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¡Avanza la minga!

Luis Eduardo Garzón
21 de mayo de 2009 - 03:48 a. m.

SI HAY PADRES QUE NO RESPETAN A las madres son los de la Patria. La mayoría machista-uribista las seduce argumentando que la reforma política tiene como objetivo la equidad de género, pero después las violentan negando la posibilidad de aumentar su representación en el Congreso.

Paradójicamente, donde esa mayoría sí tiene principio de igualdad es cuando se promueve la impunidad. Aquellos y aquellas parlamentarias que estén judicializados (con o sin detención) no tendrán problema, pues este acto legislativo tendrá implicaciones sancionatorias solamente para delitos cometidos con posterioridad a su aprobación. No importa si legislaron a nombre de los dineros del narcotráfico que financiaron sus campañas o del constreñimiento armado que les hicieron a sus electores, y lo más inadmisible es que motiven este engendro de proyecto a nombre de la transparencia y la moralidad.

Para celebrar ese adefesio organizan una orgía de dos meses en una cantina que llaman transfuguismo. Los partidos de Gobierno aprovechan ese ambiente de ebriedad y promiscuidad política para fortalecerse con la reelección. En medio de esa euforia, despilfarran el presupuesto nacional y premian el delito, cuando muchos de ellos, hoy cuestionados, van a recibir el equivalente al 50% de los gastos que sospechosamente utilizaron para ser elegidos. Y no contentos con ello, como si el ingreso de nuevos actores a la política les molestara, montan retenes para hacer imposible el relevo ético de ese Congreso. Subir el umbral, e impedir que quienes se inscriban por firmas se agrupen, así lo confirma.

 Hiede alrededor del Congreso. Ese engendro no puede pasar. Por ello no vacilé en aceptar la convocatoria del representante Luna, uno de los pocos honorables que quedan en esa Corporación. Esa foto de ayer puede ser el inicio de un esfuerzo de voluntades en procura de que, por encima de vanidades personales, hagamos que la corriente de lo ético se transforme. Así como ayer, mañana podemos concretar lo que algunos insistimos de manera reiterada: la convergencia. Y ésta se hace con personas que transitamos en la política desde diferentes orillas. Ese es su mérito. Un solo vocero para explicar las razones del encuentro de ayer contra esa reforma refleja la voluntad de poner esas coincidencias en un solo proyecto, y no necesariamente alrededor de una candidatura presidencial. Además de eso es indispensable insistir en el kit: listas únicas al Congreso y alcaldías 2011.

Pero también es gratificante que la dirección del Polo esté dando muestras de su deseo de liberación del complejo de autoexclusión. Que Carlos Gaviria mande al cesto de la basura su afirmación de que ‘acercarse al centro es acercarse a la derecha’ resulta bastante novedoso. Esa carta pidiendo acercamientos al centrado de César Gaviria confirma lo dicho. Aún le tiembla el pulso para hablar de convergencia, pero algo es algo y peor es nada.

Ya sea a través de la reforma política o de bloques antirreeleccionistas, se empiezan a vislumbrar acercamientos que hace unos meses se consideraban absolutamente improbables. Son cuotas iniciales hacia las elecciones y seguramente esto seguirá creciendo. Afortunadamente contamos con la asesoría de imagen de José Obdulio, quien cada vez que habla hace ruborizar a las huestes decentes del uribismo. Y son muchas las que no están dispuestas a terminar en una aventura donde el disentimiento es causal de ley de extrañamiento.

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