Campaña a toda costa

Antieditorial
12 de febrero de 2017 - 08:10 p. m.

Por Eduar Martínez

En un país como Colombia, donde el abuso de poder y la corrupción han permeado todas las esferas de lo público, hacer uso de los cargos públicos para beneficio propio se ha hecho pan de cada día. Pero hay algo más grave aún: no existe cultura política ni una apropiación de lo público, por lo que un gran número de ciudadanos corre hacia “el palo que más dé sombra”, o se deja llevar por razones pasionales, en su gran mayoría fundadas en odios, temores u otras situaciones, que pensando racionalmente no tendrían probabilidad de ocurrir.

Desde luego, no era necesaria la gresca con Venezuela. Pero el problema ha sido que la ciudadanía le hace eco a ese tipo de estrategias políticas, donde los montan en un escenario de odio (en este caso con gobernantes de otros países) o miedo (diciendo que vamos camino al “castrochavismo”). Insisto, es una estrategia política que, además, deja de lado gigantes cuestionamientos al que desde hace años viene siendo candidato —aunque la jurisprudencia aún no se lo permita— Germán Vargas Lleras, candidato de uno de los partidos políticos con más personas cuestionadas y encarceladas por hechos de corrupción y hasta de homicidio, como es el caso de Kiko Gómez, sin olvidar que sus acciones en esta región los hace directos responsables de los problemas de desnutrición en La Guajira.

No esperemos que Vargas Lleras asuma que se equivocó, y mucho menos que pida disculpas. Después de todo siempre ha estado acostumbrado a hacer lo que quiere y cuando quiere. Muestra de ello es la forma como golpeó a su escolta, quien a diario está dispuesto a dar la vida por él.

Cambio Radical y los demás partidos con evidentes problemas de corrupción deben asumir su responsabilidad. Pero, aún más, la ciudadanía debe pasarles factura a los políticos y sus partidos por el estado en que tienen a nuestro país. No nos dejemos encasillar nuevamente en una campaña entre “guerra y paz”; esa ha sido la forma como se han hecho elegir la gran mayoría de los presidentes en nuestro país. No dejemos que nuestra agenda sea el odio hacia otro u otros países, la critica al socialismo del siglo XXI y otros modelos, ya que después de todo, el nuestro, que es de línea neoliberal, también nos ha conducido a enormes problemas de corrupción, de pésima gestión pública, y nos tiene entre los países con mayor corrupción a nivel mundial y en los de menor distribución de la riqueza.

Como ya estamos prácticamente en campaña presidencial, y además campaña a toda costa, no hay que olvidar algo que dijo Chomsky: “la gente paga por su propia subordinación”. Con una construcción más solida de lo que entendemos como público, con una mayor identidad y apropiación a la hora de elegir nuestros gobernantes y representantes, podremos cambiar drásticamente nuestras condiciones de vida y evitar seguir subordinados a los que siempre han dominado en el país.

@eduartunjuelito

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar