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Tratamiento contra enfermedades de transmisión sexual permite recetar a parejas sexuales

En la terapia de Pareja Expedita, los pacientes salen de consulta con la prescripción para ellos y los distintos compañeros con los que han tenido relaciones en los últimos días.

Redacción Vivir
16 de junio de 2015 - 02:18 p. m.
La iniciativo busca disminuir la transmisión de enfermedades sexuales, al empezar a tratar a quienes se rehúsan a ir al médico por pena o porque son asintomáticos / jGoge
La iniciativo busca disminuir la transmisión de enfermedades sexuales, al empezar a tratar a quienes se rehúsan a ir al médico por pena o porque son asintomáticos / jGoge

Un polémico tratamiento contra las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) en Estados Unidos, permite a los pacientes dejar el consultorio con prescripciones para las parejas sexuales que han tenido. Con esto, se busca disminuir el contagio y empezar a tratar a las personas que nunca irían al médico, ya sea porque les da pena aceptar que tienen la enfermedad o porque nunca han presentado síntomas.

El procedimiento, que ha ido creciendo silenciosamente en varios estados, no se diferencia mucho de una visita al médico normal: el paciente llega, es revisado y diagnosticado, pero al final el médico le da una prescripción para cada pareja sexual con la que el paciente infectado estuvo en los últimos 60 días. Dependiendo de cómo lo prefiera, las recetas pueden tener los nombres exactos de las personas o escribirse de forma anónima.

El enfoque, llamado Terapia de Pareja Expedita (EPT), ha recibido el respaldo del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) y la Asociación Médica Americana, ya que según dicen, logra abordar un problema masivo donde, principalmente los hombres y las personas asintomáticas, se niegan a ir a consulta. De hecho, tres ensayos clínicos realizados en mujeres y hombres con clamidia y gonorrea, demostraron que eran más las personas que recibían tratamientos por medio del EPT, que por el tradicional método de consultar al médico de forma directa.

En 2001, el estado de California fue el primero en dar el aval al EPT, frente a una oleada de contagios de clamidia. Después, permitió que la gonorrea también se tratara de esta forma, y varios estados se fueron sumando. Solo en cuatro estados esta práctica está prohibida, y puede que disminuya a tres si el proyecto para su legalización pasa en Ohio.

Según lo analiza la revista Scientific American, varios estudios han demostrado que la mayoría de las parejas suelen entran en un círculo vicioso con las ETS. Pues mientras uno de ellos se trata, el otro, siendo asintomático y al no ir a consulta, no demora en contagiar a su compañero de nuevo. Que se pasen drogas entre ellos, puede parar esta cadena.

El problema, sin embargo, es que esta solución puede potenciar nuevos inconvenientes, entre los que se incluyen que los pacientes receten a personas que no lo necesitan o que se genere una alta resistencia a las drogas. De hecho, según la CDC, la gonorrea ya se hizo resistente a uno de los antibióticos, y cuando alguien no termina el ciclo de sus medicamentos, aumenta la probabilidad de disminuir la resistencia para toda la población.

La bacteria responsable por la transmisión de la sexual de la gonorrea, comprobó ser responsable contra dos de los antibióticos recomendados por la CDC en 1990, no obstante, los datos epidemiológicos sugieren que la resistencia llegó desde el sur de Asia.

(Lea aquí el artículo completo)

Por Redacción Vivir

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