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Regeneración celular: opción para enfermedades sin cura

Se podrían frena el avance de enfermedades degenerativas como la diabetes, el alzhéimer, la esclerosis múltiple y el párkinson.

Andrea Benavides Herrera
12 de septiembre de 2015 - 02:09 p. m.

“Yo duré ocho meses con fiebres altas, ya no tenía fuerzas y estaba postrada en una cama”. Estas son las palabras de Gladys Rubiano, una mujer de 51 años que fue diagnosticada con lupus, artritis reumatoide y vasculitis, tres enfermedades autoinmunes y degenerativas que se caracterizan por atacar los órganos y los tejidos del cuerpo humano. Gladys asegura que “estaba resignada esperando a morir: a mí ya no me trataba ningún médico porque tenía un cuadro un poco complicado”. 
 
Sin embargo, ella recuperó su energía y, aunque le decían que quedaría ciega, recobró parte de su visión en el ojo izquierdo. De igual manera, pudo disminuir los dolores que tenía en las articulaciones de sus rodillas y brazos, y también logró ganar peso. Todo ello fue posible gracias a una nueva técnica que se desarrolla en el país, en cabeza del doctor Andrés Felipe Torres, experto en neurología del dolor y medicina de regulación fisiológica, entre otras especialidades.
 
Se trata de la regeneración celular, un procedimiento en el cual se extraen células madre de la médula ósea con el fin de crear unos implantes que se colocan en los tejidos afectados por enfermedades autoinmunes (como diabetes, vitíligo y esclerosis múltiple), degenerativas (alzhéimer y párkinson) y postraumáticas (derrames cerebrales). 
 
De acuerdo con Torres, estas células ayudan a reponer, regenerar y estabilizar un tejido lesionado. “Si no tuviéramos células madre, ninguna herida cerraría y quedaría abierta toda la vida”, dice el médico, quien manifiesta que decidió dedicarse al estudio y la aplicación de este tratamiento luego de no encontrar una solución definitiva para diversas enfermedades que se presentan.
 
Un ejemplo de ello es la esclerosis múltiple, “donde el paciente queda en silla de ruedas, acostado en la cama con una sonda para poder recibir comida o para poder respirar. Lo que ha encontrado hasta ahora la ciencia son medicamentos que terminan teniendo efectos secundarios severos y lentifican la enfermedad”.
 
Si bien esta técnica no logra curar las patologías que se encuentran en un estado avanzado, sí detiene su evolución, impidiendo que la situación del paciente se agrave cada vez más, tal y como sucedió con Gladys. Asimismo, cuando la enfermedad no ha tenido mayor progreso, la regeneración permite disminuir los síntomas hasta el punto que elimina cualquier rastro de la dolencia sin dejar efectos secundarios.
 
Ese fue el caso de Alexandra Bautista, una mujer de 37 años a quien en junio del año pasado le detectaron esclerosis múltiple. Ella regresaba a Bogotá de un viaje y, de un momento a otro, sintió una “inmovilización de los dedos de los pies. Eso fue un miércoles y el jueves siguiente ya tenía un hormigueo que me llegaba hasta la cintura”. 
 
Ella ingresó a la clínica durante un mes y, según Alexandra, la neuróloga le dijo que debía inyectarse una droga específica para tratar el tema, sin embargo, aunque ésta “aliviaba el problema, tengo pleno conocimiento de que también puede dañar órganos vitales como el hígado y los riñones”. Fue por esa razón que decidió intentar con la regeneración celular, tratamiento que duró alrededor de seis meses y que tuvo un costo de 30 millones de pesos.
 
Frente al precio de la terapia, el doctor Torres asegura que puede variar entre 15 y 50 millones, según el proceso quirúrgico que se deba realizar y los especialistas que entren a esas intervenciones. Y, a pesar de que el costo puede ser elevado para la mayor parte de la población, el médico indica que es bajo en comparación a lo se encuentra en el exterior, pues un procedimiento en Europa, por ejemplo, “puede llegar hasta los 200 millones de pesos”.
 
Además, señaló que una de las ventajas en Colombia es que no sólo se trata la enfermedad, sino que se busca el origen de esa patología, de ahí que se ordenen exámenes especializados para cada paciente y, cuando ya se tiene un diagnóstico claro, se procede a la regeneración. Igualmente, a diferencia de lo que se ve en otras partes del mundo, en nuestro país se incluye un acompañamiento psicológico y nutricional para que el paciente tenga una recuperación integral.
 
Para Torres, lo ideal es que en algún momento esta terapia llegue a personas con un poder adquisitivo bajo, “que la seguridad social pueda ver lo que se está haciendo para que, algún día, más gente tenga la oportunidad de tratarse”, concluyó.

Por Andrea Benavides Herrera

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