX, los científicos sociales ya soñaban con algo parecido, una máquina capaz de representar el nivel de felicidad o placer experimentado por uno o muchos individuos. Danforth y Dodds lo han llamado en otras ocasiones el “índice de felicidad Dow Jones”.

En pocas palabras, se trata de un algoritmo diseñado para comparar el lenguaje utilizado en los tuits con una base de datos de más de 10 mil palabras comunes, extraídas de Google Books, The New York Times, letras de canciones y el propio Twitter. Estas han sido previamente calificadas por un grupo de personas en una escala de 1 a 9 puntos. Cada día el algoritmo selecciona aleatoriamente el 10 % de los tuits escritos en inglés y los califica de acuerdo con esas referencias. Así surge un puntaje general que se convierte en una medida indirecta del estado emocional de la sociedad en ese instante.

Un Día de San Valentín, por ejemplo, puede verse con claridad en el “hedonómetro” como un día bastante feliz, porque la gente suele compartir expresiones de amistad, amor y felicidad. En contraste con este tipo de eventos, noticias como el incendio en la catedral de Notre Dame en París inmediatamente generan una caída en el estado emocional de muchas personas, impactando la evaluación general.

Según lo reportó la revista Nature, las dos semanas posteriores al 26 de mayo han sido las de emociones más negativas de la última década, medidas por el “hedonómetro”. Claramente el punto de inflexión coincide con el asesinato de George Floyd a manos del oficial Derek Chauvin, el 25 de mayo de 2020, en la ciudad de Mineápolis, Minnesota.

Danforth comentó a la revista Nature que “tanto la pandemia como las protestas (por la muerte de Floyd) han sido más coherentes en términos de atención colectiva que cualquier cosa que hayamos visto”.

Desmond Patton, científico social de la Universidad de Columbia, como lo han hecho otros ante este tipo de ejercicio, hizo un llamado a tener cuidado con las extrapolaciones y conclusiones fáciles a partir de ejercicios como el “hedonómetro”. En el mismo artículo apuntó que “una cosa es decirle al mundo esta es la semana más triste, pero también en la semana más triste hay miles y miles de personas que ahora están activadas y avanzan hacia la igualdad y la justicia social”.

Lo cierto es que las redes sociales están aportando información a los científicos sociales de formas inimaginables en el pasado. En abril de 2018, un grupo internacional conformado por investigadores de España, Australia y Estados Unidos analizó 2.400 millones de mensajes de Facebook y 1.100 millones de Twitter para demostrar la relación entre clima y estados emocionales.

“Podemos observar que la manera que tenemos de expresarnos está determinada por el clima. Las condiciones climáticas adversas, como las altas y bajas temperaturas, las precipitaciones, una mayor humedad y un aumento de nubosidad, disminuyen el sentimiento de las expresiones del ser humano, como hemos podido constatar a través de miles de millones de publicaciones en redes sociales procedentes de millones de ciudadanos estadounidenses”, comentó en aquella ocasión a través de un comunicado Nick Obradovich, del Media Lab del MIT.

Un fenómeno paralelo que cada vez llama más la atención de los científicos sociales es “el contagio emocional”, que se produce a través de redes sociales. En 2015, Emilio Ferrara y Zeyao Yang, ambos adscritos a la Universidad de Indiana, condujeron un análisis entre 3.800 usuarios de Twitter y encontraron que, curiosamente, las emociones positivas que se propagan son mucho más propensas a propagarse que las negativas.

“Lo que tuiteas y compartes en las redes sociales es importante. A menudo, no solo te estás expresando a ti mismo, estás influenciando a otros”, explicó a medios de comunicación Ferrara. Otro dato interesante fue que alrededor del 20 % de los usuarios de Twitter fueron considerados altamente susceptibles al “contagio emocional”.

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