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Cambio de guardia

Francisco Gutiérrez Sanín
22 de enero de 2021 - 03:00 a. m.

Al fin sale Trump de la Presidencia estadounidense, después del intento de golpe de Estado —combinando trampa procedimental y fuerza bruta— del 6 de enero. La llegada al poder de Biden tiene un impacto muy grande, aunque no rectilíneo, sobre muchos países, comenzando por el nuestro.

Pero antes que nada vale la pena hacer un repaso a las condiciones que se necesitaron para que Trump no se pudiera quedar atornillado a la Presidencia. Primero, hubo unos medios de la corriente principal que supieron defender la democracia con firmeza. Esto no ocurrió automáticamente; pasaron por un proceso de aprendizaje, que a veces me pareció exasperantemente lento. Pero lo lograron. Se despojaron de absurdas falsas equivalencias. Descubrieron que a las mentiras había que llamarlas por su nombre y que había que enfrentarse a una amenaza concreta (y no a otras que hipotéticamente pudieren surgir). Empresarios y personas vinculadas al sector defensa denunciaron también los peligros de la oleada antidemocrática que se venía encima.

Segundo, el Partido Demócrata logró cohesionarse. No era un desenlace que se pudiera tomar por dado. El ala izquierda del partido se ha fortalecido. Hay diferencias programáticas entre ella y los centristas. Las disputas internas dentro de los demócratas han dejado toda una cantidad de heridas brutales (entre progres y centristas y de cada una de estas categorías entre sí). Pero el liderazgo demócrata, que no se ha distinguido históricamente por su calidad y agilidad, esta vez estuvo a la altura de la tarea. Entendió que no se trataba de un problema de chismes, rencillas envenenadas y reproches, sino de salvar el pellejo.

Tercero, una burocracia seria y bien establecida resistió el embate. Estados Unidos es notable en el mundo desarrollado por su escualidez burocrática, y además la lucha contra el “Estado profundo” estaba en la pepa del programa de Trump. Muchos jueces y funcionarios aguantaron la presión brutal del presidente saliente y los suyos para torcer el resultado electoral, aunque fuera un poquito. Trump les rogaba a los funcionarios (republicanos y trumpistas) de Georgia: “Necesito solamente que me encuentren 11.700 votos”. Si hubieran cedido, se habría disparado una dinámica de consecuencias imprevisibles.

Cuarto, y ya más difícil de aprehender, algunos de los extremistas y habilitadores claves de Trump, encabezados por el vicepresidente Pence, descubrieron que había límites más allá de los cuales no estaban dispuestos a moverse. Lo de Pence —un hombre muy, muy a la derecha— tuvo que haber sido una desagradable sorpresa para Trump. Si aquel se decide a sabotear la sesión de ratificación del resultado electoral del 6 de enero —que era la última carta para mantenerse en el poder—, una vez más el juego hubiera quedado bastante abierto. Después de Pence, otras fichas claves —no: no los amiguitos de los uribistas— declararon su preocupación, incluso indignación, ante la asonada promovida por Trump. ¿Qué habrá movido a Pence, fiel escudero de las aventuras más duras de su jefe? No sé. Pero con su negativa a bloquear a Biden, cerró este episodio con la derrota de los extremistas.

El episodio, no el novelón. Este seguirá. Pero, insisto, vale la pena reflexionar sobre la cantidad y complejidad de las condiciones que se necesitaron, en un país inverosímilmente próspero y que se ha vanagloriado históricamente de ser la democracia más sólida del mundo, para mantenerla en pie. No digo esto para desmoralizar o como llamado a la impotencia. Todo lo contrario, lo planteo como recordatorio de que la defensa de la democracia es una labor de lucidez, sentido histórico y artesanía.

Lo que me devuelve a Colombia. Comencé este año con la posesión de Biden porque se trata de una noticia global clave, pero también porque me deprimía un poco hablar de la insolente ineptitud de Duque con respecto de las vacunas y, más generalmente, con respecto de la vida de los colombianos. Ya tendré ocasión de hacerlo.

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Jorge(66737)22 de enero de 2021 - 09:56 p. m.
Este es el resultado de elegir a un mercachifle que se enriqueció especulando y evadiendo impuestos; además de inculto, ignorante, ordinario, cliente de casas de lenocinio y de juego VIP. Pero todos su delitos y defectos palidecen frente a los que se dan en nuestra terrible Colombia por parte de nuestros gobernantes, jueces y funcionarios que han hecho de la corrupción y la impunidad una norma.
Lorenzo(2045)22 de enero de 2021 - 09:43 p. m.
Como es habitual en FGS, con "buen pulso y buena letra", se hace explicito el decantado -y todavia invencible- espiritu del statu quo. Columna no tanto de opinion sino de lucidez teorica, avalada por el resultado parcial de un vertigo de acontecimientos en apariencia ineditos en la arrogante civilizacion de los paises del Tropico de Cancer. Porque el juego perverso de un fagocitismo imperial fue..
  • Lorenzo(2045)22 de enero de 2021 - 09:54 p. m.
    ...diseñado para ser llevado a cabo en otras latitudes al sur, o en el Pacifico, es decir, en el "target" del Manifiest Destiny estadoudinense. Como por ejemplo, en el golpe de Estado en Chile auspiciado por ese mismo Establishment ario. Mas explicito seria decir que no se trata de defender el sentido platonico de quimercas democracias, sino de la mas categorica manifestacion de pragmatismo tribal
Miguel(63706)22 de enero de 2021 - 09:23 p. m.
Buen artículo pero, por favor ! dejemos de dar protagonismo a Uribe y sus lacayos; basta de inflarles más el ego mostrándolos como determinantes en las elecciones de USA, en serio ? De verdad creemos que esta secta que nos tiene jodidos tiene el más mínimo grado de influencia allá en USA ? A ver, ya basta con que este sr. Uribe se crea el Trump paisa pero no lo sigamos ensalzando. Ya no más Uribe!
Periscopio(2346)22 de enero de 2021 - 04:14 p. m.
Y hablando de cambio de guardia, ahora que el ex convicto narcoparaco no está amparado por el fuero de senador ya es justo cambiar a su costoso anillo de escoltas de seguridad por los guardias de la Picota, disfrutando de su prisión de máxima seguridad. ¿Y acaso no es seguridad lo que exige este convicto?
UJUD(9371)22 de enero de 2021 - 04:08 p. m.
Este ilegítimo, insensible e inepto gobierno, se ha dado cuenta lo fácil que es gobernar a punta de pandemia, por lo tanto, le conviene prolongarla no trayendo las vacunas, a costa de perder más vidas. Lo mismo con la paz, ahogándola de a poco, no le importan los asesinatos diarios de ex guerrilleros ni líderes sociales.
  • Francisco(30227)22 de enero de 2021 - 06:21 p. m.
    "Ex guerrilleros"? Sí, claro y las vacas vuelan. Como para Ripley!
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