Ante la ausencia de ética y moral

Claudia Morales
23 de noviembre de 2018 - 05:10 a. m.

Ética: recto, conforme a la moral. Moral: perteneciente o relativo a las acciones de las personas, desde el punto de vista de su obrar en relación con el bien o el mal y en función de su vida individual y, sobre todo, colectiva.

Antes de continuar, quiero expresar un sentimiento de respeto a la familia de los señores Jorge Enrique Pizano y su hijo Alejandro.

Para no perder el foco y memorizar nombres, hagamos un ejercicio con los significados de la Real Academia Española (RAE), teniendo en cuenta los hechos recientes revelados por Noticias Uno, El Espectador y luego ampliados debidamente por Caracol Noticias, La Silla Vacía, Yolanda Ruiz y Vicky Dávila en La W, entre otros. Pongamos entonces el nombre de cada uno de los responsables de la corrupción alrededor de Odebrecht: en orden cronológico, el presidente Iván Duque, que sí acompañó a Óscar Iván Zuluaga a reuniones en Brasil con delegados de esa empresa y que han sido explicadas de una forma babosa, por decir lo menos.

Sigamos con el expresidente Santos, que se fue creyendo que nos conformamos con su amigo Roberto Prieto en la cárcel y quien además ternó a Néstor Humberto Martínez (NHM) a la Fiscalía. NHM, de cercanía conocida con la derecha política de este país, empezando por el uribismo, luego el santismo y Cambio Radical, e impedido hasta más no poder para ser fiscal general de la Nación. Él y sus amigos, hábilmente, convirtieron eso, sus impedimentos, en su fortaleza. ¡O cómo taparían uno de los grandes escándalos de corrupción si no era con él en ese cargo! Eso lo sabían los 17 magistrados de la Sala Plena de la Corte Suprema de Justicia que votaron a su favor. El hoy fiscal era abogado y sigue siendo amigo personal de Luis Carlos Sarmiento.

Sarmiento Angulo, como bien lo define un artículo de La Silla Vacía, es “el hombre más rico del país y socio de la corrupta multinacional brasileña en su mayor contrato en Colombia”, y “pintaba fuera de peligro a pesar de que era claro que una de sus empresas se había beneficiado de los sobornos”. Pasa de agache hasta que el señor Pizano deja en evidencia el pacto de silencio que cuadraron el empresario y NHM. El hijo, Luis Carlos Sarmiento Gutiérrez, es el presidente de Aval y presidente de la junta directiva de Corficolombiana, socia de Odebrecht. Sarmiento Jr. era el jefe de José Elías Melo, presidente de Corficolombiana, acusado por la Fiscalía de gestionar un soborno de 6,5 millones de dólares con el propósito de ganar la construcción de la fase II de la Ruta del Sol. Quedan unos nombres intermedios con los que la Fiscalía, dos años después de conocido el escándalo, pretendía tapar el lío.

La corrupción la pagan (aunque nunca devuelvan lo que se robaron) unos eslabones débiles de cadenas amarradas por el poder más criminal de este país. Pero, en este caso, mueren los señores Pizano en condiciones terribles y pasa Odebrecht de ser una tragedia griega —limitada al teatro de grandes representaciones populares— a describir una de las realidades más escalofriantes del círculo político y empresarial colombiano. Fuera de Colombia, los manejos corruptos alcanzaron 11 países durante los últimos 20 años.

No caben aquí los conceptos de ética y moral. Para los mencionados, son trajes de telas que sobran. La fórmula es seguir con el eco al periodismo de Cecilia Orozco, su equipo investigador y otros colegas, que mantienen arriba la bandera de las denuncias a pesar de tener a quienes someten al país y a sus aliados, desde apestosas trincheras, atacando y desprestigiando su trabajo.

@ClaMoralesM

* Periodista. 

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