Publicidad

Asociación Opción Meta

Roberto J. Camacho
05 de marzo de 2009 - 02:23 a. m.

La falta de una política pública de seguridad alimentaria y de manejo del espacio público, así como el descuido con el patrimonio municipal, ha permitido la conformación de un “nudo gordiano” en la estructura de propiedad de La Central Minorista de Villavicencio, de tal forma que se vienen afectando las posibilidades de desarrollo de la ciudad.

La maraña jurídica lograda es tan compleja, que para entender las vueltas que ha dado el proyecto, se requiere un nivel de conocimiento del derecho comercial al alcance de pocos, lo que ha contribuido a oscurecer a los verdaderos ganadores del proyecto y hoy la única perjudicada es la ciudad y los compradores de locales o de derechos que confiaron en un desarrollo en el que el municipio de Villavicencio es socio.
 
Para empezar, es necesario mencionar que, de los pocos locales efectivamente vendidos, casi el 80% son de la municipalidad y los derechos y obligaciones del resto del proyecto, se administran desde un Patrimonio Autónomo por parte de la Fiduciaria Cáceres y Ferro en liquidación, cuya constitución se convirtió en “piedra filosofal”, que como se creía en la edad media, logró convertir el plomo en oro, o lo que es para el caso lo mismo, a constructores-deudores en acreedores que ya se retiraron del proyecto dejándole el lio a la ciudad. Como se observa la costumbre usar las “fiducias” de forma perversa no es nueva.
 
La Fiduciaria y su agente liquidador, a pesar de llevar al frente del proyecto por más de una década, no ha cumplido con lo que se esperaba, sus resultados son mínimos, dejando solo costos y detrimentos, bajo la pasiva mirada de Fogafín, que se ha dedicado a prorrogar y prorrogar el mandato del liquidador, perjudicando con su inefectividad los intereses económicos de todos. La falta de resultados ha causado, por ejemplo, que el resto de los copropietarios hayan tenido que asumir todo el peso económico de la administración del bien, pues sobre la base de invocar la supuesta condición de constructor, no ha pagado cuotas de administración sobre los locales a su cargo por más de 10 años.
 
Hoy Cemerca está llena de dificultades,  el municipio por tener no menos del 45% de los derechos de propiedad, bien sea en locales propios o bien en derechos en el Fideicomiso, debiera liderar el ordenamiento de central, demandando el apoyo de Fogafín, como eje de una buena política pública de abastecimiento o transformación, articulada con satélites distribuidores, orientando la gestión pública en función del mercado pero salvaguardando el bien común; de no ser así Villavicencio continuará  perdiendo competitividad y el patrimonio público seguirá marchitándose, a cuenta del poco ánimo de solución de quienes han vivido a expensas del fideicomiso.

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar