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¡Autodefensa negra!

Don Popo
04 de junio de 2020 - 05:01 a. m.

“¡Nos cansamos de ser pacíficos!” gritaba desesperada en las protestas una niña no mayor de 15 años. Hoy son muchas más las voces de mujeres y hombres jóvenes que escucho decir: “Nos cansamos de ser tolerantes; de no ser resentidos; de poner la otra mejilla; de recibir la fuerza de Dios para perdonar y esperar la justicia divina, que nunca llega…”. Y tienen razón.

Sin contar los desaparecidos, son más de 50 mil las personas heridas, y más de mil las personas asesinadas por policías, año tras año. Y solo en Estados Unidos. El país que se ufana de llevar la democracia, la libertad, la justica, el modelo de desarrollo al resto del mundo.

Big Floyd fue la gota. La diáspora del pueblo negro, y muchos no negros en el mundo, pedimos una justicia ejemplarizante. Que sean condenados los cuatro policías. No por asesinato en tercer grado, eso es como si hubieran echado un tiro al aire que por casualidad le cayó a George; insisto, fue con placebo y sevicia, ese demonio tenía antecedentes y no hay garantías de no repetición. Pena de muerte, inyección letal, cámara de gas, fusilamiento, horca, silla eléctrica. En 64 % de Estados Unidos se aplica, claro, a nosotros, no a policías blancos genocidas…

La ironía es que en el contrato social los ciudadanos cedemos el uso de la fuerza y de las armas al Estado de manera exclusiva, para que nos proteja y nos defienda. Pero, ¿qué pasa cuando quien está mandado a protegerte es quien te amedranta, maltrata y asesina sin justificación? ¿Qué pasa cuando el manual de formación de la fuerza pública de tu país perfila como enemigo tu grupo étnico y genera tácticas y prácticas para vulnerarte, como política de Estado? Y tú quieres creer en el sistema democrático, y pones tutelas, demandas, acciones judiciales; pero las cortes con su silencio dan consentimiento tácito a la agresión. Y se vuelve paisaje...

Es entonces cuado con el desespero en la cabeza te preguntas: ¿Existe el recurso jurídico de legítima defensa contra la agresión del Estado…? ¿si un policía se enloquece, y desalmado te viene a asesinar sin motivo, te puedes defender…? ¿Como grupo social, étnico o ciudadano, jurídicamente te puedes organizar para la autodefensa contra el Estado…?

Algunos pensamos que las fuerzas militares y policiacas actúan bajo sesgos políticos e ideológicos (inconstitucional), ya que deben obediencia a un presidente electo, así sea con votos desinformados, manipulados por el hambre y persuadidos por el miedo; presidentes que arrastran odios históricos, usan el estamento público para vendettas, con fines privados, corrompidos, codiciosos y psicópatas; que operan como oficina de sicariato la fuerza policiaca, militar, naval, aérea y los organismos secretos; reforzados por soldados gringos... (Me rindo, estoy hablando de Colombia…).

Con lágrimas ingenuas uno se pregunta: ¿Podríamos entablar una tutela y acciones populares, para acabar las fuerzas policiacas por las repetidas violaciones a los Derechos Humanos y a la Constitución?

O, ¿se podría pensar en separar la fuerza pública del ejecutivo? No. No podrían ser un poder independiente, pues nada nos blindaría de golpes de Estado y dictaduras militares.

O, ¿se podría que la Defensoría del Pueblo creara un grupo armado para defender los ciudadanos contra los asesinatos estatales? Aunque tampoco habría garantías. El defensor del pueblo por ley es uno entre tres amigos del presidente (y podría resultar ser el hijo de un genocida). Y someter la Defensoría del Pueblo a elección popular... pasaría lo de tres párrafos atrás.

O, ¿podríamos acudir a las cortes internacionales para que nos dicten medidas cautelares para proteger la vida? Pero, ¿cómo protegerían la vida física de millones de personas simultáneamente? Tendríamos que pedir ayuda al ejercito cascos azules de Naciones Unidas. Pero tendríamos que aceptar que violen nuestras niñas... Y siendo Estados Unidos quien financia todos estos organismos el silencio los hace cómplices, para que no les recorte el salario como a la OMS.

Por último… ¿Podríamos declararnos una nación, sin tierra, dentro de otras naciones, y ser aceptada por las Naciones Unidas? De esta manera poder evocar su articulo 51 de la autodefensa de la ONU. Aunque este es reservado solo para las naciones elites. Y nosotros haríamos parte del comité de naciones tercermundistas, que tienen solo el derecho de aplaudir.

En fin… ¡No hay chapulín colorado que defienda un pueblo de su propio Estado asesino! Y aquí y allá podríamos regresar al idealismo de los Malkom X´s, los Robin Hood y los guerrilleros, de los años 60, y reclamar lo plasmado implícita y explícitamente en la Declaración de Independencia de los Estados Unidos, y en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y en la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano:

Cuando el gobierno viola los derechos del pueblo, la insurrección es, para el pueblo y para cada una de sus porciones, el más sagrado de los derechos y el más indispensable de los deberes”.

Pero, ¿puede un pueblo armado solo de dolor, con el coronavirus por la pata y el hambre de la cola, enfrentar al ejército más grande del mundo, con bombas nucleares, imprentas de dólares, sistemas de espionaje, y criollos lacayos?...

Mmmmm… ¡No!, pero igual: ¡quémenlo todo!…

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