Autos

¿Autosuficiencia energética o dependencia indefinida?

Mauricio Botero Caicedo
15 de marzo de 2020 - 05:00 a. m.

El pasado domingo el analista Ricardo Ávila, en un artículo sobre Ecopetrol, afirmaba: “A raíz del surgimiento de fuentes alternativas para generar electricidad, es fácil pensar que los días del petróleo están contados. Eso no es lo que piensa la Agencia Internacional de Energía (AIE)... Según la entidad, hay tres escenarios que se deben considerar. El primero es que vamos a seguir como veníamos, el segundo es que las políticas de ahorro y eficiencia anunciadas se van a cumplir, y el tercero es que viene un cambio abrupto y radical, orientado a recortar con fuerza la emisión de gases de efecto invernadero en los cinco continentes”. Será que Colombia, recostándose en una supuesta demanda, ¿lo que pretende es acoplarse al primer escenario? Para el Ministerio de Minas, en 2050 el país seguirá demandando combustibles y, por lo tanto, es necesario seguir desarrollando nuevas fuentes tanto de gas como de petróleo. Según la Unidad de Planeación Minero-Energética (UPME), en 2050 la demanda de gas y energía eléctrica sería de un 46 %, mientras que la de combustibles líquidos sería de un 36 %. Las proyecciones de la UPME estiman que a 2050 un 30 % de los vehículos del país, incluyendo motos, serán eléctricos. Un 12 % de los automóviles, camionetas y camperos particulares serán eléctricos, mientras que un 50 % de las motos se moverán con este tipo de tecnologías. En cuanto al transporte público individual, un 30 % de los taxis serán eléctricos, mientras que un 30 % se moverán con GNV.

Desconcierta la pasividad de las autoridades en Colombia. Por el contrario, la visión de la Unión Europea (UE) es que, lejos de seguir como vamos, se viene un cambio abrupto y radical, orientado a recortar con fuerza la emisión de gases de efecto invernadero. Mientras que acelera la producción de energía con tecnologías renovables, la UE se está desenganchando del carbón más rápido de lo previsto. Como consecuencia de ambos fenómenos, las emisiones de CO2 del sector eléctrico europeo caen a un ritmo nunca registrado hasta ahora; el año pasado se redujeron un 12 %. En concreto, la quema de carbón para generar electricidad en la UE se redujo un 24 % en 2019, respecto al ejercicio anterior. Paralelamente, las renovables volvieron a marcar un récord histórico y generaron el 35 % de la electricidad consumida en la UE. Y, por primera vez, la electricidad eólica y solar superó a la que salió de las centrales que queman carbón. En Reino Unido, el gobierno de Boris Johnson ha decidido adelantar en cinco años la prohibición de venta de vehículos con motor de gasolina y diésel. A partir de 2035, los fabricantes de estos automóviles ya no podrán ofrecerlos en el Reino Unido.

Colombia, al contrario de los europeos, prefiere ser reactiva y no proactiva. En días pasados, la ministra de Minas, en relación con el fracking, afirmó: “Consideramos que los proyectos piloto (de fracking) son fundamentales. Estos pueden cambiar la historia energética y la historia económica del país”. El autor de esta nota considera que, si bien el fracking puede ser necesario a corto plazo, la verdadera revolución energética no es mantener nuestra dependencia en energías fósiles (de lejos son los principales responsables de la contaminación ambiental), sino incentivar la transición acelerada a energías limpias, asunto que se tratará en un próximo artículo.

 

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