Averigüen todo

Iván Mejía Álvarez
06 de agosto de 2018 - 10:00 p. m.

No se puede descalificar la importancia de la investigación promovida por la SIC sobre el espinoso tema de la reventa de boletas durante la eliminatoria de la Copa del Mundo. No es válido condenar a la dirigencia citada por el ente gubernamental sin que lo hagan los encargados de administrar justicia en el país, los jueces, y la Fiscalía, el órgano acusador. Tampoco se puede salir a decir que es una tormenta en un vaso de agua, como afirmó el nuevo presidente de la Dimayor, Jorge Enrique Vélez.

Minimizar la investigación y lo que dice la SIC que ocurrió con la reventa de boletas resulta de una absurda y ridícula ligereza. Vélez, en forma apresurada, descalificó los cargos y absolvió a la cúpula dirigencial citada por la Superintendencia. Él es abogado y debería saber que no es competente para absolver o condenar, esa no es su función.

El informe del diario El Tiempo resulta muy comprometedor para la dirigencia, en especial para Ramón Jesurún, quien, dice el citado informe, sabía todo lo que se movía en torno a la adjudicación de la venta de boletas a la firma Ticket Shop. Jesurún ha advertido que la Federación no tenía obligación alguna de suscribir una licitación para entregar la venta de boletas y que como empresa privada podía disponer libremente de adjudicar a quien hiciera la oferta
más alta.

El tema no es la adjudicación, lo grave es que cuando se hizo esta aparentemente ya se había constituido por otra empresa manejada por los Rendón, Romero y Yahmure, que tenía amarrada la reventa de esas boletas. ¿Sabía o no Jesurún de esa segunda firma, Ticket Ya, que iba a explotar la reventa de boletas? ¿Será que Ramón también pertenece al circulo de “fue a mis espaldas” o al de “me acabo de enterar”, que tantos problemas le ha causado al país.

Leyendo el informe quedan cantidades de preguntas, dudas y señalamientos que la justicia ordinaria debe investigar. Estoy de acuerdo con quienes quieren que el tema llegue a la Fiscalía, le pongan vapor y se haga una averiguación que podría entrar en el tema de lo penal. De nada vale que Jesurún, la dirigencia del comité ejecutivo que hizo el negocio y el nuevo Vélez intenten aplacar el escándalo haciéndole creer a la gente que es una tormenta en un vaso de agua. Es grave, muy grave, y todos queremos respuestas sobre las conductas de los dirigentes.

Entretanto, Perdomo, el “pajarito soplador”, sigue convencido de que aventando a los demás, él se librará de lo que sigue.

 

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