Buscando visa para un sueño

Yohir Akerman
18 de noviembre de 2018 - 01:00 a. m.

Los problemas jurídicos del polémico magnate Carlos Mattos no son únicamente en la jurisdicción colombiana. Ahora sus líos judiciales llegan a Estados Unidos donde este personaje, solicitado a España en extradición, tiene millonarias inversiones en bienes raíces.

Este caso tiene que ver con un espectacular lote en la lujosa playa de Sunny Isles al norte de Miami, que Mattos compró por más de 20 millones de dólares.

El sueño americano.

El magnate le vendió esa propiedad en la playa a la empresa Sunny Isles Beach Associates afiliada a la constructora Fortune Realty, famosa por desarrollar edificios de superlujo como Jade Beach y Jade Ocean en Miami.

Para la venta, Mattos negoció, como parte del precio pagado por su lote, quedarse con un fragmento de las ventas del edificio que se iba a construir en ese terreno.

El proyecto de desarrollo que se construyó es un edificio de 51 pisos y 256 unidades que fue construido con un costo superior a los 350 millones de dólares, según los libros y registros de Fortune Ocean.

La declaración de liquidación para la venta de la propiedad refleja que Fortune Ocean adquirió el terreno sobre el cual se desarrolló el proyecto el 4 de octubre de 2004. El precio del contrato fue de US$32’100.000 y la forma de pago a Mattos incluyó US$6’700.000 en efectivo como depósito y US$21’200.000 en un préstamo, más efectivo de US$2’870.000. (Ver The Condo Project).

Pues bien, el 8 de junio de 2014 varios inversionistas del proyecto pusieron una demanda en contra de Fortune Ocean alegando que esta compañía los había defraudado en la inversión con daños por más de 75 millones de dólares.

La demanda argumenta que en ese edificio se perpetró un esquema fraudulento al participar en robos continuos a través de tasas administrativas, comisiones de ventas, pagos preferenciales de deuda y pagos no divulgados a afiliados. (Ver Complaint and Demand for Jury Trial).

La demanda además indica que Fortune Ocean produjo estados financieros fraudulentos que no se presentaron de acuerdo con los principios de contabilidad generalmente aceptados y que la firma de contabilidad, supuestamente independiente de Fortune, no auditó los mencionados estados financieros. (Ver Summary of damages).

¿Qué tiene que ver esto con Mattos? Todo.

Resulta que los constructores del lujoso edificio tenían un acuerdo de indemnización y pagos preferenciales con la compañía Ocean Group Holdings, S.A. controlada por Mattos. (Ver Preferential payments).

Gracias a ese acuerdo secreto para los demás inversionistas del multimillonario proyecto, la empresa de Mattos recibió comisiones de ventas, pagos preferenciales de deuda y pagos no divulgados a los otros afiliados, en violación de los contratos con otros inversionistas.

Según la demanda, el acuerdo que firmaron Ocean Group Holdings, S.A y Fortune determinaba el pago obligatorio de tarifas y comisiones del 10% de las “tarifas de listado” relacionadas con la venta de unidades de condominios en Sunny Isles Beach Asociados, en favor de la empresa de Mattos.

También, que el polémico empresario hoy en día pedido en circular roja tendría derecho a recibir el 41% de todas las distribuciones del edificio y, como si eso fuera poco, que Mattos tenía derecho a recibir el 15% de todos los pagos de promoción recibidos. (Ver Forbearance agreement).

Una platica.

Sobre esa base, según la demanda, Mattos recibió exorbitantes pagos adicionales desconocidos para algunos inversionistas generando un fraude de millones de dólares.

Una actividad que hoy en día suena muy del estilo de Carlos Mattos y que los jueces tendrán que resolver en su ausencia, ya que hace más de un mes el gobierno de Estados Unidos le canceló su visa de inversionista por ser investigado en Colombia por supuestos pagos de sobornos a funcionarios judiciales.

El magnate se quedó sin visa y sin sueño.

@yohirakerman

akermancolumnista@gmail.com

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