Bieri, la pureza de lo criollo

Ana Cristina Restrepo Jiménez
26 de enero de 2019 - 05:00 a. m.

La “garganta profunda” que logró la exposición del ahora exgerente de RTVC, Juan Pablo Bieri, más que soplón es un artista; logró un retrato a mano alzada de nosotros, de lo puro y lo criollo (sí, otras nacionalidades comparten estos rasgos): 

1. Ausencia de jerarquización de información y selección de fuentes: a buena parte de la “gran masa” que deambula en las redes sociales no le interesa entender, se conforma con “ser opinión” y publicar.

2. Asociación de ideas contaminada por teorías de la conspiración: la agenda informativa colombiana enloquecería a un periodista noruego antes de la hora del almuerzo. Las cortinas de humo existen, pero defender la libertad de expresión nunca será una maniobra de distracción. 

3. Confusión entre servicio/patrimonio público y privado; entre Estado y gobierno.

4. Coctel servilismo/abuso de poder: la frase “se burla de la entidad que le da de comer”, con la cual Bieri describió a Santiago Rivas, presentador de Los Puros Criollos, retrata la peste empresarial conocida como la “maldición de los mandos medios” (el gerente actuó como un subalterno más del Gobierno).  

5. Desconocimiento de la función de un medio público y sus antecedentes en Colombia: por ejemplo, los periodistas Juan Pablo Barrientos y Mauricio Arroyave vivieron experiencias similares a la de Rivas. La diferencia radica en que salieron ellos y no los gerentes de los canales públicos para los cuales trabajaban.

6. Hipocresía: no sostener una posición crítica en público. Evidente en las declaraciones recientes de Bieri y las que ofreció en diciembre.

7. Elección de inexpertos potencia la evasión de responsabilidades: la culpa es de quien grabó la conversación, no de quien habló en ella (culpar a otros, la “colombianada” cumbre). Es preciso reconocer la renuncia de Bieri como un mea culpa.

8. Propensión a personalizar debates: no se trata de Bieri ni de Rivas, sino de la misión de los medios de comunicación estatales (que no gobiernistas).

9. Desprecio por la desobediencia (como Fernando González o Henry David Thoreau): cumplir la norma es un valor ciudadano, crea condiciones para la equidad y la confianza. No obstante, una dosis de desobediencia –crítica– es necesaria para cuestionar la existencia de ciertas normas, del Poder. La fuente de la grabación de Bieri debe ser protegida. En cuanto a la “ilegalidad del audio”, cito a Catalina Botero, experta en asuntos relacionados con la libertad de expresión: “Cuando una organización defensora de los derechos humanos o un medio de comunicación hace público un audio de un funcionario público sobre un tema de interés público, no está violando los deberes de la profesión. Hay una diferencia entre capturar la información y difundirla”.

10.  La sed de malas noticias impide reconocer las buenas: cayó un censor (Bieri lo fue: ¿olvidamos la entrevista a Iván Duque en RTVC que desechó las voces críticas de Carlos Chica y Andrea Olano?). También, existen guardianes de la libre expresión en Colombia como la Fundación para la Libertad de Prensa. Y lo más relevante: ¡la presión ciudadana funciona!

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar