La técnica, que se practicaba sólo en Alemania y Estados Unidos, es para personas entre 45 y 60 años que tienen dificultades para llevar a cabo una vida normal activa debido a la fragilidad de su rodilla.
Los especialistas Enric Castellet, jefe de la Unidad de Rodilla, y Antonio Navarro, responsable de la Unidad de Cirugía y Ortopedia, explicaron los detalles de una intervención que dura sólo unas 48 horas de postoperatorio. Se estudia la posibilidad de que se pueda realizar de forma ambulatoria.
La artrosis de rodilla es una enfermedad articular degenerativa que se presenta cuando la superficie del cartílago se desgarra esto hace que los huesos se muevan uno contra el otro produciendo dolor y pérdida del movimiento en la articulación. Esta dolencia afecta a millones de personas en todo el mundo.
El hospital barcelonés practicó con éxito dos implantes de un dispositivo que está hecho para cada rodilla de manera individual, utilizando imágenes en tercera dimensión con resonancias magnéticas, de tal forma que se ajusta perfectamente en el hueco entre el fémur y la tibia.
Este diseño adaptable hace que el implante se mantenga en la posición exacta sin necesidad de cortar el hueso o eliminar el cartílago, con lo que se disminuye el tiempo de hospitalización.
El procedimiento clínico para el implante tarda de 40 a 50 minutos y se utiliza instrumental de artroscopia para eliminar el menisco de la rodilla afectada, luego se coloca la prótesis en la incisión de 5 ó 6 centímetros.
Después de la intervención quirúrgica, los pacientes regresan a su trabajo a las dos o tres semanas, pero pueden demorarse más para realizar una actividad física de impacto.
Los implantes sólo sirven a pacientes que padecen artrosis porque aún conservan la geometría de la rodilla, estas prótesis favorecen a gente joven y obesos que suelen tener problemas con este tipo de procedimientos convencionales.