El mencionado cable enviado desde la embajada de Estados Unidos en Colombia a Washington por el entonces embajador William Brownfield señala las versiones según las cuales el paramilitar Carlos Mario Jiménez, alias ‘Macaco’ habría realizado una especie de colecta entre varios paramilitares para supuestamente sobornar a los magistrados que tenían a su cargo la elección de Fiscal General de la Nación.
La terna para fiscal estaba integrada por los abogados Jorge Pretelt, Mario Iguarán y Consuelo Caldas. Los sondeos de opinión en los círculos judiciales daban como seguro elegido al primero. Pero entre los jefes paramilitares se tenía la creencia de que Iguarán era más confiable. No sólo porque había sido el gestor de la Ley de Justicia y Paz en su calidad de viceministro de Justicia, sino porque lo consideraban manejable a la hora de cumplir los compromisos de exiguas penas antes de convertirse en congresistas.
Tras la revelación de El Espectador, el exfiscal, hoy embajador en Egipto negó cualquier vínculo con paramilitares y señaló que fue él quien comenzó en la Fiscalía los procesos contra los desmovilizados que siguieron delinquiendo.
“Fue muy transparente la elección del doctor Iguarán”, aseguró por su parte el magistrado de la Sala Laboral de la Corte Suprema de Justicia Camilo Tarquino Gallego, quien desestimó que el exfiscal hubiera interpuesto barreras a los avances de las investigaciones en contra de dirigentes políticos sindicados de mantener vínculos con grupos paramilitares.