“Affaire” “Ñeñe”-Daza-Cadena, hecatombe política

Cecilia Orozco Tascón
18 de marzo de 2020 - 05:00 a. m.

Era bastante raro que Álvaro Uribe notificara, en directo y en medio de una puesta en escena para televisión, a una de sus más íntimas colaboradoras, María Claudia Daza, que la expulsaba de su círculo aunque en sus trinos ya lo había sugerido; era bastante extraña esa actitud en un expresidente que se ha caracterizado por arropar, incluso más allá de lo que la dignidad de las instituciones le exige, a sus funcionarios condenados a pagar, con prisión, los delitos que cometieron en sus cargos oficiales. Pero resultaba más sorprendente que la “Caya”, como la llaman en su entorno, abandonara el país en cuestión de horas, como lo haría alguien que huye de la justicia. Sobre todo, porque ella argumenta que no es la protagonista de la conversación con el presunto narcotraficante “Ñeñe” Hernández cuando la voz femenina, su voz, afirma que consiguió “mil paquetes” para la campaña presidencial de Iván Duque en Cesar y Guajira, y que “lo que necesito es (a) unos empresarios y uno les da la lista…” a quienes “(se) les da la plata y nadie va a saber”. Raro, sí, porque supuestamente Daza viajaba a la topa tolondra, debido a la ruptura con su líder, lo que significa que no contaba con su aprobación ni protección.

Pues, bien. No se requiere contar con la agudeza visual de un águila para divisar la ventajosa situación que se deriva de su ausencia tanto para el expresidente, por el proceso penal que este enfrenta en la Corte Suprema por manipulación de declarantes judiciales, como para el presidente de la República, en las investigaciones que se iniciaron por la supuesta compra de votos e ingreso de dineros ilegales a su campaña en 2018, cuando ganó la contienda que lo condujo a la Casa de Nariño. Con el paso de los días y el conocimiento de nuevos hechos y audios —legalmente grabados, dicho sea de paso—, es cada vez más obvio que aquella puesta en escena estuvo perfectamente calculada para aparentar pelea y distanciamiento entre la subordinada y su jefe y, simultáneamente, hacer improbable la posibilidad de que ella termine compareciendo como partícipe y testigo de los ilícitos que involucrarían al exjefe y actual jefe de Estado. ¡Una bomba!

Noticias Uno reveló el fin de semana pasado el contenido de varias grabaciones de conversaciones de “Caya”, una de ellas con María Mónica Urbina, viuda del asesinado “Ñeñe”, quien aparece muy sonriente en las fotografías que el portal KienyKe semicensuró rápidamente después del escándalo, de la hoy famosa boda de la hija de Daza en Valledupar, pese a que el homicidio de su marido había ocurrido apenas 20 días antes. En la charla de amigas, ocurrida en abril de 2018, “Caya” le cuenta a la viuda que hará una parranda vallenata a la que van los invitados en tres aviones privados, uno de estos, “casi el taxi” de Uribe. En una segunda grabación, la inefable “Caya” conversa con el “Ñeñe” que inicia el saludo a su interlocutora con la frase: “yo te adoro a ti como a una hermana”. Hablan del envío de carne bovina a Rusia, negocio de Hernández que este ejecuta con participación de la embajadora de Colombia Adriana Castro, que “está manejando toda la parte financiera de mi empresa”, al tiempo con su cargo diplomático. De nuevo se refieren a los aviones privados y a la parranda preelectoral, Dice Daza: “a mí me toca toda la comitiva de Iván Duque” que va a asistir a la fiesta en casa alquilada por Guillermo Botero, “el de Fenalco” a quien le mandó lista “como de 50 invitados”. “Ñeñe” le informa que almorzó con Edward Rodríguez, representante a la Cámara del Centro Democrático, al que le pidió hablar con Duque porque “le tengo 15 alcaldes de Magdalena que se quieren reunir con él… en mi casa, ¿ya me entiendes?”, según le cuenta a “Caya” cuando esta le replica que eso “no se puede” hacer. (Ver).

En el mismo mes de abril de 2018, otras comunicaciones de la oscura mujer fueron interceptadas y grabadas. En una, del día cinco de ese mes y año, Daza habla con el investigado abogado Diego Cadena, defensor de hecho de Uribe. María Claudia: “si el tipo llega a decir la ayuda, que va a hacer eso, tiene que ser en una notaría”. Y añade: “tú serías el único que te le metes, le dices que necesitamos lo documente porque si lo prevenimos, qué tal que diga que no quiere”. Cadena: “toca es estando allá y hacer las cosas en calientico”. Daza: “al presidente le pareció. Me dijo ‘Caya, eso hay que hacerlo’. Me dijo ‘dígale al abogado que me llame’”. Se refieren, según el contexto, a conseguir una declaración del “Tuso” Sierra, narcotraficante extraditado, a favor de Uribe (ver).

En el reporte oficial del investigador, Caya Daza es descrita como persona que “hace parte de la oficina de A.U.V…. que podría ser la asistente privada, pertenece al Centro Democrático y maneja la agenda (política del aspirante a la Presidencia Iván Duque y del Señor Uribe) tal como se podrá ver en la mayoría de las comunicaciones”. María Claudia “Caya” Daza era eje de actividades importantes para los señores expresidente y presidente de la República. Simultáneamente, tenía intensas relaciones con quien poseía billones de pesos en bienes, hoy en proceso de extinción de dominio. Su viaje al exterior es vital para la defensa de los dos altísimos servidores del Estado. Podredumbre es poco para lo que aquí se huele.

 

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