Caminos al éxito

Iván Mejía Álvarez
23 de julio de 2017 - 02:00 a. m.

Poco en común tienen los dos habitantes de la punta del torneo colombiano, Júnior y Santa Fe.

Júnior es un torrente de felicidad en el pueblo caribeño. Es alegre, emotivo, risueño, como la gente que le adora en toda la Costa Atlántica. Como decía Cepeda Samudio, “Júnior es la querida de la región”. Y este equipo que conformaron los Char para este semestre es cálido, generoso en sus maniobras ofensivas, desbordante en la intención de juntarse y jugar la pelota, corriendo riesgos pero sabiendo que deleitar a la gente es la mejor declaración de principios que pueda tener en este momento.

Sorprende Comesaña al sacrificar un volante de marca, pararse con un creativo como Sebastián Hernández en función destructiva para acompañar a Pico, dejando por fuera a Sánchez, Mier, Serge, especialistas en la función. Don Julio quiere que la gente salga contenta, que el pueblo goce, que la ciudad vibre con Chará, Teófilo, Ovelar, Escalante atacando, tirando paredes, buscándose en cancha ajena, proponiendo. No parece Comesaña, no tiene que ver con el libreto del timonel uruguayo, atrás quedaron el equilibrio, la marca y todo aquello que lo caracterizó durante muchos años. Al ataque y entonces salen Marlon y Gutiérrez, los volantes de marca y quedan los artistas de la pelota al pie del “fútbol chiquito”, toque-toque y paredes que deleitan .

Guardando las proporciones y con el debido respeto, por momentos Júnior juega como la España de Sudáfrica, tocando en el frente, triangulando, un solo volante neto de marca y mucha generación con la pelota.

Santa Fe es otra cosa. Los tres volantes de marca, Roa-Gordillo-Perlaza, el bloque defensivo de siete hombres, la seguridad en la puerta, no tiene generación individual y carece de un volante de armado, pero a punta de empuje Plata y Pajoy llevan la pelota adelante y buscan a Morelo, que tiene movilidad y tiene gol.

Si Júnior es caliente y contagioso, Santa Fe es frío y metódico y de la mano de Gregorio Pérez volvieron los argumentos que llevaron al éxito a este equipo: gran solidez y orden defensivo, mucho equilibrio para no quedar nunca mal parado, fuerza y potencia en las dos áreas en la pelota quieta, volvieron los goles de cabeza con Giraldo metiendo los centros. El técnico uruguayo rescató los mejores argumentos del equipo campeón de la Sudamericana.

Es tan válido lo que hace Júnior como lo que hace Santa Fe. Ya depende de la óptica de cada quien, del paladar futbolístico, pero es evidente que la tabla no miente: son hasta el momento los dos mejores equipos del torneo.

 

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