Artista activista

Alberto López de Mesa
26 de junio de 2019 - 07:31 p. m.

El lunes 10 de junio la artista Doris Salcedo ofició un ritual escultórico en la Plaza de Bolívar de Bogotá al que llamó "Quebrantos”. Con la participación de arquitectos, artistas plásticos y parientes de víctimas del conflicto, sobre el piso de la Plaza moldearon, con pedazos de vidrios, 165 nombres de lideresas y líderes sociales asesinados desde que se firmó el acuerdo de paz con las Frac. Los transeúntes consuetudinarios, medios de comunicación y curiosos presenciaron conmocionados la inusual manifestación, en la que no se coreaban consignas ni se alzaban pancartas, porque lo que se cumplía era una ceremonia artística sentida y responsable, para recordarle a los gobernantes desentendidos y al país indolente, que estás personas impunemente asesinadas tienen dolientes y no son anónimos. Con la obra Quebrantos la artista y sus colaboradores le dijeron al mundo de qué modo les duele un país que se desangra.

La artista de melena gris ha hecho explícito su compromiso con el proceso de paz, en octubre de 2016, luego de que ganó el No en el plebiscito sobre los acuerdos de la Habana, pactados entre el gobierno y las FARC, ella tendió, también en la Plaza de Bolívar, 11 kilómetros de tela blanca cocida por mujeres víctimas del conflicto, obra que llamó “Sumando Ausencias”, fue elegida para crear una de las tres obras a partir de las armas entregadas por la guerrilla desmovilizada, fundió 37 toneladas de armas y creo una conmovedora instalación con láminas sobre el suelo de la carrera octava con calle sexta al lado del palacio presidencial, a la que llamó “Fragmentos” . Desde siempre, sus creaciones han sido consecuentes con su conciencia social y así se le reconoce y se le aprecia en el mundo, por lo mismo se ha hecho merecedora de importantes premios internacionales, como el Velázquez de las artes plásticas que recibió en España por una obra polémica en memoria de los inmigrantes africanos muertos en la travesía por el océano.

Como es de suponerse, a Doris Salcedo no le faltan detractores, de un lado los personajes del poder que se dan, o se saben, aludidos en sus obras, pero también críticos de arte y diletantes de oficio, para quienes la estética de la escultora se fundamenta en el activismo y algunos la califican más política que artista. Por supuesto, tales afirmaciones son tan dolosas como tendenciosa, al pretender delimitar la función social del arte a un solo modo de la estética, al difamar de los compromisos humanistas de la escultora, dado que, en el fondo, toda obra de arte, aún las más frívolas y anodinas, corresponden a una postura política. Fidias esculpió imágenes idealizada de las deidades de su cultura y su tiempo, a satisfacción del monarca que lo contrato y eso ya era un hecho político, Miguel Ángel inventó la fisionomía de los héroes bíblicos, del mismo Dios, a gusto y a favor del poder de la Iglesia Católica, del Papa su mecenas, y eso fue un hecho político; Rodin esculpió escenas y personajes ajenos a la nobleza y eso fue una revolución estética, un hecho político, Moore y también Calder llevaron su arte a espacios no convencionales, propiciaron que los espectadores vivenciaran sus esculturas como espacios públicos y eso fue un hecho político. Doris Salcedo desde sus primeras creaciones resignificó objetos de la cotidianidad, renunció a esculpir personajes y se apartó de la estatus, del ícono, sus obras prescinde de pedestales, prefiere los pisos, paredes modestas y sobre todo las plazas públicas, sin duda, hay en su expresión un impulso renovador de la estética escultórica típica, toda su creación, ya lo he dicho, es consecuente con su responsabilidad con la defensa de los derechos humanos y de la justicia social.

En el mundo artístico y más en el mercado del arte los creadores expresan en sus obras su conciencia, su noción de realidad, allí están, a la vez, artistas comprometidos con las realidades sociales y otros absortos en esteticismos o en ofertar divertimentos. De hecho, los artistas del show comercial, igual que los futbolistas realizan su oficio ajenos a las problemáticas sociales y políticas que los rodean, prefieren comprometerse con una marca.

Pero el arte contundente busca la transformación de la realidad, se conmueve ante los problemas humanos, contradice los poderes y las normas, estremece las conciencias, ese es el talante de Doris Salcedo.

 

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