La política económica colombiana del nadadito de perro ha probado ser impotente frente a la magnitud del choque propinado por la pandemia del COVID-19. El estímulo fiscal se ha quedado corto, reflejado en la ralentización de la actividad tanto comercial como industrial, todavía lejos de los niveles que tenían en enero de 2020. El estímulo monetario también ha sido modesto, pues la tasa de interés del Banco de la República del 1,75 % supera la inflación esperada del 1,2 %, muy por debajo de la meta fijada por su junta. Era posible y necesario reducir la tasa a niveles cercanos del 0 %, como lo hicieron el Banco Central Europeo y el Banco de la Reserva Federal de Estados Unidos, y Chile y Perú más cerca de nosotros.
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Año nuevo sombrío
28 de diciembre de 2020 - 03:00 a. m.