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Biden, enredado en el libreto de Trump

Juan Manuel Ospina
25 de marzo de 2021 - 03:00 a. m.

¿Existe el imperialismo con ropaje humanitario? Sí y es el norteamericano desde el presidente Woodrow Wilson luego de la Primera Guerra Mundial, cuando se consolidaba como líder mundial. Fue la suya una posición de tipo religioso puritano, impregnada de un profundo idealismo que alimentó una campaña de claro corte mesiánico que predicaba “la buena nueva” de un capitalismo y un sistema democrático universal de factura anglosajona. Los Estados Unidos se impusieron la misión de vendérsela al mundo como la verdad revelada y el camino seguro de salvación. Cruzada que terminó siendo fortalecida al calor de la Guerra Fría, por el temor a la amenaza del “oso soviético”.

Tradicionalmente ha sido una posición más de los demócratas que de los republicanos, cuya política internacional, por el contrario, ha sido realista, con el dúo de Richard Nixon y Henry Kissinger como su máximo exponente. Ha llevado a las guerras promovidas por Estados Unidos, de Corea y Vietnam a Afganistán e Irak. Fueron costosas en recursos y vidas, con derrotas militares y políticas que solo sirvieron para fortalecer el complejo militar-industrial denunciado hace casi tres cuartos de siglo, al terminar su presidencia, por el general Eisenhower, héroe de la Segunda Guerra, la única guerra justificada y ganada en el siglo pasado.

Ese análisis, hecho por quien tenía la autoridad para hacerlo, mantiene su vigencia y recupera su importancia ahora cuando la administración demócrata de Biden se estrena con el cuento de otra carrera armamentista —la enésima en cien años— para enfrentar la supuesta amenaza china. La realidad muestra un cuadro bien distinto: el presupuesto militar norteamericano es superior al total de los siguientes diez países sumados; para rematar, su poderío militar avasalla al chino. Es decir, es un gasto innecesario impulsado por la alianza de superpoderosos denunciada por Eisenhower. La experiencia norteamericana les ha enseñado que en el origen de períodos de gran prosperidad yace un abultado presupuesto militar, que en estos tiempos pandémicos es visto como reconstituyente de una economía debilitada que necesita un empujón keynesiano de la demanda por medio de un incremento sustancial del gasto público… militar.

Pero la realidad es otra, pues las principales amenazas, mejor, desafíos, para la seguridad norteamericana vienen de la pobreza en su frontera sur y en el mundo árabe. Pobreza, migración y conflictos que no se solucionan ni con muros ni con armas, sino con una estrategia de desarrollo, infinitamente más barata que la innecesaria, escandalosa e inmoral escalada armamentista. Es además una solución radical que atiende causas estructurales de la crisis y no la aplicación de remedios humanitarios para paliar sus consecuencias.

En este punto Biden se percibe inconsistente e inclusive débil, con lo cual le estaría ofreciendo al trumpismo munición gratuita y abundante. Al igual que el presidente de México, plantea adelantar un ambicioso programa de desarrollo en los países expulsores de población —El Salvador, Honduras y Guatemala— para que las personas encuentren en sus países el trabajo y los servicios básicos que buscan infructuosamente en Estados Unidos. La política del héroe de Biden, Franklin Delano Roosevelt, fue financiar después de la guerra la reconstrucción de Europa y Japón, para que sus ciudadanos recuperaran sus condiciones de vida y fueran demandantes solventes de sus productos.

No debe dejar que el problema lo desborde, como empieza a suceder, pues quedaría a merced de un Trump imparable y demoledor. La plata existe y basta con sacarle al inflado presupuesto de defensa una fracción del total. Esos sí, son recursos para la seguridad nacional. Además, serían decisiones y realizaciones concretas, no simples palabras, que reafirmen el sentido de solidaridad y humanidad que rodea al nuevo gobierno. Deberían anunciarse de inmediato, mandándoles una señal a los países expulsores, a sus gobiernos y población de que el problema se va a solucionar definitivamente. Además, le daría un piso firme al rediseño de la política norteamericana de migración, para que esta deje de ser un aliciente para la aventura de “saltar el muro”.

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Lorenzo(2045)26 de marzo de 2021 - 02:00 a. m.
Algunos analistas poco afines al "american charm" vienen advirtiendo la generalizada inquietud sobre la salud del Biden. Aunque no puede no sonar a chisme -por ahora- que ‎padece del Mal de Alzeihmer. Simplemente, otros gobiernan por él. Pero el hecho que el poder ‎esté realmente en manos de personas no identificadas convierte a EEU en un ‎régimen opaco, absolutamente no democrático.
  • Lorenzo(2045)26 de marzo de 2021 - 02:01 a. m.
    La señora Kamala Harris se hace cada vez más presente en los medios, ‎aunque limitándose a utilizar como recursos el feminismo y su estatus de miembro de una minoría ‎étnica. Dicho con algo de 'malicia indígena': la fotogénica dama está preparándose para garantizar la sucesión a corto plazo. El propio Biden ‎ya la ha llamado varias veces "Señora Presidente". ¿Error o premonición?
Lorenzo(2045)26 de marzo de 2021 - 01:53 a. m.
Llena de buena voluntad, la administración Biden ha proclamado por todo lo alto que va a ‎restaurar los vínculos de EEUU con sus aliados y consultar con ellos todas las ‎decisiones que puedan afectarlos. También anunció que las diferencias entre EEUU ‎y China no deberían alterar las relaciones económicas pero que las diferencias con Rusia ‎resultan intolerables. ‎
  • Lorenzo(2045)26 de marzo de 2021 - 01:55 a. m.
    Con Rusia las cosas tomaron un rumbo inesperado. En una entrevista concedida a ‎la televisión gringa, Biden no encontró nada mejor que insultar ‎al presidente Putin, tratándolo públicamente de "asesino", apreciación sin duda ‎chocante en boca del presidente de EEUU, país que dedica $Us8mil ‎anuales a los asesinatos selectivos de personas que no le agradan en cualquier lugar del mundo.
Francisco(30227)25 de marzo de 2021 - 07:53 p. m.
Los que hablan pestes sobre los EE. UU, con toda seguridad son aquellos a los cuales le negaron la visa. Gritan: Yanquis go home y luego se van a hacer cola para la visa en la embajada de dicho país. Esa doble moral que nos caracteriza
  • Mar(60274)25 de marzo de 2021 - 08:06 p. m.
    Y doble moral que caracteriza a los gringos, que se dicen defensores de los derechos humanos y tienen algo como Guantánamo, donde una persona pierde totalmente su condición de ser humano con derechos.
Jaime(35127)25 de marzo de 2021 - 03:39 p. m.
Despues de la fiebre electoral, de la euforia de su elección , del júbilo por la salida de Trump, empieza a salir la foto de la realidad con colores como son: Biden es un buen politico pero como dirigente deja muchas dudas y ese va a ser el capital que tendran republicanos para la próxima elección presidencial de EEUU. No se ve mucho potencial en el actual presidente para recuperar el liderazgo
Contumaz Apostata de la Dextrocardia(likt7)25 de marzo de 2021 - 03:06 p. m.
...fue crítico con el gobierno actual pero de ahí a reformista difícil cosa...no tiene el talante, si bien el algoritmo imperialista estaba ahí antes que ellos. Un pueblo esperanzado por un cambio, pero la evidencia es contundente: salvo uno que otro reformista fundador, el ejecutivo históricamente a probado que no hace cambios medulares. Sólo protagonizan su papel en la parodia geopolítica.
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