Basuras varias

Danilo Arbilla
10 de agosto de 2019 - 05:00 a. m.

Decenas de cargueros con cientos de contenedores repletos de desperdicios, inmundicias y porquerías que huelen mal y hacen daño se mueven como a la deriva sin puertos donde aligerar. Se trata de basura que producen a diario los países desarrollados y que “derivan” para “reciclar” a países menos desarrollados. Hace un tiempo era China la que aceptaba ese material para sacarle alguna utilidad, pero eso ya fue: ahora produce su propia basura. El hecho es que países del sudeste asiático que la acogían han dicho basta: no quieren seguir como “tachos de basura” de los países opulentos tan defensores del medio ambiente. Según el Banco Mundial es preocupante que el basural planetario crezca “más rápidamente que cualquier otra polución medioambiental, incluidas las emisiones gaseosas que provocan el efecto invernadero”.

El presidente de Francia se rasga las vestiduras, se para en punta de pies y amenaza vetar el acuerdo UE-Mercosur, condicionándolo a la política amazónica de Jair Bolsonaro. Mientras tanto, barcos franceses rechazados en Indonesia y Camboya buscan dónde depositar esas porquerías que resultan del consumismo de los franceses.

Ahora miran a África. Ya descargan allí. Pobres los africanos, perseguidos en el Mediterráneo y rechazados, con disimulo y en caso descaradamente, cuando buscan un mejor futuro en el Viejo Continente. Cargan hambre, la que en parte es consecuencia de aquella “política agrícola” para defender a los campesinos europeos.

Y ya que estamos en África y hablamos del discurso variado de los europeos, en estos días cumplió 40 años como dictador de Guinea Ecuatorial Teodoro Obiang Nguema, uno de los mayores tiranos del planeta y el que más años hace que está en el poder. Multimillonario en dólares y asesinatos, Obiang derrocó a su tío el Tigre Francisco Macías Nguema el 3 de agosto de 1979. Eso sí, el jefe del Partido Democrático —¿podía llamarse de otra manera?— ha ganado cinco elecciones seguidas, récord tras el cual van Evo Morales, Ortega y Maduro. Obiang ha sido medio amigote de esta gente y del PT brasileño.

Hablando de amigos, y aquí viene lo interesante y lo que más nos acerca a la región, Obiang era muy amigo de Miguel Ángel Moratinos, aquel inefable canciller de José Luis Rodríguez Zapatero, famoso éste por pronosticar que la crisis del 2008 no iba a afectar a España y más tristemente famoso como gran mediador apuntalando al chavismo y a Maduro.

Moratinos decía que Hugo Chávez era el presidente latinoamericano más democrático. Lo repetía desafiante y con gesto y tono superior provocaba en su nombre y el de Rodríguez Zapatero a los latinoamericanos. De Obiang decía que estaba desarrollando una nueva democracia, adecuada a la realidad africana. Incluso quiso, sin éxito, que participara como observador de una cumbre interamericana, aquellas reuniones periódicas que no servían de nada, salvo para que el rey Juan Carlos, hastiado de Madrid, de palacio y de los españoles, se escapara a tomar unas copas con los latinoamericanos. En una de esas cumbres fue que Juan Carlos, en el mejor momento de toda su trayectoria, mandó callar al comandante Chávez.

Es bueno saber todo esto, más cuando hablamos de los promotores del diálogo en Venezuela. Se dijo, por ejemplo, que Moratinos y Rodríguez Zapatero tenían una consultoría, o que el papa Francisco es un peronista-kirchnerista y “progre” que ya no lo disimula —sus amigos y representantes en Buenos Aires, caso de Hebe de Bonafini, hablan por él para despejar cualquier duda—, o que ese es el “precio” que pagan los miembros del gobierno izquierdista uruguayo, que apoya a Maduro y promueve el diálogo, por el silencio chavista respecto a “negocios” que miembros y muy allegados del gobernante Frente Amplio han realizado con Venezuela desde las épocas de Chávez. Hace unas horas este tema fue motivo de duros debates con serias acusaciones al oficialismo en el Senado uruguayo.

Por eso es bueno hacer una revisión cada tanto y ver quién es quién, qué sede se elige y por qué algunos tienen coronita, sobre todo cuando el “diálogo” para lo único que ha servido ha sido para prolongar el sufrimiento de los venezolanos y mantener a Maduro como dictador.

Sería bueno que los noruegos por sí o por no se apuren en resolver esta nueva versión del cuento del diálogo, el que hasta ahora ha sido “pura basura”.

 

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