Buenaventura, el desafío

Cartas de los lectores
20 de agosto de 2019 - 05:00 a. m.

Buenaventura es el tema recurrente de la prensa nacional. Unos consideran su “mala suerte”; otros, la violencia extrema que padece el territorio resultado de las bandas delincuenciales, la falta de dirigencia con arraigo en el territorio e identidad; otros más, la corrupción que penetra toda la estructura social y la falta de institucionalidad. Ahora y sólo ahora, nos enteramos de que le apareció competencia al puerto: Posorja en Guayaquil. Hasta acá todos los argumentos se precian de ser válidos, solo que falta uno: el desinterés del Gobierno nacional que no contempla al Pacífico en lo relacionado con el comercio exterior y tampoco se ha empeñado en resolver definitivamente el problema de profundización de la bahía, problema viejo.

El ahogado no se puede continuar buscando río arriba; el problema está relacionado con el manejo que históricamente le ha dado el Gobierno nacional a Buenaventura. Se ha mirado sólo el desarrollo portuario, concebido como problema técnico, dejando de lado abordar el desarrollo con tres componentes: el primero, desarrollo humano integral que conduzca a generar las competencias para que los pobladores asuman el desarrollo con perspectiva territorial; el segundo, no se puede esperar el desarrollo a partir de una economía que no devuelve ni retribuye ganancia y capital endógenamente y que sólo reproduce pobreza; y tercero, el desarrollo hay que considerarlo involucrando al Pacífico, de lo contrario el territorio expulsa a sus pobladores y el mismo se convierte en el espacio propicio para las actividades delictivas.

El Pacífico tiene futuro. Es posible transformarlo desde una economía que la asuman sus pobladores a partir de aprovechar los recursos naturales con sostenibilidad que genere empleo, renta y bienestar. Al pensar en una posibilidad promisoria, como los mega parques naturales y biodiversos, se necesita la voluntad política del Gobierno, cambiar de mentalidad a partir de entender la responsabilidad en el cuidado de los recursos naturales, en el fortalecimiento de la institucionalidad. Son proyectos de fomento y acompañamiento de la comunidad internacional, pensar en parques al estilo de Niagara Falls (Canadá) o similares a la oferta turística de Costa Rica y, desde luego, continuar el desarrollo portuario y económico de Buenaventura. Hay falta de imaginación, creatividad y emprendimiento; la solución económica del Pacífico no está en construir más puertos, en acabar con la biodiversidad. Salir del fatalismo, crear, proponer y actuar.

Se trata de pensar en grande, a largo plazo; lo que no puede permitir el Pacífico es continuar siendo objeto de lamentos, señalamientos y quejas. La tarea: organización, prospectiva del territorio, proyectos de desarrollo, gestión internacional, preparar el talento humano, todos empoderados del futuro.

Jesús Glay Mejía N. Exdirector, sede Pacífico, Universidad del Valle.

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