Actores sin ley por culpa del Congreso

Óscar Sevillano
15 de junio de 2017 - 02:00 a. m.

Con la Ley del Actor se esperaba el Congreso de la República pusiera la primera piedra para que la industria del cine, teatro y televisión reivindicara los derechos de las personas que a través de este oficio se ganan la vida; sin embargo, es claro que al no ser un tema que dé votos o que genere oportunidad para hablar en radio, prensa escrita y televisión senadores y representantes la dejaron hundir.

Este proyecto no solo le garantizaba al gremio de actores unas condiciones dignas como lo es un horario laboral establecido, tarifas de salarios, un registro nacional de actores, logística adecuada para las grabaciones, etc., sino además porcentajes en las ventas de las producciones al exterior como reconocimiento a su trabajo.

La idea representaba todo un reconocimiento a quienes dedican su vida no solo a entretener a las familias colombianas a través de series y producciones para teatro, cine y televisión, sino además a narrar la cotidianidad de nuestra sociedad, porque en cada telenovela que se realiza existe lo que se conoce como denuncia social.

Qué pesar que al no ser un tema que a nuestros congresistas les otorgue la posibilidad de posar ante las cámaras y micrófonos no se le preste la atención necesaria. Pero eso sí, cuando están en campaña, buscan afanosamente alguna figura de la televisión para pedirle fotos y valerse de su reconocimiento y así ganarse unos cuantos voticos.

He tenido la oportunidad de dialogar con distintos actores de televisión, no solo de gran trayectoria y reconocimiento como lo son Nórida  Rodríguez, María Cecilia Botero y Julio Correal, sino además con nuevos talentos, y todos coinciden en afirmar que nuestro país es desagradecido con los protagonistas de una industria que ha sido reconocida en el exterior, llegando a desbancar a las producciones mexicanas y venezolanas,  que en un pasado no muy lejano coparon la atención del mercado extranjero.

Esa falta de agradecimiento se deja ver en la actitud de unos congresistas que no tuvieron en cuenta que al darle trámite a un proyecto como lo es la Ley del Actor se incentivaba a un sector de la economía en Colombia como lo es la industria de televisión, teatro y cine, con todo lo que esta mueve a su alrededor, porque nadie puede negar que detrás de cada telenovela, obra de teatro, película de cine o comedia que se realiza existe todo un aparataje bastante amplio que jalona a sectores que incluso no están directamente relacionados con este medio.

No sé si al igual que la mayoría de los colombianos en el Legislativo también creen o piensan que el trabajo actoral es algo en donde se pasa y se gana bueno. Que basta con aparecer una sola vez en la televisión para vivir a cuerpo de rey, y como muchas personas del común, no tienen en cuenta que son seres humanos, que para ganarse el pan de cada día deben someterse a extensas horas de trabajo, hecho que les obliga a apartarse físicamente de su familia y de sus amigos y que las condiciones logísticas en las que deben realizar su labor muchas veces no son las mejores. Incluso en ciertas ocasiones deben  soportar tratos que los ponen por debajo de otros, cuando su trabajo puede ser mucho mejor y de mayor relevancia al interior de la producción que el de alguna actriz con pose de diva arrogante o de “súper estrella”.

Una vez más el Congreso de la República demuestra que el interés de sus miembros en pertenecer a esta rama del poder no va más allá de aumentar su potencial clientelista y burocrático y también para alimentar el ego y la vanidad personal de algunos o algunas congresistas. Que los problemas de los colombianos solo importan en el momento de justificar sus deseos de mantenerse en la curul, porque es claro que luego de conseguir este propósito las promesas que se hicieron quedarán en el olvido.

Lo que no me explico es por qué, si sabemos que esto no va a cambiar, seguimos eligiendo a un cuerpo del Estado que solo causa decepciones.

Cambiando de tema, me gustaría ver al senador Juan Manuel Galán demostrando que tiene el mérito para ser el candidato a la Presidencia de la República por el Partido Liberal y deje atrás los berrinches.

 

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