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Notas al vuelo

A prueba de virus

Gonzalo Silva Rivas
02 de diciembre de 2020 - 03:00 a. m.

Mientras en Colombia se define el forcejeo en los estrados judiciales alrededor de la exigencia de las pruebas PCR negativas a los viajeros del exterior, requisito que se aplica en muchos países del mundo, la industria de la aviación se encamina hacia la adopción de su propio sistema de control del COVID-19, en un intento por facilitar la apertura generalizada y segura de las fronteras internacionales, la más viable alternativa para paliar la crisis que enfrenta el sector y, en general, la actividad turística.

Las aerolíneas siguen acusando pérdidas, cada vez más cuantiosas, debido a las restricciones que desde hace ocho meses persisten en numerosos aeropuertos del mundo, alimentadas por los temores de incremento de los contagios importados. Los gravosos costos de la industria, que se extenderán hasta 2021 pese a la mejora que se pronosticaba para ese año, podrían ascender a US$157.000 millones, y el único camino para inyectar liquidez y recobrar el vuelo en un par de años es la reapertura total de fronteras, que bien pudiera lograrse como resultado de pruebas y vacunas a gran escala para generar un espacio de confianza entre autoridades y viajeros.

Ante al desplome de pasajeros, consecuencia de las barreras fronterizas, la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) le metió la mano al desarrollo de un pasaporte digital de viajes, que obligará a los pasajeros a presentar en los destinos de llegada tanto su historial como sus credenciales sobre el COVID-19. En el marco de la reciente Asamblea General de la organización se anunció que se trata de una aplicación digital, dispuesta para telefonía móvil, que sustituirá los documentos físicos relacionados con los tests y pruebas de vacunación de cada persona, a través de un sistema sencillo y verificable.

Una vez entre a comercializarse una vacuna a nivel mundial, el pasaporte de viaje de la IATA se convertirá en un instrumento de verificación clave e indispensable para los vuelos internacionales, por cuanto contendrá las validaciones sanitarias requeridas para cruzar los linderos territoriales. La plataforma digital, soportada mediante intercambio de consideraciones entre gobiernos, aerolíneas, laboratorios y viajeros, allegará certificados de vacunación y mantendrá actualizada la información disponible sobre medidas, requisitos y controles sanitarios en los diferentes países.

En aras de evitar la imposición de cuarentenas por sus elevados costos económicos, varios destinos y aerolíneas utilizan aplicaciones parecidas o exigen procedimientos de digitalización de formularios y documentación de pruebas negativas para el COVID-19. Entre las primeras, está CommonPass, desarrollada por el Foro Económico Mundial y la organización sin ánimo de lucro The Commons Project Foundation, que ha sido probada en vuelos entre Londres y Nueva York, y la AOKpass, de la firma de seguridad de viajes International SOS, exigida en el corredor aéreo de Abu Dhabi y Pakistán.

La aplicación de IATA —que, según afirman sus directivos, no almacenará datos y será gratuita para los viajeros, pero no para las aerolíneas, que pagarán una pequeña tarifa por pasajero— se encuentra en fase avanzada y el programa piloto se anuncia para este mes, en asocio con el holding anglo-español International Airlines Group (IAG), conformado por las fusionadas Iberia y British Airways. Tras el período de ensayo, el lanzamiento se haría durante el primer trimestre de 2021.

Sin embargo, entre los servicios contemplados en la aplicación hay uno que se viene discutiendo entre gobiernos y que amenaza con desatar controversia entre los defensores de derechos humanos. Se trata de incluir el registro de los certificados sanitarios en forma de códigos QR para ser leídos por los escáneres de los aeropuertos.

La propuesta coincide con una herramienta digital global que desde el inicio de la pandemia puso en marcha en su país el presidente chino, Xi Jinping, cuyas bondades planteó durante la cumbre virtual del G20 en días pasados. El mandatario sugiere el establecimiento de un sistema internacional de viaje basado en códigos QR, para determinar quién puede viajar y quién no, atendiendo a un registro que compruebe si el viajero ha sido vacunado o infectado con el virus.

El gobierno chino defiende la armonización de políticas y estándares que faciliten el flujo ordenado de personas mediante el uso del código QR, al que considera como el instrumento más efectivo para establecer el estado de salud de cada pasajero. Desde febrero último, en el gigante asiático los códigos QR con información sanitaria, escaneada y leída por los smartphones, son de uso obligatorio para el rastreo de personas, y gracias a ello se mantiene un estricto control de información actualizada sobre el estado de salud de cada ciudadano, aunque no se descarta que esa vigilancia se extienda a todos sus movimientos por parte del régimen.

Por ahora, la carrera para establecer un estándar global e implementar tecnologías para la recuperación de la industria de los viajes está en marcha y el llamado pasaporte COVID será la aplicación que permitirá recorrer los cielos del mundo. La aviación marca el trayecto hacia la nueva normalidad que abrió la pandemia y que seguramente no tardará en convertir a la humanidad en un código de barras ambulante y, desde luego, a prueba de virus.

Posdata. Mientras la Organización Mundial de la Salud (OMS) no respalda el requisito de la prueba PCR para los viajeros internacionales, el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) la recomienda con el argumento de que, aunque no elimina todos los riesgos, sí los reduce, sumada a medidas adicionales como el uso de tapabocas y el distanciamiento social.

gsilvarivas@gmail.com, @Gsilvar5

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Rodolfo(75065)02 de diciembre de 2020 - 04:06 p. m.
Por lo visto cada vez estamos más cerca de ese tenebroso futuro que George Orwell imaginaba, el del Big Brother o Gran Hermano. Los gobiernos y las organizaciones transnacionales terminarán algún día vigilando y controlando a los ciudadanos hasta invadir y asfixiar su intimidad. China desde hace tiempo se viene convirtiendo en ese gran hermano orwelliano para sus 1.500 millones de ciudadanos. Qué
AtehortuA(40638)19 de febrero de 2021 - 12:17 a. m.
Sin necesidad de chips, con los pasaportes covid empieza a formalizarse el control global, apreciado tocayo.
Iván(74883)02 de diciembre de 2020 - 09:50 p. m.
Muy cierto, el Gran Hermano se está volviendo una realidad con la construcción del llamado nuevo orden mundial... La humanidad será esclava de los grupúsculos mundiales que se tomaron el poder económico y que están preocupados por el crecimiento de la población. Vigilancia, control y muerte serán las consignas?
Atenas(06773)02 de diciembre de 2020 - 03:48 p. m.
Hasta las grandes industrias tienen q' entrar al modo adaptación q' demanda la natura en su vertiginosos giros. Y la aviación, con tamañas pérdidas, no será la excepción, y no sin olvidar q' es el cordón umbilical del turismo. Y eso, mientras aquí nuestros jueces hacen las veces de epidemiólogos con togas.
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