El periodista (?) vallecaucano Yesid Toro Meléndez, de 38 años, padre de tres hijos, será judicializado y demandado por siete colegas de su región, víctimas de una autoamenaza de muerte a nombre de los Urabeños o clan Úsuga, la organización paramilitar más grande de Colombia, incluyéndose él.
El 28 de septiembre de 2014 circuló un panfleto: “El cual escribí con el fin de obtener el pago de unos dineros que me adeudaba el Programa de Protección y la prórroga del esquema de seguridad el cual me había brindado el Estado”, confesó Toro. El ahora experiodista y cronista judicial de los diarios El País de Cali y Q’hubo pagará por su treta, pues algunos colegas implicados tuvieron que abandonar su trabajo, la ciudad y hasta el país. Daños irreparables y la credibilidad del gremio pisoteada por un desajustado mental. Las próximas amenazas a periodistas decentes carecerán de credibilidad ante la opinión, pues quedará siempre la duda de algo tan grave y cruel como jugar con la vida y honra de comunicadores en Colombia. A coger a Toro por los cuernos y que caiga todo el peso de la ley. Lo único que falta es que le otorguen casa por cárcel por tan execrable infamia.
Helena Manrique. Bogotá.
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