Bali, economía, política y ambiente

Juan Pablo Ruiz Soto
28 de diciembre de 2007 - 10:00 p. m.

Concluyó Bali y queda claro que las discusiones sobre cambio climático (CC) están determinadas por intereses económicos y políticos. El proceso seguirá en 2008 en Polonia y en 2009 en Dinamarca, donde se espera definir los compromisos globales y por países una vez concluya Kyoto, que tiene vigencia hasta 2012.

Estados Unidos el principal aportante de gases efecto invernadero (GEI) no ha suscrito Kyoto y su posición dificulta los acuerdos globales. En USA hay elecciones en noviembre de 2008, y será el pueblo norteamericano el que decida cómo quiere participar en el mundo globalizado, si cómo la potencia que con el mayor mercado de bienes y servicios del mundo son ejemplo de una economía contaminante que por proteger sus niveles y estilos de consumo, deciden continuar agrediendo al mundo, o si cambian de actitud y ajustan su consumo para beneficio global, motivando y promoviendo un cambio planetario en los estilos de vida.

La capacidad de intervención de USA es incuestionable y está asociada a su poder económico, a la capacidad de sus medios de comunicación y a su influencia como referente en el estilo de vida para muchos habitantes de planeta. De momento, la Unión Europea (UE) lidera el proceso, y hace contrapeso a USA. En esta lucha de poder el grupo al que pertenece Colombia, el G-77/China, desempeña un papel cada vez más importante. Es muy poco probable que los países en desarrollo asuman compromisos de mitigación de CC si los países desarrollados no aportan lo suyo y redireccionan sus esquemas de producción y consumo.

En Bali, ministros de economía y finanzas de 36 países y 13 instituciones financieras internacionales iniciaron las conversaciones sobre el impacto económico del CC, estimado en más de US$ 200 mil millones anuales. Se discutió acerca de los instrumentos que los ministerios de finanzas pueden usar para promover acciones de mitigación y adaptación a escala nacional y cómo desde estos ministerios pueden proponerse acciones con impacto global.

Las entidades financieras internacionales deben explorar y crear herramientas que apoyen el desarrollo con tecnologías limpias y que impulsen los compromisos y acciones desde el sector privado. Es claro que el CC es un reto económico y financiero y por ello es un tema que debe incluirse de manera explicita en la política económica y en el Plan Nacional de Desarrollo. Colombia tiene que ajustar su Departamento Nacional de Planeación y su Ministerio de Hacienda a este nuevo contexto internacional, si no queremos perder espacios y oportunidades

Respecto al protocolo de Kyoto y su futuro, se lograron acuerdos y se manifestaron desacuerdos. Impulsado por el G-77/China, se definió la estructura y la puesta en marcha del Fondo de Adaptación al CC, con una junta directiva compuesta por 16 miembros: dos representantes por cada grupo de países según la división regional de Naciones Unidas, uno de las pequeñas islas, uno de los países mas pobres, y cuatro de los países industrializados. Esta nueva estructura hace más democrática la toma de decisiones en las asignaciones del Fondo. Otro logro fue el reconocimiento de la importancia de los bosques naturales, cuya conservación será apoyada por del Fondo de Bosques y Carbón, administrado por el Banco Mundial y creado con aportes de la UE y Japón.

Respecto a la disminución de emisiones de GEI, la UE y los países en desarrollo apoyaron la propuesta del Panel Intergubernamental de CC, que propone una reducción en las emisiones de los países industrializados entre 25 y 40% para 2020, con relación a las que tenían en 1990. Estados Unidos, Canadá, Rusia y Japón se opusieron y pidieron mayor compromiso de parte de los países en desarrollo. Ante el desacuerdo, y luego de postergar la fecha de cierre del encuentro, el 15 de diciembre, India llevó una propuesta que incluye acciones de mitigación en los países en desarrollo, apoyados por transferencia tecnológica y financiera y desarrollo de capacidades locales.

La propuesta exige compromisos financieros y tecnológicos y una disminución de emisiones en los países industrializados. La iniciativa fue aceptada por la UE y el G-77/China e inicialmente rechazada por USA. Después de serias discusiones, durante las cuales Papua Nueva Guinea le pidió a USA que se retirara de la conferencia si no quería formar parte de los acuerdos, la delegación de USA, una vez consultó con Washington, manifestó su interés de seguir formando parte del proceso y aceptó el texto propuesto por la India. Mucho está por definirse, y el sabor de Bali es agridulce.  

*Economista con especialidad en manejo de recursos naturales en el Banco Mundial. Sus puntos de vista no representan ni pueden atribuirse a esa entidad.

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