Ayer fue Carmona, hoy es Guaidó

Antieditorial
18 de febrero de 2019 - 05:00 a. m.

Por Juan Henao

En el 18 Brumario de Luis Bonaparte, Karl Marx afirmaba que la historia se repite dos veces: la primera como tragedia y la segunda como farsa. Este planteamiento pareciese hoy totalmente aplicable a la crisis política, económica y humanitaria que padece el pueblo de la hermana República Bolivariana de Venezuela.

Para quienes padecen de una memoria selectiva o promueven datos imprecisos, resulta necesario recordarles que hace ya casi 17 años, un 11 de abril, se intentó dar un golpe de Estado al entonces presidente Hugo Chávez. En ese entonces también hubo una autoproclamación de un representante de la oposición. Fue Pedro Carmona, quien bajo el alborozo de la clase política tradicional en Venezuela, tan pronto se juramentó disolvió la Asamblea Nacional, el Tribunal Supremo de Justicia y el Consejo Nacional Electoral, entre otras instituciones. En el Palacio de Miraflores el autoproclamado Carmona emitió el Acta de Constitución del Gobierno de Transición Democrática y Unidad Nacional luego de un golpe de Estado. El mundo al revés.

Ayer como hoy la autoproclamación fue acompañada por miles de venezolanos. Ayer como hoy muchos países no tardaron en reconocer al usurpador como el “legítimo” presidente, incluido Estados Unidos —que participó directamente en el golpe de Estado— y Colombia —con Álvaro Uribe en el gobierno. Muchos otros rechazaron el golpe de Estado y desconocieron el gobierno de facto que se había instalado.

Hace 17 años dicho golpe de Estado constituyó una verdadera tragedia para el pueblo venezolano. Hubo muchas víctimas fatales tanto en la oposición como en el oficialismo. Todos gente del común. Sin embargo, hoy esta situación se presenta como una verdadera farsa: el respaldo a Guaidó es más restringido. Rusia, China y la Unión Europea han cuestionado la autoproclamación. Incluso en el vecindario, pese al giro que América Latina ha dado a la derecha, el apoyo al autoproclamado Guaidó no es unánime: 27 países de la OEA no han apoyado las declaraciones de este órgano multilateral. A esta situación se le suma que en 2002 era evidente —dados los autores materiales del golpe de Estado— que existía una división dentro de las Fuerzas Armadas de Venezuela; hoy el apoyo de estas, pese a la demora en su pronunciamiento, es total. Hoy existe el precedente de Carmona. Hoy nuevamente se vulnera el artículo 228 de la Constitución del vecino país.

El que hoy se repita la historia como una farsa supone mayor sufrimiento para la gente del común: mayor violencia en las calles en caso de que se considere una salida militar; y falta de acceso y goce efectivo de los derechos, dada la ausencia de diálogo político y bloqueo económico. La crisis política, económica y humanitaria no puede ocultarse, hoy es mayor que hace 17 años. Ello difícilmente se soluciona con el cambio de dirigentes y mucho menos tomando medidas arbitrarias. El diálogo es la ruta.

P. D. Mientras el Gobierno colombiano no demora en reconocer a Guaidó, el grupo paramilitar autodenominado Águilas Negras define como objetivo militar al pueblo venezolano en territorio colombiano.

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