Asesinos o matones: van por el aniquilamiento

Cecilia Orozco Tascón
04 de abril de 2018 - 03:00 a. m.

Muchos en este país, muchos ciudadanos que sobrepasan el 50 % que ha votado por el jefe de la ultraderecha nacional alguna vez, somos solidarios con Matador, el caricaturista. Entiéndase bien con quién es nuestra solidaridad puesto que, en el crispado ambiente electoral de hoy, se requiere explicar cada término: asesino: “mata a alguien con alevosía…”; matón: “persona jactanciosa y pendenciera que procura intimidar a los demás”; matador: torero. Y en Colombia, gran caricaturista del diario El Tiempo, uno de los mejores del periodismo nacional. Establecido el alcance de mis palabras, digo que casi todos los seres de mente sana que habitamos este país sentimos la necesidad de expresar el repudio y la indignación que nos produce una amenaza de muerte o, lo que viene siendo igual, incitar a otros a que esa amenaza se cumpla.

Como lo han reportado los medios tradicionales y virtuales en las últimas horas, un sujeto cuyo nombre es Ariel Ortega Martínez escribió y publicó en redes esta preciosidad de mensaje criminal: “Matador es un canalla q falta nos hace castaño para callarlo”.

En esa especie de demencia colectiva que nos agobia y que se denomina memoria corta-memoria-desmemoriada, habrá que recordarles a los entusiastas votantes de mayo y junio de 2018 que Castaño era el apellido de los genocidas Fidel, Carlos y Vicente que bajo el pretexto de vengar el homicidio de su padre, masacraron en todo el territorio patrio y por su propias manos o las de sus secuaces, a miles de campesinos inocentes, violaron a sus hijas y esposas y les arrebataron sus pobres predios.

¿Qué tienen que ver los votantes del 2018 con los asesinos del clan líder del paramilitarismo Castaño si solo un loco identificado como @ArielOrtegaM lo ha mencionado? Mucho, porque el individuo que publicita su deseo de mandar a la tumba a quien no piensa ni siente como él es la expresión de otros con maniobras de ejecución política, esto es, con poder de convertir en realidad estos deseos. Ortega Martínez ya había apelado, como lo recordó el medio digital Pulzo, al regreso de las tácticas criminales de Castaño (Carlos, el más referenciado en las noticias de los 80, 90 y primeros años de la década del 2000) para silenciar a la columnista María Antonia García de la Torre cuyas opiniones tampoco le placen. Sobre ella dijo: “A todos los fanáticos de @...z (nombre tachado) hagan respetar su legado y linchen a @Caidadelatorre”. Y enfatizó: “@Caidadelatorre ojalá que viviera carlos castaño para que a esta mamerta resentida miliciana le enseñe a respetar o la mande a una mejor vida”.

Ortega informó, sobre sí mismo antes de desaparecer en la oscuridad de los que algo deben, que es abogado presuntamente de la Universidad San Buenaventura, de Cali, pero que se dedica a ser “agente de viajes” o a organizar “tours”. Un rebuscador, se diría. Pero para ser un desempleado de tantos, tiene excelentes contactos. Entre sus seguidores en redes están: Resistencia VC que dice ser la cuenta oficial del Comité del Centro Democrático del Valle del Cauca; Christian Garcés, conocido político caleño del Centro Democrático; Edwin Ramírez, del mismo partido en Cali; Ángela Hernández, la tristemente célebre santandereana de Ordóñez que publicó una foto de gais que ella y Dios habían logrado regresar al mundo heterosexual y Juan Carlos Pastrana. Ortega exhibía una foto con Álvaro Uribe Vélez, su ídolo según sus violentos mensajes, y otra, muy orgulloso y de abrazo con ella, con María Fernanda Cabal (“saludo desde cali un gusto conocerte sos una berraca”). En respuesta al senador uribista Ernesto Macías, el sujeto Ortega escribió: “Dr. soy Ariel Ortega de Cali, el amigo del Dr. Uribe me gustaría me siga para poder estar con mayor contacto”. Iván Duque “rechazó las expresiones de violencia verbal” y Uribe dijo que el Centro Democrático, sin mencionarse a sí mismo, “odia la amenaza y la violencia”. No es suficiente. Hace unas cuantas horas, estaba llamando “mentirosito” al respetado economista Guillermo Perry. Y José Obdulio Gaviria, en tono retador y pendenciero, remataba el mensaje del jefe así: “¿Sabés, Perry cual (sic) es el acervo o experiencia más valiosa del uribismo? Conocer la maldad, la crueldad, lo acerbo de los ataques del antiuribismo. Saber que son capaces de todo”. Ortega se me parece a algunos con poder político para volver realidad sus deseos. Asesinos o matones, al final todos buscan aniquilar.

 

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