Tengo amigos de la Nueva Era, lo confieso. Les gusta el piano descafeinado, estilo Clayderman, y el verbo «plasmar». Hablan de ángeles, energías, horóscopos y eneagramas y de entidades ectoplasmáticas. Quisiera evitarlos, pero no se puede exigir mucho ahora. Los amigos sensatos están encerrados y afuera solo encuentro a estos lunáticos que van por la calle blindados con su coraza energética y escoltados por legiones de ángeles.
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