Aló, presidente

Algunas fotos de líderes hacen parte de una galería sin fin inscrita en la imaginación colectiva. Cuando se menciona a alguno de esos personajes célebres —a quienes la mayoría de los “mortales” jamás tenemos acceso—, una imagen particular o un elemento de la misma acude a la mente: el corbatín de Julio César Turbay, el sastre de Margaret Thatcher, la boina roja de Hugo Chávez, la banda esvástica en el brazo izquierdo de Adolfo Hitler. El puro como extensión de los labios de Winston Churchill.

Las gafas, sin marco, de Álvaro Uribe Vélez. Y la diminuta mano derecha que las acomoda a su mirada.

Patrimonio histórico. Archivo documental. Material inagotable para memes.

Esta semana, El Colombiano abrió su edición con el titular: “No más oficinas”. Parecería el anuncio de un informe económico de cultura empresarial; no obstante, la imagen precisa algunos detalles…

Es Iván Duque en un consejo de seguridad en su reciente visita a Medellín. Canas al sol. Con la mano izquierda empuña un walkie-talkie. Luce una argolla de matrimonio. En la muñeca lleva media docena de manillas artesanales, coloridas: líder joven (y juvenil), de familia, apoya emprendedores. Camisa de botones y cuello, color azul, conservador. Mirada en lontananza, sutil evocación de la pintura que representa la colonización antioqueña: Horizontes, de Francisco Antonio Cano.

En el fondo de la fotografía todo es secundario, nublado, intrascendente: dos hombres, un bus, edificios. El crédito versa: “Cortesía Presidencia”.

El fotógrafo se preocupa por no engrandecer en exceso al personaje con un contrapicado. Se modera en un primer plano. Su punto de vista es claramente narrativo: hay un verbo, una acción. Duque abre la boca, habla.

El protagonista está en la ciudad que le aportó 693.334 votos en la segunda vuelta presidencial; regida por el segundo alcalde más popular de Colombia. La misma que ha reportado 488 muertes violentas durante este año (dato de 18/10/18). Un promedio diario de 1,6 asesinatos: 10 % más que en el mismo periodo de 2017.

Duque visitó el barrio Antioquia. Aplaudió un operativo de incautación de más de 20.000 dosis de droga, entre marihuana tipo cripy, cocaína rosada o 2CB, bazuco, anfetaminas y LSD, que estaban listas para ser comercializadas y que dejaban rentas por $15 millones diarios.

“Se realizaron 25 diligencias de allanamiento y registro, se efectuaron 19 capturas y la ocupación de tres inmuebles con fines de extinción de dominio y sellamiento”, publicó la prensa local.

Justin Trudeau y Pepe Mujica no tienen walkie-talkie para la foto. Ni delincuentes para justificarla.

El elemento de comunicación es la clave, perenne. El instrumento de la autoridad. El control remoto a través de la palabra.

Es el retrato del líder. Del comisario.

Como toda buena fotografía, la “Cortesía Presidencia” deja tareas pendientes para el espectador.

Quedan cuatro años para descifrar quién es el líder: aquel que asume la actitud de “Aló, presidente” en el centro del cuadro. O ese que podría estar al otro lado del intercomunicador… acomodándose las gafas.