Caímos en la trampa

Santiago Villa
05 de diciembre de 2018 - 05:00 a. m.

Dice el adagio que no hay mejor maniobra defensiva que una buena ofensiva, y en el caso del debate de control político al que fue citado el fiscal general, Néstor Humberto Martínez, la defensa estuvo a cargo del Centro Democrático, el Partido de la U y Cambio Radical.

Es preocupante que el partido del presidente de la República se preste para desprestigiar a los enemigos del fiscal general durante un debate en el que fue llamado para dar explicaciones.

En la sala de redacción de un medio de comunicación serio, si un periodista llega con un video como el que reveló Paloma Valencia sobre Gustavo Petro, se espera que pueda contextualizarlo: ¿cuándo se tomó el video?, ¿quiénes están allí?, ¿qué está pasando?, ¿se está mostrando un delito o no?

Si el periodista no es capaz de responder a estas preguntas, un medio de comunicación serio prendería alarmas y analizaría si está siendo manipulado con fines políticos. ¿Para qué quiere la fuente que se muestre esta información? ¿Nos estamos prestando para una maniobra?

Un medio de comunicación serio contrastaría la información. Procuraría entender por qué llegó ese material a sus manos.

Pero Paloma Valencia no es un medio de comunicación serio, sino una parlamentaria con la intención de proteger al fiscal general, arrojando lodo a uno de los organizadores del debate.

Evidentemente hubo una estrategia. El video habría podido presentarse en cualquier momento: ¿por qué justamente ese? Para desviar la atención. Pregunto: ¿acaso llegó desde la Fiscalía?

Desde que habló el fiscal general, Néstor Humberto Martínez, el debate parecía milimétricamente orquestado para el saboteo. Incluso hubo una lamentable intervención de media hora por parte del senador Antonio Zabaraín, vocero de Cambio Radical, que quizás no estaba borracho, sino que actuó como tal precisamente para desviar con más eficacia el tema del debate; o quizás sí estaba borracho. El efecto distractor fue el mismo.

Luego el presidente del Senado procedió a darle la palabra a una larga lista de intervenciones inocuas, para generar tanta desazón entre los que convocaron al debate y debían hacer una réplica, que pudiese justificarse el cierre de la sesión. Eso permitía dejar en el aire el tema del misterioso video, para que fuera el eje principal de la discusión durante el resto de la semana.

Pasamos de tener el foco puesto sobre unas acusaciones muy serias que aún pesan sobre el fiscal general de la Nación, y que deberían llevar a su renuncia, a especular sobre un video que muestra a un parlamentario guardando $20 millones en una bolsa de plástico.

La defensa del fiscal general, Néstor Humberto Martínez, fue certera. El colmo es que tenga el descaro de decir que es víctima de conspiraciones.

Twitter: @santiagovillach

 

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