Bienvenida la debatitis

Óscar Sevillano
03 de mayo de 2018 - 02:00 a. m.

Durante los últimos días hemos escuchado a algunos personajes de las grandes ligas en la opinión pública colombiana asegurar que aquí se cayó en una especie de fiebre por los debates presidenciales, que, por consideración con los candidatos, es mejor reducirlos y comparan esta situación con la de Estados Unidos donde solo se hacen dos o tres.

Esta obsesión de los colombianos de querer parecernos a los Estados Unidos no sé a dónde nos va a llevar.

A los grandes opinadores de Colombia les diré que entre más debates existan, mucho mejor, porque los candidatos tienen la oportunidad de exponer sus tesis no solo desde El Nogal en Bogotá y las Universidades Rosario, Andes o Javeriana, sino también desde las regiones que han manifestado su legítima queja porque en las elecciones anteriores se les ha excluido y se les ha mirado por encima del hombro cuando de hacer debates se trata.

En cuanto a la comparación con los debates que se hacen en los Estados Unidos para elegir presidente, me permito recordarles que el sistema electoral de este país es muy distinto al nuestro. Allá no escogen los ciudadanos, quienes eligen son los 538 compromisarios o electores —nominados por los partidos políticos— que en nombre de la población gringa votan en los 50 estados del país y el distrito de Columbia.  Por tanto, es de entender que aunque los candidatos a ocupar la Casa Blanca deben dirigirse a la mayor parte de la gente no es este su público objetivo.

En Colombia, somos los ciudadanos quienes votamos por quien va a dirigir los destinos del país, y resulta bastante positivo que los debates se descentralicen de Bogotá, para que los candidatos tengan la oportunidad de explicarles de manera directa a los electores en las regiones cuáles son sus propuestas para cubrir las necesidades que estas tienen.

Resulta bastante ilógico que quienes no viven en Colombia, sino en Madrid, Washington, Miami, Londres, París, etc., nos vengan a dar cátedra de cómo deben hacerse los debates presidenciales en nuestro país, y que para colmo comparen nuestra situación con la de Estados Unidos, cuando los sistemas electorales de ambas naciones son muy diferentes.

Insisto, esa costumbre de los colombianos de querer parecernos a los Estados Unidos, Inglaterra o Francia no sé a dónde nos va a llevar. Deberían tener en cuenta que no se pueden implementar modelos de otras naciones sin tener en cuenta las características propias de Colombia, que hacen que este sea un país único en el mundo. Que no tenemos por qué ser la copia de otros que nos miran por encima del hombro y que, cuando nos acogen en su territorio, nos ponen a lavar loza o a fregar los pisos por donde su población camina.

Por supuesto que son necesarios los debates y si se programa un mayor número, muchísimo mejor. Lo siento por las grandes ligas de la opinión pública en Colombia que opinan lo contrario, aunque en el fondo los entiendo. Al fin de cuentas, ¿a quién le gusta que le monten competencia?

@sevillanojarami

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